De las interesantes respuestas formuladas por el Dr. Pérez
de Cuéllar podríamos obtener las siguientes conclusiones
:
Efectivamente, la ausencia de la ONU ante el "horror de los bombardeos
de la OTAN " es lamentable, como lo expone el Embajador. En consecuencia,
al desconocer la autoridad del Consejo de Seguridad la Alianza OTAN ha
violado normas elementales del Derecho Internacional.
La Carta Fundamental de la ONU define con claridad las obligaciones
de sus miembros. Los países integrantes de la OTAN están
representados en la ONU, por ello, como expresa el Embajador Pérez
de Cuéllar, los bombardeos que realiza la Alianza Atlántica
sobre Yugoslavia son un "atentado contra los Derechos Humanos que el Mundo
entero deberá tener en cuenta ".
Reconociendo que sólo el Consejo de Seguridad tiene poder de
decisión respecto al uso de la fuerza, el Embajador Pérez
de Cuéllar considera necesario una convocatoria a una reunión
de la Asamblea General de las NNUU como elemento disuasivo a las acciones
militares de la OTAN. En este sentido ya algunos gobiernos latinoamericanos
estarían coordinando la solicitud a la Presidencia de la Asamblea
General a fin de que se llame con carácter de emergencia a una reunión
general como recurso efectivo para detener las matanzas a civiles inocentes
perpetradas por la Alianza Atlántica OTAN.
Coincidiendo con los planteamientos hechos por el INSTITUTO PERUANO
DE POLEMOLOGIA respecto a la amenaza a la Paz Mundial que representan las
acciones militares de la OTAN, el Embajador Pérez de Cuéllar
advierte que el uso de la fuerza es negativo para el Mundo y "llama a reflexionar
sobre lo que podría suceder mas adelante " en la medida en que la
estrategia implementada por la OTAN de recurrir fácilmente al uso
de la fuerza militar como medio de solución a los conflictos, se
puede convertir en un procedimiento de rutina que no respete los principios
de la Carta de la ONU.
Queremos reiterar que la Comunidad Internacional debe respetar el derecho
a negociar entre las partes, cuando se trate de conflictos producidos al
interior de los países por diferencias étnicas, culturales,
geográficas, etc. que no representan agresión a nadie fuera
de las fronteras. El ejemplo de Kosovo debe ser analizado por el Mundo
entero y aprender como la presencia de "un intermediario", en este caso
la OTAN y EE.UU., sólo ha conseguido agravar el conflicto, provocar
muertes inocentes, destruir la infraestructura industrial y productiva
de Kosovo y Serbia, y crear condiciones que harán más difícil
la reconciliación entre los ciudadanos de Yugoslavia. Es decir,
exactamente lo contrarió de lo que pretendió la OTAN al intervenir
en el conflicto.
Se utiliza el término "Derecho Humanitario " como forma de justificar
la intervención militar en Yugoslavia. Desde el punto de vista de
la Jurisprudencia Internacional que garantiza el Derecho de la Comunidad
de Naciones, sólo las Naciones Unidas están autorizadas para
decidir el uso de la fuerza cuando las circunstancias lo justifiquen. El
llamado "Derecho Humanitario "no puede jamás estar por encima de
la Carta Fundamental de las NNUU., precisamente para evitar abusos como
lo que sucede en Yugoslavia.
Reclamar que fuerzas de seguridad de países que integran la OTAN
ingresen a Yugoslavia para garantizar la paz, es simplemente una demostración
de cinismo inaceptable a las puertas del nuevo siglo. Esta demanda de los
EE.UU. como requisito para detener los bombardeos hiere la sensibilidad
de la Comunidad Internacional. Las Naciones Unidas tienen su Fuerzas de
Paz, que en este caso deben cumplir su función como garantes del
reinicio de las conversaciones entre las partes en conflicto, Kosovo y
Serbia, sin presencia de terceros que sólo sirven para agravar la
situación y provocar destrucción y muerte.