PROYECTO MISIONERO BETHARRAMITA
Un campamento
volante |
En 1984 cuando Juan Pablo II nos convocaba a una Nueva Evangelización de
América Latina, los betharramitas - laicos y religiosos - de Argentina y
Uruguay, comprometidos en la tarea evangelizadora mediante colegios y
parroquias; nos sentimos interpelados a responder ¡Aquí Estoy! Mediante el
Proyecto de Pastoral Misionera.
Hemos dicho ¡Aquí Estoy!
Mediante la Misión en:
La parroquia Cristo Rey de la Banda, Santiago del Estero.
La parroquia San Roque, La Paz, Catamarca.
Misión en los Altos Valles de Tarija, Bolivia.
Parroquia Nuestra Sra. de la Merced, Nueva Esperanza, Santiago del Estero
¿Qué hacemos?
Realizamos una tarea de:
Mediante:
1. la formación y animación de las primeras comunidades,
2. compañamiento de la Catequesis Familiar,
3. elaboración de periódicos,
4. organización de parroquias,
5. formación de agentes de pastoral.
El acompañamiento durante el año por retiros, fiestas patronales, el envío de mercaderías (alimento, ropa, juguetes, etc.). La promoción de cooperativas y organizaciones comunitarias, el trabajo con políticos y agentes sociales.
¿Cómo colaborar?
Parroquia San Roque
Salazar 1185
(4200) Santiago del Estero
sanroque@infovia.com.ar
MISIONES
PROVINCIALES/INTERPROVINCIALES
SANTIAGO DEL ESTERO 2006: Del 3 al 15 de Enero. Fotografías y relatos.
PROYECTO PADRE GUIMON: Proyecto Misionero de nuestra Provincia en el Noroeste Argentino y sur de Bolivia. ¡Siempre hay algo para hacer por los demás!
Semana
Santa en BoliviaDurante la
Semana Santa de 2000, se realizó la Misión Interprovincial a Bolivia.
Asistieron de Argentina el P. Bruno, el P. Sergio, los postulantes Guido y
Guillermo y Matías Daguer. Los invitamos a ver algunas fotografías.
Misión
a Bolivia: Nota hecha por el
P. Gerardo Ramos publicada en la NEF 2/00.
MISION BETHARRAMITA EN LA PAIS Y EN BOLIVIA
LINKS DE MISIONEROS
LA HOJA MISIONERA
Hoja Misionera Nº2 del 2000: Semana Santa en Bolivia. Santa Victoria Este. La Eucaristía: Punto de partida de la Misión. Próximos encuentros del grupo Misionero.
Hoja Misionera Nº1 del 2001: Misión en Catamarca, Bolivia, Santa Victoria Este. Cooperativa del Ramo Hermoso. Agenda Misionera. Formación Misionera. Oración Misionera
Hoja Misionera Nº1 del 2002: Adolescentes del Polimodal de Martin Coronado en Misión. Alumnos del Colegio san Jose (Bs.As) en Misión. Testimonio de una alumna misionera. Un Papucho misionero en Pozo del Toro.
Hojita Misionera - Octubre 2002
Una Nueva Esperanza...
Por Cristian Saint Germain
En esta Argentina del 2002, todo parece más duro, más difícil... Y en
marzo, al comenzar el año lectivo del Polimodal, los chicos de 2do y
3ro.preguntaron escépticos "¿este año podremos ir a misionar?"...El
corazón se había quedado -parecía- en Catamarca. Muchos años el Sagrado
instalando la misión en el corazón de la comunidad de Martín Coronado, hacía
que hoy los ojos y los sentimientos comenzaran a cargarse de un nuevo nombre,
una nueva provincia: Santiago del Estero, un nombre providencial, sugerente...
Nueva Esperanza. ¡Era precisamente lo que necesitábamos!
Y empezamos a trabajar con los chicos de 2do. Ellos, primero tímidamente se
fueron interiorizando de la propuesta. Viajé a Nueva Esperanza en mayo y, si
bien primero pensábamos realizar la misión solidaria en julio, por prudencia,
para que las familias pudieran juntar el dinero, preferimos dejarla para la
semana del día del maestro: del 6 al 15 de setiembre.
