De los golfos profundos donde aún moran, viejas como el tiempo,
    cosas olvidadas y sin nombre,
Las Sombras llegaron en mudas alas tan rojas
    como el corazón del Averno.
 
Aunque persistiendo al pasar era tras era
    mi tumba guardada por el fénix,
En salas silenciosas y sombrías yo dormía,
    pero ahora despierto al fin.
 
El Kraken vive, aquél que antaño se levantó
    del hirviente cieno primitivo,
En tierras hace mucho sumergidas por el tiempo,
    bajo el mar gris, poblado de dragones.
 
Donde soles muertos se hunden en sangre carmesí,
    en la oscuridad del cielo incubante,
Surgen islas opacas de leyendas antiguas, donde fríos
    mares azotan la orilla oscura.
 
Sumergidos en una niebla roja y tenebrosa, donde los soles
    en esplendor sanguino se ponen,
Imperios olvidados se retiran, como fantasmas
    de los días olvidados.
 
Sumergidos en una niebla roja y mística, donde los soles
    en esplendor sanguino se ponen,
Imperios olvidados se retiran, como fantasmas
    de los días primitivos.
 
La esencia del mal negro llega desde
    alguna dimensión lejana,
Y los que dejan la puerta de la tierra abierta morirán
    como sucumbe la vida terrenal.
 
La cristalina daga  produce una lluvia de sangre
                            para saciar la sed diabólica,
Pero Eso se abre paso entre la corteza y los sangientos
                            ministros del dolor.
 
Levantan el fruto sangriento y goteante ante
    la furiosa nube de ébano;
El silencioso gentío adorante está inmóvil,
    maravillado, aturdido y mudo.
 
El horror del cieno primitivo sobrevivió
    para saciar su maligna lujuria,
Cuando la resplandeciente Atlantis se deshizo en polvo
    al pisotearla el tiempo.
 
Y cuando te enfrentes a la fuerza del Kraken, aquél
    que en el sacrificio ha huido,
Permanece en pie, donde otros escaparon, y deja
    que el fénix de cristal ataque.
 
-- LAS VISIONES DE EPIMETREUS
 
 
 
  
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