PRESAGIOS (1924)

[45]

Lágrima,
no te quiero, eres de agua.
Como el río al mar,
la fuente a la sed,
la charca a la nube,
tarde o temprano te marchas.
Alegría,
alegría cálida y aúrea,
no te quiero, eres de sol.
Y hasta el calendario cuenta
que por las tardes te llevas
a otro - ¿a qué otro? - lo que
me dabas por la mañana.
Libro,
no te quiero. De papel
cárcel frustrada, ya sabes
que se te irá el prisionero.
Agua que nunca huye,
soles que no se ponen,
libros que no traicionan:
quietud, tiniebla, inmóvil, tú, silencio.
Y lo de fuera, sí, sé generoso, afuera.
Mas lo de dentro - dulce secreto eterno - adentro.

[46]

Anoche se me ha perdido
en la arena de la playa
un recuerdo
dorado, viejo y menudo
como un granito de arena.
¡Paciencia! La noche es corta.
Iré a buscarlo mañana...
Pero tengo miedo de esos
remolinos nocherniegos
que se llevan en su grupa
- ¡Dios sabe adónde! - la arena
menudita de la playa.

[47]

Coraza y pecho abierto.
Coraza hecha con el acero de lo eterno
para el dardo que lanza el arco, desde abajo,
cada día, certero,
para el dardo sutil del cuidado pequeño.
Y los días pasados sin bajeza ni altura,
montón de muertas flechas rebotadas
al pie nuestro.
Y a lo otro pecho abierto:
para la herida grande del gran dolor eterno,
para el puñal del bien y el mal
que nosostros nos hemos de clavar en el pecho
por voluntad y por mandato interno,
mientras resbala en la coraza cada día
el dardo leve de los destinos ciegos.

[48]

Desde hace ya muchos años,
la reja
me tiene partido el mundo
que se ve por la ventana,
en cuatro partes iguales.
Y así en una se me niega
lo que se me ofrece en tres
que no son nunca las mismas.
Cuando yo rompa los hierros,
ya lo sabes,
no ha de ser para escaparme:
será porque ya no pueda
sufrir más el ansia esta
de ver todo el mundo entero
sin cuatro partes iguales.

[49]

No te veo. Bien sé
que estás aquí, detrás
de una frágil pared
de ladrillos y cal, bien al alcance
de mi voz, si llamara.
Pero no llamaré.
Te llamaré mañana,
cuando al no verte ya,
me imagine que sigues
aquí cerca, a mi lado,
y que basta hoy la voz
que ayer no quise dar.
Mañana...cuando estés
allá detrás de una
frágil pared de vientos,
de cielos y de años.


FIN "PRESAGIOS"

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