Esta vez fue la Escuela Bartolomé Mitre nº 418, de Nueva Esperanza la que nos
abriría sus puertas. Pero no sólo a los chicos de 2do, sino también muchos de
3ro que quisieron hacer su segunda experiencia misionera (el año pasado lo
habían hecho en Icaño, Catamarca). Más de uno pensó que estábamos locos...
¡56 adolescentes de 16 a 18 años en una escuela con escasos sanitarios, sin
duchas, durmiendo en las aulas que nos cedieron!
Y aprendimos además muchas lecciones en la escuela y palabras nuevas y otras
viejas se hiceron cotidianas: alegría, soja, cospa, compartir, agua
amarga,visiteo, escuchar, servicio,jóvenes,santo domingo, juegos con EGB 1, la
aloja, niños, maestros, el mojón...
Todo iba tomando un nuevo sentido... y Jesús sonreía ampliamente. Su Corazón
decía una vez más ¡Aquí estoy!, sin guardarse nada, sin demora, por amor...
EL TESTIMONIO DE UN PAPUCHO
MISIONERO EN POZO DEL TORO
(Primera parte) El padre Gaspar Fernandez, me pidio que
escribiera algo sobre mi experiencia en la mision de Salta. A pesar de que
utilize la sintesis al maximo, no pude contar ni un tercio de lo vivido. Tal vez
contandolo en episodios, al viejo estilo de las revistas de aventuras de mi
infancia, consigamos capturar un publico, que esperara anhelante el proximo
numero donde continuaran las aventuras de un Papucho misionero.
Para empezar debo confesar honestamente que tengo mas preguntas que
respuestas para explicar las motivaciones que me llevaron a misionar en Salta.
De lo que sí estoy seguro es que fueron unos días maravillosos y que me
encantaría repetir. Un amigo, ante el entusiasmo que ponía en el relato sobre
mis vivencias, con cierta malignidad me decía: -¿Turco porque no té quedastes
a vivir allí?. De hecho no puedo hacerlo, pero honestamente, vivo contando los
días que faltan para volver.
Las poblaciones que rodean a Pozo del Toro, están habitadas por criollos y
aborígenes. Lo primero que me impacto, de estos últimos fue el intenso olor de
mugre y humo que despedían. A los pocos días no lo sentí más. Me había
mimetizado. Ya era uno mas entre ellos. Yo olía igual.
Y esto me lleva a recordar con cuanto pavor emprendí el viaje temiendo que la
falta de comodidades se me hiciera inaguantable. Durante las oraciones
nocturnas, mas de una vez al detallar las experiencias del día, no dejaba de
comentarles mi asombro, por la facilidad con que me acostumbre a la falta de
agua, luz, gas, sanitarios, placares, dormitorios etc.
Dormíamos en un galpón comunitario, que usaban los wichis, nombre de los
aborígenes del lugar, para sus reuniones. Contaba con dos piezas que usábamos
para guardar los comestibles y algunas ropas. Afuera, otras dos piezas sin
puertas, servían una de baño y otra de ducha. Cortinas improvisadas,
resguardaban el pudor de los misioneros.
El agua, bien inestimable en esos pagos, la traiamos de Santa Victoria o bien la
sacábamos de un estanque, lleno de camalotes, que teníamos que apartar
cuidadosamente. Había que bañarse únicamente de noche. Era inútil hacerlo
durante el día, a las pocas horas, el polvo inclemente se nos pegaba por toda
la piel.
Cuando lo hacia, alumbrado por la vacilante luz de la vela, me tenia que
aguantar el asco que sentía cuando algún resto del vegetal viscoso y baboso
que me recorría el cuerpo.
El agua potable, la cuidábamos escrupulosamente. Un vaso de coca-cola de papel
encerado para lavarme los dientes y enjuagarme, y otro para lavarme la cara.
Recuerdo con mucho cariño mis compañeros de aventuras, como Raúl y el doctor
Carlos Suino. Justamente con él viví, un episodio gracioso. Llegamos a San
Miguel, pueblito vecino, y encontramos al cacique del lugar con el pie hinchado
y lleno de pus. El doc. limpio la herida con una cortaplumas de usos múltiples
que cuidaba mas que a su esposa, y mientras tanto nos enteramos que su herida se
la había provocado, persiguiendo un ave que lesionada por un gomerazo andaba a
los saltos mal herida, por una laguna apenas cubierta por el agua. Este buen
hombre al ver que se le escapaba la presa, que para el tenia todos las
características de un bocado de cardenal, empezó a correrla desesperado y en
su loca persecución se clavo una espina que le atravesó el pie.
