Ojos
nuevos para mirar la Biblia
El
midrash |
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Textos
de
John Shelby Spong |
El
presente explicado por la tradición...
Midrash es la forma judía
de decir que todo lo que se venera en el presente hay que conectarlo de
alguna manera con un momento sagrado del pasado. Es la capacidad de evocar
un tema antiguo en un contexto nuevo. Es el modo con que la experiencia
del presente puede ser afirmada y establecida como verdadera dentro de
los símbolos del ayer.
La verdadera pregunta de la tradición
midráshica es ésta:
¿Qué
experiencia condujo, o hasta impulsó, a los compiladores de la tradición
sagrada a incluir ese elemento, esa vida o ese suceso en la trama interpretativa
de su pasado sacro?
¿Qué
hubo acerca de Jesús de Nazaret como para demandar que el significado
y alcance de su vida se interpretase a través de las historias de
Abraham, de Isaac, de Moisés y la Pascua, del Éxodo y del
desierto, del Sinaí y de la tierra prometida, de Ana y Samuel, de
David y Salomón, de Elías y Eliseo, de la figura del siervo
paciente y del Hijo del hombre, de Pentecostés y el Tabernáculo,
y a través de mil otras opciones, que sirvieron para incorporar
la vida de Jesús en el designio de Dios, conocido por la Historia
de Israel?
El midrash lo define The Jewish
Encyclopedia como:
El intento por penetrar
en el espíritu del texto, examinar el texto desde todos los ángulos,
derivar unas interpretaciones que no son obvias a primera vista y por iluminar
el futuro apelando al pasado.
Para mí, el midrash era
-
un modo a través del cual unas experiencias
humanas trascendentes podían procesarse e incorporarse en un relato
creyente en constante desarrollo, que no conocía capítulos
cerrados ni reclamaba una infalibilidad anquilosada y yerta.
-
un modo de repensar mitológicamente
ciertas dimensiones de la realidad, para las que el lenguaje del tiempo
y del espacio simplemente no era adecuado
Al midrash no le preguntamos qué
ocurrió; le preguntamos más bien que pasó con Jesús
para que fuera incorporado a la tradición midráshica.
Yo reconozco la presencia del misdrash
no sólo en los relatos de la navidad, sino y más especialmente
en los relatos de la resurrección.
Y después empecé, por fin,
a ver el elemento midráshico de la intemporalidad en todo el corpus
de los evangelios canónicos. Cuando se ha experimentado la transcendencia
de la historia, el tiempo es frecuentemente la víctima.
Dado que en la vida
de Jesús ocurrió algo dramático cuando en cierta ocasión
subió a Jerusalén, cada vez que leemos en la Biblia cualquier
otro viaje a la ciudad santa estamos dando otra dimensión de ese
mismo elemento revelador. El tiempo desaparece y cualquier viaje en la
Escritura refleja la memoria de aquel definitvo viaje revelador.
De ese modo la Biblia no es una cronología.
Es un estrato tras otro de intemporalidad…
Y el acercamiento a la verdad a través
del midrash se convirtió para mí en la puerta de entrada
al estudio del momento de la Pascua de resurrección.
El midrash significa que, cuando
uno entra en las Escrituras, tiene que abandonar el tiempo lineal.
Y eso significa que hemos de abandonar
una certeza literalista a favor de una tradición creyente viva y
de un final abierto, en donde se ve a Dios como pasado, presente y futuro,
como si los tres fuesen un todo inseparable.
Los evangelios de Marcos, Mateo, Lucas y Juan
son producto de la tradición midráshica, mucho más
de cuanto la mayoría de los cristianos han imaginado nunca.
Ellos [aquellos primeros cristianos] emplearon
el lenguaje y el estilo del midrash por ser el único lenguaje
y estilo que tenían a su disposición para captar la intensidad
de la esfera de Dios que se había experimentado en la arena humana.
En cierto sentido, el midrash era mitología vinculada a tradiciones
religiosas y temas universales.
Y por encima de todo era un lenguaje, que
no podía tomarse en un sentido literal al emplearlo en procesar
una experiencia que no podía negarse.
La resurrección.
¿Mito o realidad?
Pág
27-40
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El
mètodo del midrash
La forma en que la tradición judía
vio y trató las Escrituras fue muy clara. Ese método produjo
lo que se denominó midrash.
El midrash representa
los esfuerzos realizados por parte de los rabinos para demostrar, escudriñar
y diseccionar la historia sagrada, a la búsqueda de significados
ocultos, con la intención de llenar los huecos y buscar las claves
que condujeran a la verdad todavía por revelar. Los rabinos que
desarrollaron el midrash partieron del supuesto que el texto sagrado
era intemporal, que fue cierto en el pasado, lo era en el presente y seguirá
siéndolo en el futuro.
Fue inevitable que los primeros cristianos
que eran gentes judías, interpretaran a Jesús, organizaran
su recuerdo y configuraran su vida religiosa basándose en su herencia
religiosa judía, que era la única tradición que conocían.
En la actualidad, las claves para comprender
la acción de Dios podrían encontrarse en las narraciones
antiguas. Los cristianos estaban convencidos de que Jesús era la
llave que les permitiría comprender las escrituras judías.
El Dios que había hablado "a nuestros padres por medio de los profetas;
en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo" (He
1, 2).
Así pues,
revisaron los textos antiguos a la búsqueda de indicaciones, pistas,
previsiones e interpretaciones. Sólo hacía falta poseer ojos
que pudieran ver. En consecuencia, volver a contar historias extraídas
del pasado religioso judío para iluminar una nueva experiencia no
era engañoso, falso o inducía a error.
