Laza Lanthi

El Trovador del Valle Oscuro

  Conan conoció a Laza Lanthi en una taberna de Shadizar, la segunda vez que visitó esta ciudad. El cimmerio estaba bebiendo vino, después de haber sido abandonado por Red Sonja, y medio embriagado, se entretenía escuchando cantar al joven juglar. Los borrachos de la taberna se burlaban de Laza Lanthi, y Conan, perdiendo la paciencia, provocó una pelea que sólo terminó cuando intervinieron los guardias. El cimmerio y el trovador fueron encarcelados.

    En su celda, Laza Lanthi relató su historia a Conan, entonando la Canción de Laza Lanthi. Hacía veinte años, había nacido en una región llamada Valle Oscuro, y la partera que atendió a su madre enloqueció la noche de su nacimiento. Al cumplir diez años, el niño encontró a la partera moribunda, que en un momento de lucidez, le advirtió que tuviera cuidado con el Señor del Valle. El muchacho entendió que le hablaba de su padre, al que nunca conoció. Aterrorizado, huyó del Valle, esperando no volver nunca.

 
    Conan y Laza Lanthi escaparon de la celda gracias a una daga que el juglar había escondido en su laúd; dejando al guardia amordazado, se enrumbaron hacia Valle Oscuro. Allí presenciaron cómo los aldeanos ganaderos sacrificaban dos vacas a un demonio que habitaba en las cavernas. Laza Lanthi reconoció a uno de los ganaderos, que lo culpó de haber enfurecido al Señor del Valle cuando escapó, diez años atrás. Al quedarse solos, vieron a una hermosa joven de la edad de Laza lanthi, que conducía a las vacas al interior de las cuevas, hasta la presencia de un enorme monstruo, de apariencia viscosa y repulsiva.
 
    El impulsivo Laza Lanthi, pensando que la joven sería la tercera víctima del sacrificio, se lanzó en un ataque contra el engendro. Por instinto, cortó las antenas que el monstruo tenía sobre la cabeza, y al hacerlo, éste cayó inerte.

    Entonces la muchacha rompió a llorar, y relató su historia. Se llamaba Tamara, y tenía cuarenta años. Dos décadas antes, era una famosa bailarina en Shadizar, cortejada por reyes y guerreros, y viajaba mucho en caravana entre los reinos de Zamora, Corinthia y Koth. Una noche, poseída por un extraño impulso, se alejó del campamento, bailando hasta caer exhausta entre una antiguas ruinas de piedra. Cuando despertó, se encontró entre los tentáculos del monstruo. De esta extraña unión, nacieron dos gemelos, uno de los cuales se había marchado con los druidas poco antes, y el otro era Laza Lanthi. Cuando éste la abandonó a los diez años, Tamara había vuelto con el monstruo, al que amaba pese a su espantosa apariencia.

 
 
    Cuando terminó su relato, Tamara había envejecido veinte años, al romperse el encantamiento que la mantenía joven con la muerte del Señor del Valle. Tamara salió corriendo a reunirse con el monstruo, hundiéndose una daga en el pecho, para unirse a él por tercera vez, en la muerte.

    Laza Lanthi contempló esta escena boquiabierto y horrorizado, y enloquecido, se suicidó también con su espada. Conan siguió su camino, intuyendo que muchos años después conocería al otro hijo de Tamara.

 
 
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