El Camino de los Reyes

 

Brillante coraza de una mentira gastada: La Fábula del Divino Derecho.
Vuestras coronas llegaron por herencia, pero la Sangre fue mi precio.
¡No venderé, por Crom, el trono que gané con sudor y sangre
Por promesas de valles de oro, ni amenazas con Salones Infernales!
 
Cuando yo era un luchador, tocaban los tambores,
Polvo de oro la gente arrojaba a los pies de mi córcel;
Pero ahora que soy un gran Rey, los hombres acechan mi camino
Con puñales a mi espalda, y veneno en mi copa de vino.
 
¿Qué se yo de las maneras educadas, el oro, el arte, el engaño?
Yo, que nací en tierra yerma y crecí bajo el cielo raso.
La lengua sutil, la astucia del sofista, todo cae cuando la espada canta;
Apresúrate y muere, perro - Yo fui hombre antes de ser monarca.
 
 
 
 
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