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¡Ayude a Dios combatiendo al demonio! ¡Ponga un exorcismo en su vida cristiana!

EXORCISMO DE ALMANSA

Se llamaba Rosa, y tenía 11 años cuando fue asesinada por su madre y dos vecinas el 18 de septiembre de 1990. Las asesinas alegaron que era necesario por el bien de la niña, puesto que estaba embarazada del diablo...

Ocurrió en Almansa, Albacete. Rosa Gonzálvez, madre de la niña y sanadora de la zona, esquizofrénica y faná. Tenía muy buena reputación entre sus clientes. Todo comenzó cuando Rosa la curandera comienza a hacer una serie de exorcismos comenzando por su vecina María Angeles. Satisfecha con su primer exorcismo, continua exorcizando a los hijos de ésta, de 5 y 6 años, metiendoles los dedos en la boca a fin de que vomitasen el mal que llevaban dentro. Mas tarde, cuando llega el marido de Maria Angeles a la casa y ve la disparatada escena, trata de llevarse a su familia de allí. Su mujer, que se niega a abandonar a la curandera. Aún así consigue llevarse de allí a sus dos niños.

Al día siguiente, continua la sesión de limpieza en una reunión en casa de Rosa. Bajo su tutela se encuentran Maria Angeles, su hermana, su marido, su cuñada y Mercedes, otra vecina. Entre todos organizan otro extraño ritual de gritos, rezos, invocaciones religiosas, etc. que tiene como objeto el expulsar a los malos espíritus. Esta tarea les ocuparía hasta la media tarde, hasta que la curandera cansada se detiene.

A media noche, se iniciaba otra sesión espiritista aun mas violenta... Esta vez, el marido de la curandera sorprendía a Rosa, Mercedes y Angeles encerradas en su habitación bailando desnudas en trance, y cubiertas de bilis y excrementos. Entre las cuatro, lo golpean ordenandole limpiar la habitación y despiertan a Rosi, la hija. La desnudan. Luego ponen en el suelo de la habitación como tiritaba Mercedes dice a Rosa que si le quiere quitar el mal, que se de prisa porque cree que la niña no se encuentra bien. La madre histérica piensa que Mercedes también está poseída, y comienzan a darle patadas en la vagina y metiéndole los dedos en la boca para que expulsase al espíritu. Cuando la mujer comienza a sangrar por la boca, paran. Entonces Rosa se dirige hasta su hija y comienza a golpearla gritando que el demonio estaba ahora dentro de ella.

El padre oye los gritos y los lloros de la niña, pero es agredido. Impotente, escucha los gritos de su hija, pero al intuir lo que ocurría, el hombre sale a la calle en busca de ayuda... pero llega tarde. Las mujeres, tras atrancar la puerta con una cama, acuestan a Rosi en otra de las camas restantes y comienzan el exorcismo. Para el susto de la niña, las mujeres comienzan a golpear los muebles hasta destrozar una buena parte. Desnudas, se revuelcan por el suelo cortándose con los cristales rotos, mezclando sangre y orines en su ataque de histeria. Acto seguido, Rosa se acerca furiosamente a su hija gritándole: "¡Estás embarazada del diablo!". Y mientras las otras dos le sujetan las piernas, le introduce las manos en la vagina desgarrando la carne de la pequeña que gritaba Su madre no se detiene, primero una mano, luego la otra explorando el interior de Rosi y mientras le arranca de un tirón los ovarios y la vagina grita con ojos desencajados: "¡Sal cabrón!, Gloria al espíritu santo, oh gloria a Jesús..."

Al poco tiempo terminaba todo el sufrimiento, tras sufrir un shock hipovolémico por la cantidad de sangre perdida que le causaría la muerte.La madre continua arrancando los intestinos por la vagina de la niña y gritando. A las nueve de la mañana del día siguiente, Jesús y su cuñada consiguen entrar en el cuarto, con los cuerpos de las exorcistas crucifijos, velas, sangre y los intestinos de Rosi desparramados por el suelo.

El padre sale horrorizado a llamar a la policía, mientras su cuñada entra atónita en la habitación. Las mujeres al verla se precipitan sobre ella gritando que necesitan sus ojos e intestinos para que la niña vuelva a la vida, dandole una paliza en su ataque que le ocasionaría una contusión retiniana en ambos ojos. Momentos más tarde, se dan cuenta de lo que habían hecho con Rosi e intentan darse a la fuga, pero son detenidas por la Guardia Civil al poco tiempo. Estos reconocen haberse estremecido mientras procedían a la detención de la curandera cuando ésta les aseguraba con una sangre fría "Lo hice y lo volvería a hacer por el bien de mi hija, Satán la había poseído y llevaba un hijo suyo..."