Se trataba más
bien de iluminar la nueva experiencia demostrando cómo era visto
el pasado y cómo se cumplía éste en el presente. Los
lectores de los evangelios lo comprenderían, ya que conocían
este método midrashico de explorar las Escrituras.
Esta forma de actuar, sin embargo, parecería
hallarse entre la verdad literal y la mentira abierta para los miembros
de una generación que viviera varios centenares de años más
tarde, separada de sus raíces religiosas judías, y aferrada
a una actitud mental peculiarmente occidental.
Nuestro mundo moderno,
distorsionado por las afirmaiones religiosas de objetividad y literalidad,
pregunta: "¿Sucedió en realidad?"
En cambio, los autores
bíblicos, profundamente impregnados por la tradición bíblica
del midrash, trataban de contestar una pregunta muy distinta: "¿Qué
significa?"
Los evangelios son ejemplo de midrash
cristiano en mucha mayor medida de lo que se había creído
hasta ahora.
En los evangelios se configura, recuenta,
interpreta e incluso se cambia la antigua historia judía para arrojar
así una luz adecuada sobre la persona de Jesús. No hubo nada
de objetivo en la tradición evangelista.
Jesús, hijo de Mujer
Pág
40-41
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El
midrash cristiano
Las narraciones sobre la natividad ilustran
el midrash cristiano de una forma quizás mucho más
concentrada que en cualquier otra parte del Nuevo Testamento. El único
hecho histórico evidente que subyace en estas narraciones es que
Jesús nació.
Si se es humano,
nadie llega a este mundo de ninguna otra forma. Históricamente la
iglesia ha resistido todos los esfuerzos que se han hecho para quitarle
a Jesús su humanidad, aun cuando en la mentalidad popular sigue
siendo considerado como un visitante celestial.
La primera piedra en la construcción
de la figura no humana de Jesús en la posterior mitología
cristiana la encontramos en las narraciones de Mateo y Lucas sobre la natividad.
Sin embargo, debemos considerar éstas como intentos midráshicos
por interpretar el poder y impacto del Jesús adulto.
El lugar de Belén,
la concepción milagrosa, las señales celestiales, los presentes
de los magos, la visita de los pastores, el asesinato de los infantes masculinos,
la huida a Egipto y quizá hasta los nombres de Zacarías,
Isabel, José y María son productos del midrash. Al
menos, deberíamos considerar y explorar estas posibilidades.
Ninguna de estas narraciones de la natividad
se habría creado si la experiencia con el Jesús adulto no
hubiera exigido una explicación. ¿Quién es este hombre?
¿De dónde ha venido?
Jesús, hijo de mujer
Pág
42-43
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Mateo
y el midrash
El autor del evangelio de Mateo se vio
profundamente influido por el midrash judío.
Este hecho exigía
que también estuviera bastante familiarizado con el cuerpo de las
escrituras judías. Escribió como judeocristiano que utiliza
la tradición del midrash y que interpreta a Jesús
buscando recontar historias extraídas de esas escrituras sagradas
que -él creía- presagiaban o señalaban la llegada
de ese Cristo.
Creó su tradición de la natividad
a partir del juego entre su propia imaginación y la Biblia hebrea.
Eso significa que, para hacer comprensible su narrativa, tuvo que depender
conscientemente de sus conocimientos religiosos y de la memoria religiosa
del público al que se dirigía.
Toda su narración no fue más
que un midrash cristiano, escrito para interpretar la vida adulta
de Jesús de Nazaret en términos de una rica herencia religiosa
que alimentaba a su vez la convicción de los cristianos del siglo
I de que Jesús era el Mesías que cumplía las expectativas
judías de todos los tiempos.
Los primeros cristianos no tenían
capacidad para cuestionar o poner en duda la experiencia de que "Dios
había sido encontrado en Jesús".
Su tarea fue sólo
la de encontrar palabras, símbolos, frases y claves interpretativas
a través de las cuales poder hablar de esta realidad.
Así, los intérpretes cristianos
se vieron arrastrados hacia las fuentes de su fe y, en ese proceso, utilizaron
la tradición del midrash.
Jesús, hijo de mujer
Pág
100-102
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Lucas
y el midrash
Lucas, como Mateo, se vio profundamente
influido por el estilo del midrash judío.
En esta tradición,
las escrituras de la antigüedad podían ser falsificadas, reinterpretadas
e incluso reutilizadas hasta que la revelación de Dios en el presente
fuera consistente con la revelación de Dios en el pasado. Y, más
importante aún, se creía que la comprensión alcanzada
ayer sobre las escrituras iluminarían la experiencia de hoy y, en
consecuencia, la verdad actual.
Debido a que la empresa cristiana tuvo sus
comienzos en un contexto judío, los cristianos adquirieron el hábito
de utilizar esta forma de investigar las escrituras, a la búsqueda
de pistas que interpretaran los acontecimientos del presente.
Los primeros cristianos, que de hecho también
eran judíos, reclamaron las escrituras judías como su propia
fuente interpretativa de autoridad.
Armados con ellas, adscribieron el papel
de "auténtico Mesías judío" a su Jesús judío.
En esta empresa fueron cruciales algunos pasajes…, los cuales se utilizaron
no sólo para interpretar los acontecimientos recordados de la vida
de Jesús, sino que llegaron a configurar incluso estos acontecimientos.
Lejos de "cumplir las escrituras", como habían
afirmado los cristianos, éstas determinaron la forma en que contaron
a la gente lo que creían recordar.
Las historias de la natividad de Jesús
no son literales. No son biográficas. Fueron creadas a partir del
proceso interpretativo del midrash
Jesús, hijo de mujer
Pág
148-151
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