Otro día, una criolla, nos invito a almorzar. Apenas llegamos, empezaron a
torearnos unos perros, que la buena señora ato de inmediato, temerosa de que
nos mordieran. Después de comer, me quede un rato mas, aprendiendo hacer pan
casero, que cocinábamos a las brasas. Caía la tarde, y su hijo me acompaño
hasta el galpón, para que no me perdiera, ya que el monte, esta cruzado por
incontables senderos que marcan los animales. Como pretendía volver, fui
señalando los lugares donde iba doblando.
Esa noche, por una pequeñez me pelee con dos compañeros y lleno de bronca, con
la excusa de ir a buscar agua la emprendí hasta lo de la vecina y a los pocos
metros me perdí. El amor propio me impedía volver derrotado, así que apele al
viejo recurso de los gritos. Pero los únicos que acudieron a mis aullidos
desesperados fueron los perros. Afortunadamente el pibe no dormía, y acudió
presto a sacarme los canes de encima.
Un recuerdo muy especial para los dos sacerdotes que me acompañaron. El padre
Daniel González y el padre Fabio Monje, dos verdaderos santitos que recuperan
para la iglesia el prestigio que algún obispo le ha hecho perder.
EL
TESTIMONIO DE UN PAPUCHO MISIONERO (2da. Parte)
Las condiciones de vida de los habitantes de ese remoto lugar
salteño, son sencillamente insoportables. Uno no puede dejar de preguntarse,
porque les esta negado disfrutar de las comodidades y el confort que el trabajo
acumulado de todos los seres humanos han producido a lo largo de los siglos.
Excluidos, como gran parte de nuestros habitantes, en una cadena que se extiende
sin fin por toda Latinoamérica, subsisten penosamente, intentando
trabajosamente, superar los sencillos y elementales escalones sociales en los
que viven. ¿Quién puede redimirlos de las crueles y penosas condiciones que
les imponen para vivir?.
Los misioneros y algunas instituciones no gubernamentales que aparecen cada
tanto por allí, mitigan en algo el dolor y el estancamiento de esos
aborígenes, envejecidos prematuramente y que viven postergando deseos y
esperando que lleguen alguna vez, al interior de los montes donde superviven
duramente, un poco de luz, de esperanza Que alguna vez tengan la cama de un
hospital, la medicina que cura, la mano que ayude y de consuelo.
Ellos están sedientos de una justicia tantas veces negada, tantas veces
postergada.
El Santo Padre, con profunda agudeza, dijo que "la paz no es la ausencia de
conflictos, sino el imperio irrestricto de la justicia". Pero ¿a qué
justicia se refería? No seguramente a la que se imparte en esta sociedad, en
los que siempre ganan los poderosos y revientan a los pobres en sus tribunales,
sino a la justicia distributiva. Aquella que niegan los sacerdotes de este
neoliberalismo brutal.
"A diferencia de otras religiones, en este sistema no existe la esperanza
de un paraíso ni en el cielo ni en la tierra. Su catecismo solo exige
sacrificios y debe aceptarse con resignación que los negocios prosperen y las
cuentas cierren. Solo existe el consuelo de que, alguna vez, cuando la
prosperidad haya colmado la copa de los de arriba, algunas gotas se derramaran
para aplacar a los sedientos de abajo.
En esta nueva religión la sospecha de que sus sacerdotes no creen realmente lo
que están predicando, se robustece porque se los percibe livianos, cínicos y
distantes cuando parlotean en su idioma economicista. Y al mismo tiempo se los
nota, torpes, molestos para tratar los problemas de la gente. Desde sus
púlpitos, en especial la T.V., culpabilizan aun a los que creen en ellos sin
entenderlos demasiado. Son sus enemigos los paganos que no se han convertido y
también los conversos que no se consagran con suficiente rigor y fe a aplicar
los preceptos del dogma y que no hacen todos los sacrificios que se espera de
ellos.
