Curas, dictadores y asesinos: la Santísima Trinidad?

VENTA ILEGAL DE ARMAS: PREOCUPACION DEL EPISCOPADO EN TORNO A LA SITUACION POLITICA
Para la Iglesia, el pedido del fiscal llegó "en un momento inoportuno"

CLARIN. 29 abril 2001
La cúpula de la Iglesia siguió con preocupación el pedido que el fiscal Carlos Stornelli le formuló el martes al juez Jorge Urso para que cite a declarar al ex presidente Carlos Menem en la causa por la venta ilegal de armas como sospechoso de haber sido el jefe de una asociación ilícita que llevó a cabo la maniobra, un delito no excarcelable
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Dos ecuménicas ocasiones del pontificado de K.Wojtyla. En una con Pinochet y en otra con Galtieri, parece comentar jocosamente los detalles del operativo Cóndor. Que si hemos arrojado a unos alborotadores al mar, que si hemos torturado a otros, en fin, que si hemos matado a algún de esos barbudos y a sus mujeres y hemos secuestrado a los niños. Como siempre, su santidad, se trataba de comunistas, es decir, morralla de la peor. Salve Regina Mater Misericordia! Amén hermanos, Dios sea en vuestros corazones!
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La Iglesia tuvo responsabilidad en la represión franquista
según Hilari Raguer (Madrid, 1928), monje de Montserrat e historiador.
Durante la guerra hubo un ambiente de franca camaradería entre militares y eclesiásticos. El general Millán Astray, conversando con fray Justo Pérez de Urbel, le dice: "Soy un pecador", y el que luego fuera alma del Valle de los Caídos responde: "No, usted es un patriota y con una confesión queda todo perdonado". (...)La Iglesia tuvo responsabilidad en la represión franquista, durante y después de la guerra. Un libro publicado recientemente por Julián Casanova, La Iglesia de Franco, es terrible sobre esta complicidad de la Iglesia. Y eso no sólo lo dice Casanova, a quien algunos han criticado por excesivo. Recuerdo la última conversación que tuve con Ramón Salas Larrazábal, tal vez el mejor historiador militar, que combatió en el bando franquista. Él me decía: "Es evidente que la Iglesia española no tuvo misericordia". No tengo testimonio escrito de ello, es mi palabra. Pero esta Iglesia que no tuvo misericordia, que era tan susceptible con sus muertos y tan insensible con los muertos de los demás, pienso que no es decoroso que ahora se corone de martirio, cuando no ha querido pedir perdón por su implicación en la guerra y en la posguerra.