Sin nombre es principio del Cielo y de la Tierra y al exponer la dialéctica correspondiente a esta fase creativa del tao, leemos en el Tao te ching:
y con nombre es la madre de los diez mil seres
El tao engendra el Uno
El Uno engendra el Dos
El Dos engendra el Tres
y el Tres engendra los diez mil seres
Para el pensamiento cosmológico taoista el universo existe a partir de la autodivisión de la realidad unificada del tao . El Uno, caos originario, clausurando el estadio de No-ser, fase del tao sin nombre, da paso al mundo del Ser desdoblado en dos aspectos o soplos (qi) vitales: yang qi y yin qi . Sin esta distinción originaria que, como ya mismo veremos, se simboliza también con el concepto dual de Cielo y Tierra, no podría explicarse el surgimiento de la multiplicidad que caracteriza a los seres existentes. Y será necesario que, seguidamente al surgimiento de la dualidad , el Dos engendre el Tres como aspecto contrapuesto y armónico que garantizando la unidad esencial del mundo del Ser, de paso a la diversidad fenoménica que caracteriza a la variedad de los seres que constituyen la realidad inmediata.
Es en este contexto de la cosmovisión taoista, para significar la dualidad intrínseca a toda manifestación de lo real, base de toda concepción dialéctica y exigencia de todo movimiento y cambio, el taoísmo filosófico designa al cosmos, al universo, con un concepto dual: Tian Di = Cielo y Tierra. Tian Di (que también se transcribe como T'ien Ti), es la totalidad de la naturaleza en el sentido del mundo material, pero sin oponerse al mundo del pensamiento, porque, en el pensamiento taoísta, tanto el ámbito de lo espiritual, singnificado por Tian = Cielo = esencia celeste, como el ámbito de la materialidad, significado por Di = Tierra = sustancia terrestre, son atributos de una misma identidad cósmica: el tao en su aspecto fenoménico.
Y este concepto dual con el que caracterizamos en esta fase al conjunto del mundo del Ser desde su consideración cosmológica, es también inmanente a todos y cada uno de los seres que conforman la realidad, puesto que Cielo y Tierra aluden en el plano metafísico a los dos aspectos actuantes en todo cuanto existe: yang y yin .
"El ocultismo o magia, desde luego está basado en la superstición, pero ha sido a menudo origen de la ciencia. Las artes ocultas comparten con la ciencia el deseo de interpretar la naturaleza en forma positiva, y conseguir los servicios de la naturaleza por medio de su conquista por el hombre. El ocultismo se convierte en ciencia cuando renuncia a su confianza en las fuerzas sobrenaturales y trata de interpretar el universo sólo en función de las fuerzas naturales. Los conceptos sobre estas fuerzas naturales pueden parecer más bien simples y toscos en un principio, pero en ellos encontramos los comienzos de la ciencia. Tal ha sido la contribución de la escuela yin yang al pensamiento chino. Esta escuela representa una tendencia científica en ese sentido....."
Queda claro, entonces, que al hablar de la dualidad yin yang no estamos hablando de principios osotéricos, sobrenaturales, sino de aspectos reconocibles en el mundo fenoménico, en la naturaleza.