El Ser Supremo que ellos adoran se representa como dinero, divisas, oro; esta en
todas partes pero no se lo ve en ninguna, porque circula como pulsos
electrónicos por las redes informáticas. Y en ese reino de los números y no
de los hombres, cuando las cuentas estén claras y los balances den saldo
positivos, solo entonces, los poderosos sonreirán beatíficamente y, quizá y
sólo entonces mirarán con piedad a los pobres de la tierra. (1)
"Pero no hay que conformarse ni claudicar. Debemos construir un espacio
inspirado en la búsqueda de una sociedad justa, fraterna, solidaria y que los
caminos para lograrla deban ser participativos, honestos, transparentes. Y eso
no es posible hacerlo sin sueños
Tampoco es posible construirla ignorando la realidad porque no se puede
desconocer el objeto a ser modificado. La realidad como piso y los sueños
tocando las nubes, pero siempre atentos a no quedar aferrados al suelo y que los
sueños no se conviertan sólo en una mirada desde la tierra. La realidad no nos
debe agobiar y debemos unir estos extremos sin desalentarnos y abandonar el
intento, porque:": (2)
NUNCA SE DEBEN
TENER MAS ESPERANZAS QUE CUANDO TODO PARECE PERDIDO.
1. Juan G. Paz: A pesar de todo
2. Nestor Vicente: Existe otro camino
Lito Iza
MISION A NUEVA ESPERANZA
COLEGIO SAN JOSE (BS.AS.)
La experiencia de la Misión en Nueva Esperanza tienes, como suele suceder, una realización, pero un muy significativo antes, y un compromiso después.
Los preparativos fueron innumerables y absorbieron más de 3 meses en función de los 3 proyectos principales que, desde un comienzo se habían elegido:
Argentina está en crisis económica, y eso convirtió el desafío en una tarea titánica, porque además del esfuerzo había que conseguir el dinero, que no era poco; pero en esta Argentina a veces tan contradictoria no está en crisis la capacidad solidaria ni la generosidad de la comunidad que estuvo a la altura de las exigencias.
Ya en Santiago, todo fue muy difícil, como nos tiene acostumbrado nuestro Dios que nos mira desde la Cruz: las tormentas de tierra; la falta de baños y duchas, dormir en el piso; el trabajo agotador; el golpe afectivo que provoca la miseria, pero los chicos superaron todos los obstáculos y volvimos con un balance que supera toda expectativa:
Suena poco original, pero ¡gracias! Gracias a todos los que estuvieron
presentes de alguna manera y posibilitaron que este proyecto se concretara.
Gracias al claro apoyo de las autoridades y docentes del Colegio; a las familias
de los chicos que participaron, que decidieron apoyarnos sobre todo con su
confianza; gracias, por fin, ¡muchas gracias! a la cuidada dirección general
del Prof. Hernán De Simone, Coordinador de la Catequesis de Secundaria.
¡Gracias al Señor que no deja de demostrarnos que con su ayuda podemos
"mover montañas" a condición de que lo hagamos juntos!
P Enrique Miranda scj
Este, mi Testimonio (Alumna del San José)
Como explicar lo que viví durante esos días en Santiago resulta un
imposible si tengo en cuenta que la experiencia fue una de las más importantes
dee mi vida. Cualquier palabra, frase u oración no es suficiente, no alcanza,
no es la apropiada para expresar la intensidad con que disfruté esa: nuestra
misión. Quizás porque el cariño que recibimos superó toda expectativa y,
aún más, sobrepasó inmensamente la voluntad, predisposición y afán que cada
uno supo poner a la hora de "trabajar". Hablo de un trabajo gustoso,
lo más parecido posible a un hobbie, porque... ¿hay algo más gratificante que
el poder ayudar y sentirse útil al mismo tiempo?, ¿existe otra cosa más
valiosa que el recibir a manera de regalo o compensación una sonrisa, un beso,
un abrazo de parte de un "chango" que te demuestra de esa manera que
es feliz y que incluso vos lo estás haciendo feliz con tu presencia?. La verdad
es que si existe todavía no lo he descubierto, pero de lo que hoy tengo certeza
es de que nada ni nadie podrá borrar de mi los instantes que casi sin quererlo
hoy están bien guardados en mi corazón.
