"... Y al final, Oh Príncipe,
llegó a ocurrir lo que todas las intrigas de Ascalante, el Rebelde,
no pudieron lograr; aquéllo por lo cual, la siniestra sombra de
Xaltotun fuera conjurada en vano desde el putrefacto polvo de su tumba
Acheronia; aquéllo que ni siquiera las hechicerías demoníacas
de Yah Chieng, el Mago Amarillo de Khitai, tierra anochecida y plagada
de demonios, pudieron conseguir; y Conan de Aquilonia abdicó la
corona y el trono del reino más poderoso de Occidente, y se aventuró
hacia lo Desconocido, donde desapareció para siempre del conocimiento
del hombre." |