Estoy hecha
de madreselvas rojas nacientes,
cabellera ondulante del alba
donde la ola siempre se vuelve;
danzante espuma en retirada.
Estoy hecha
del rocío que a diario se duerme
sobre los ventanales ocultos del alma,
donde los luceros de ganas se pierden
y el silencio en el silencio habla.
Estoy hecha
del barro azul cósmico naciente,
cuando la corriente del río se aparta
buscando letanías sordas concurrentes
bañándose de amor la calzada.
Estoy hecha
de lluvia paralela cayendo insistente,
besándose a solas con la mañana,
donde la luna amante se tiende
en las telarañas del ayer olvidadas.
Estoy hecha
de tinieblas huecas y del aire,
de luz pasajera mustia de la distancia,
de relojes del tiempo acortando la muerte
a la espera colgante de la plegaria.
Estoy hecha
del mar, de menopausia vejez doliente
cuando los pechos montañosos se agrandan,
pasiones preñadas a ciegas de soledades
¡que el cuerpo hambriento las reclama!
Estoy hecha
de angustias, de alegrías quedadas, pendientes
de caminos andados sobre la nada,
de cartas huérfanas sin remitente
donde se ahogan de amor las palabras.
Estoy hecha
a la fuerza, ultrajando de negro las realidades
de herejías, de amantes de miradas falsas,
de vida perfumando en secreto los arrabales
sobre la cortina del cielo virginal y diáfana.
Estoy hecha
como luna clara en desnudes de hoy, de antes
como las mujeres ¡demonios!, en entrega aman.
Soy mujer hecha de versos cursis y errantes
sobre las constelaciones en vigilia sagradas!
Estoy hecha
de la cornisa del universo donde todo es y es nadie,
fuego, de pasión de piel durmiente entrelazada
donde el principio, ¿cuál principio?, no se sabe.
Soy arco iris que se doblega sobre la noche amante.
Beso del beso, espejo tus ojos de rotos cristales
quizás sea sólo el esqueleto,
¡que viene en ironía a buscarte!
Estoy hecha
de carne y de hueso y estoy hecha
¡en rebeldía impuesta de sangre!
2004
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Puerto Rico Yira