Si bien es cierto que era la segunda vez que realizaba un viaje de este estilo
-Ayer: Icaño en Catamarca. Hoy: Nueva Esperanza en Santiago del Estero-, cada
vez estoy mas confiada de que en circunstancias como esta no importa la o las
experiencias que uno haya tenido, pues de cada momento se guardan recuerdos,
anécdotas y enseñanzas diferentes. Y mas aun cuando se trata de ayudar a los
demás porque seguramente hoy nosotros los jóvenes, y por qué no también el
cuerpo docente, no veamos frutos o no caigamos de la nube en la que vivimos para
darnos cuenta de lo importante que fue nuestro aporte. Y es que cada vez me
siento mas convencida de que si todos queremos algo, la única manera de
alcanzar ese objetivo es aportar e invertir todo lo que esté a nuestro alcance
para conseguirlo.
Sí, es cierto. Al principio tenía un poquito de miedo al no saber como es la
realidad de la gente de allá debido a las circunstancias por la que nuestro
país está atravesando, pero finalmente tomé coraje al sentir que no es bueno
que nos gane la cobardía. Entonces decidí enfrentarme al desafío de poder
brindar a aquellos que lo necesitan no una mano, sino dos manos -y también dos
brazos, piernas, pies, oídos, ojos...- Y fue ahí en donde me enseñaron entre
otras muchas cosas, a darle el valor apropiado a lo que nos toca por más
ínfimo que sea, fue ahí en donde comprendí que se puede ser feliz con poco,
solo basta con proponérselo, y fue ahí cuando vi ojos brillosos y sinceros que
agradecían a Dios que todavía exista gente que se acuerde de ellos no solo
para asegurar el voto en vísperas a elecciones...
Y pensar que llevamos muchas cosas pero cada uno trajo consigo montones más es
el eje motivador para repetir la experiencia unas cuantas veces...
Es por eso que es muy importante el poder aclarar que ser misionero es mucho mas
que ir una o dos veces por año a Santiago, con acordarse de los demás de
tiempo en tiempo no alcanza. Podemos decir que a ser misionero se empieza en
nuestro ámbito cotidiano como la casa o el colegio. Ser un verdadero misionero
es poder ayudar a algún amigo que esté en problemas demostrándole que tanto
en las buenas como en las malas estás al lado suyo acompañándolo, es acudir y
cuidar a algún ser querido enfermo, es cumplir y tratar de devolverles el amor
que a diario recibimos de nuestros padres, es jugar con nuestros hermanos más
chiquitos o escuchar y hablar con los mas grandes... En fin: es anunciar que
Cristo está vivo en cada uno de nosotros y ser testigos de su amor. Esa es la
única manera en que podemos ver en los ojos de los demás el rostro de Jesús
que dio la vida por nosotros.
María Belén Torres - 7 de Octubre 2002
SEMANA SANTA EN BOLIVIA
El 26 de marzo, a la mañana, salí de Buenos Aires junto al Padre Sergio y Pablo Verdi, rumbo a Bolivia. En Orán nos encontrarlos con José Comachi de Santiago del Estero, para continuar nuestro viaje a la Pquia. de Yunchará, diócesis de Tarija.
Hasta ahí todo iba bien, pero no tardaron en aparecer las dificultades: frontera cerrada desde el paso de Agua Blanca (Salta), al Bermejo (Bolivia); 2 horas más de viaje hasta Pocitos, para cruzar la frontera; otras 5 horas parados, por un camión que quedó atravesado en el camino montañoso a Tarija...
A las 11 de la mañana del Domingo de Ramos, después de 17 horas de viaje desde Yacuiba, llegamos a Tarija, y algunas horas más tarde, con el cansancio a cuesta y el deseo de una buena ducha, entramos a Yunchará, para comenzar nuestra misión.
Lo que más me animó, y creo que a todos, fue ver a la comunidad reunida, esperándonos para celebrar la Misa del Domingo. Muchos de ellos, especialmente los jóvenes que iban a recibir los sacramentos de la confirmación y de la comunión, se acercaban para confesarse. ¡Cuánto nos falta a los cristianos de las grandes ciudades, valorar este sacramento!
Nos dividimos para llegar a más hermanos. Visitamos 30 de las 43 comunidades que hay en la parroquia. En cada una, celebramos la eucaristía, en algunas, otros sacramentos. muchas de ellas nos estaban esperando, otras no sabían de nuestra visita. En algunas, había una buena organización y a otras les faltaba, pero en todas sobraba el respeto y la buena disposición.
El Sábado Santo tempranito, en el templo de Yunchará, celebramos la Misa de Pascua. Una buena cantidad de gente había estado haciendo el Vía Crucis y rezando desde la tarde del viernes. ¡Qué manifestación de fe! ¡Cuánto amor a Dios y a Cristo ! ¡Cuánto tenemos que aprender nosotros de ellos!