EXORCISMO DE ALBAICIN

Encarnación Guardia Moreno, de 36 años decidió someterse a un ritual exorcista creyendo que un diablo poseía su cuerpo. Ese ritual le costaría la vida. Sucedió en Albaicín, un pueblo de Granada en 1990. Encarnación había sido invitada a una sesión de espiritismo por una tia suya que tenía dones de mediumnidad. El espiritista era un curandero conocido como Mariano Vallejo "El Pastelero". En el transcurso de la ceremonia, éste dijo que veía" como un ser demoníaco estaba intentando apoderarse del cuerpo de Encarnación, y la mujer se fue a casa asustada.

La idea la fue obsesionando, hasta el punto de "sentir algo raro en el interior". Sus dos primas, la convencieron para que volviese al lugar para que el Pastelero expulsara al ser. Al día siguiente, al ver que no regresaba a casa, una de sus hermanas acude a buscarla preocupada a casa de sus primas, pero no la dejan entrar diciendole que no debía interrumpir la sesión. La mujer cuenta lo ocurrido a su padre, y ambos acuden otra vez a la casa. Al entrar, encuentran el cuerpo de Encarnación desnudo y amoratado en el suelo en medio de un charco de sangre... Rápidamente, el cuerpo malherido es trasladado a un hospital granadino e ingresando en Cuidados Intensivos, pero fallece al día siguiente a consecuencia de un edema cerebral, por una gran cantidad de sodio ingerida que había afectado a su sistema nervioso.

El hecho es inmediatamente denunciado a la policía, que detiene como presuntos culpables de un delito de homicidio a Mariano Vallejo, a Enriqueta e Isabel Guardia Alonso, primas de la fallecida, y a Josefa Fajardo, su sobrina, aunque investigaciones posteriores darían como resultado la implicación de más personas acusadas de complicidad, como María Alonso Vaca, la propietaria del apartamento. Enriqueta, una de las personas que presenciaron el brutal crimen, asegura que antes de la muerte de Encarnación todos estaban aterrorizados, pues ésta repetía constantemente "presa de un ataque de histeria y gritando como una verdadera poseída que era la esposa de Lucifer, y que iba a engendrar al demonio si no la ayudaban".

Esta actitud de la víctima que según los informes médicos era producto de una depresión nerviosa, fue interpretada como una posesión demoníaca, y la mujer empezó a ser sometida a numerosas torturas, cada una más brutal que la otra, con la finalidad de impedir que naciese tal diablo. El macabro exorcismo se desarrollaría en tres etapas: En un principio, Encarnación se vio obligada a ingerir una pócima compuesta por 250 gr. de sal diluida en agua, bicarbonato y aceite, lo que le produciría un coma profundo del que no llegaría ya a salir.

Después, el mismo Pastelero le dió una brutal paliza lesionandola por todo el cuerpo ademas de golpearla lanzándola varias veces contra la pared.

Y para concluir la ceremonia, acompañado por una de las familiares de la víctima procedió a la expulsión del demonio... destrozando el recto de la poseída con una barra de hierro y desgarrando con sus manos la vagina para extraeerle el paquete intestinal, según sus propias palabras, con el propósito de desprender del interior de su cuerpo el engendro de Satanás".

Vallejo admitió haber realizado el exorcismo a petición de los familiares de la víctima y siguiendo las indicaciones de Encarnación, que le iba indicando cada uno de los pasos que tenía que dar para conseguir la expulsión. También acusó a Enriqueta e Isabel de haber sido quienes convencieron a la víctima a comparecer en el ritual, además de estar presentes y haber preparado la pocima de sodio. Pero negaron toda participación, acusando a su vez al Pastelero de haber forzado a la víctima a someterse al ritual.

Josefa reconoció haber sido la encargada de introducirle la mano por el ano y pincharle la vagina con una aguja caldeada al fuego, afirmando que todos habían contribuido en el exorcismo. Finalmente, tras varias sesiones de juicio, la Audiencia Provincial de Granada pidió 5 años de prisión para los principales inculpados, por delito de lesiones con resultado de muerte por un lado e imprudencia temeraria por otro (al no haber intención de matar a la persona, no se puede considerar como un delito de homicidio). Para Maíía 2 años y medio de arresto por no haber impedido la comisión de los delitos. Y una indemnización de cuatro millones de pesetas para cada uno de los dos hijos de Encarnación.


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