Volví renovado en la fe y, especialmente, en la vida consagrada. Por esto, agradezco a Dios, el que me haya permitido compartir esta Semana Santa y Pascua de Resurrección junto a esta comunidad cristiana. Fui a dar pero recibí mucho de ellos.
P.
Fabio Monge s.c.j.
"Y el Verbo se hizo carne
y habitó entre nosotros"
(Jn. 1,14)
… Fieles al carisma betharramita, religiosos y laicos, junto con nuestros hermanos catamarqueños, seguimos diciendo ¡Aquí estoy! en la parroquia San Roque del departamento de la Paz, en la diócesis de Catamarca, donde, desde hace dos años, compartimos la fe con la gente del lugar.
En este segundo año de permanencia, nos planteamos el objetivo de atender "personalizadamente"a los agentes de pastoral de cada comunidad, permitiendo que la Palabra de Cristo llegue a todos los sectores del departamento, especialmente a aquellos más alejados a los que no habíamos podido llegar el año anterior.
Hubo comunidades misioneras en Icaño, San Antonio, Recreo, Esquiú, "el Sur"(La Guardia, Quimilo, Casa de Piedra) y "la Costa" (Divisadero, el Bañado, La Dorada, Ramblones, Mogotes, Navaguín, El Quebrachal y El Aybal, entre otros).
En la comunidad de la Costa, 7 misioneros compartimos una experiencia muy particular ya que tuvimos que superar algunos obstáculos: falta de vehículo que facilitara la movilidad, grandes distancias, muchas comunidades distantes para visitar y la precariedad de las mismas….
Si! Esta misión fue diferente. Fuimos una comunidad itinerante que visitaba cada día una población nueva, celebraba allí una Misa, compartía la vida con la gente del lugar y llevaba el Mensaje de Cristo sin reserva ni demora, venciendo con alegría las dificultades que se iban presentando.
Durante 18 días "… el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros…" La Tarea un fue fácil y sabemos que queda mucho por hacer, por eso, como nuestro padre Fundador, decimos ¡Adelante, siempre adelante!
Verónica
Campos
"MAS ALLÁ DE LAS FRONTERAS"
Recibí la información de contar la magnifica experiencia de misionar en el país vecino de Bolivia, y al dar el sí recurrí al Espíritu Santo para que me inspire para hacerlo….
Definitivamente, me resulta un poco complicado explicar, y más aún en forma sintética, la tremenda paradoja de ir a entregar el alma y volver con ésta rebalsando de Gracia. De todas formas, como en innumerables oportunidades repetía una compañera misionera, "todo esto sólo se puede entender desde una dimensión de la fe".
Bolivia fue mi experiencia más fuerte de Misión. Enfrentar el desafío de ir "más allá de las fronteras", encontrarme con una realidad sociocultural diferente, misionar junto a betharramitas de Brasil, Paraguay y Argentina, y adaptarme a vivir en Yunchar, una población que se encuentra a 3.800 metros de altura, superó mis expectativas.
Fue extraordinario ver, una vez más, Dios venció todas las barreras y se sirvió de nosotros para llevar la Buena Noticia a un grupo de hermanos. También, ver como el Espíritu Santo hizo de cada uno de los misioneros un instrumento de su Amor. Y lo más lindo: ver el entusiasmo, las ganas, la gran disponibilidad, de tantas personas que recorrieron grandes distancias y superaron muchas dificultades para responder a esta gran invitación de Cristo de formar parte del reino y hacer que éste crezca en el amor.
La exhortación a la Misión es para todos. Darle una respuesta a esta vocación misionera implica el seguimiento incondicional de Jesús, que es el Camino, la verdad y la Vida.
"BUSQUEN
PRIMERO EL REINO Y SU JUSTICIA,
Y
TODO LO DEMÁS SE LES DARÁ POR AÑADIDURA"(Mt. 6,33)
Matías
Daguer
EL COMPROMISO PARA TODOS…
...
anunciar a Jesucristo hasta los confines del mundo e impulsar a la Iglesia
universal a proclamar con todas sus energías:
"JESUCRISTO, VIDA Y ESPERANZA PARA TODOS LOS PUEBLOS"