Bella imagen del antiguo Crucificado, con la Magdalena, en
1920, en el paso que por entonces tenía.
De 1920 es la imagen de la Virgen del Refugio, que
desapareció en el saqueo sufrido por la Hermandad en 1936. La Virgen, en su antiguo paso,
llevaba un exorno original y arcaico, con guirnaldas florales en torno a los varales. el
palio era obra de Rodríguez Ojeda.
El antiguo Cristo de San Bernardo, que se perdió en la
guerra, en la salida del año 1929, ya sin la Magdalena a sus pies.
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Allá
por la década de los cuarenta del siglo XVIII, un grupo de muchachos del barrio de San
Bernardo, se entretenían paseando por sus calles una inocente y modesta procesión, con
una imagen de barro del Señor con la Cruz a cuesta, al
que dieron el título de las Tres Caídas. Este paso que sacaban diariamente, se montaba y
guardaba en una casa de la antigua calle Tapada, en la que vivían Juan Severiano y Juan
Rodríguez, artífices de esta primitiva gesta.
En el año 1748, se incorpora al grupo, otro joven llamado Antonio Alonso Sánchez, que
con algo más de ambición que sus antecesores, propone la adquisición de un Crucificado
y una Dolorosa, ambos de barro, cuya proposición es aceptada por el grupo, dándole a la
primera imagen la advocación de Cristo de la Salud y a la segunda de Ntra. Sra. del
Patrocinio, haciéndose además el firme propósito, de encauzar al grupo como pequeña
Corporación, y organizar todos los años una procesión, que recorría las calles del
barrio, en la tarde del Domingo de Ramos. Así, de esta manera, pero con la ilusión que
ponen los hombres del domicilio de uno de estos jóvenes, para hacer estación en la plaza
de la iglesia, con sus pasitos y sus correspondientes insignias de papel.
Pero estos muchachos crecieron, y con ellos crecieron también sus ilusiones de cofrades y
su amor a Cristo, a su madre y a la forma de adorar y dar culto, a sus imágenes, y junto
con un grupo de ya hombre, formado por Francisco Pérez, Juan Piñales, Juan Asensio, Juan
de los Cristóbal González, Diego Eusebio Pulido, Gaspar Rubio, Vicente Briones de
Campos, Manuel Albendia, cura párroco de San Bernardo, consiguen que éste les permita
sacar la procesión con una imagen del Crucificado existente en la Iglesia.
En el año 1763 y en contra de la oposición del Provisor D. José Aguilar Cueto, que se
negó a que fueran aprobadas sus Reglas, el Cardenal Solís, sin embargo, comprendiendo el
esfuerzo y amor puesto por estos jóvenes, les dá el oportuno permiso, para que pudieran
hacer estación, en la tarde del Lunes Santo, acompañado por el Cura.
Féliz González de León en su obra "Historia Crítica y descriptiva de las
Cofradía", editado en 1852, dice de esta Hermandad "que en ochenta y
tres años que tiene de vida esta Corporación, hizo sólo su Estación de Penitencia,
dieciseis veces, a grandes intervalos". Sin embargo, hoy podemos decir, que
aquello que comenzó como un entretenimiento de muchachos, ha llegado en nuestro tiempo, a
tener el carácter de Cofradía seria y comprometida, siendo una de las Corporaciones que
más hermanos nazarenos sacan en sus filas, que posee unos pasos de gran belleza y
armonía, habiéndose adaptado perfectamente a las necesidades y exigencias de la Iglesia
actual, celebrando con la parroquia una colaboración total, hasta el punto de formar un
bloque con ella.
El 18 de Julio de 1936, con motivo de la guerra civil española, sufrió seriamente los
acosos y ataques a la iglesia, perdiendo sus imágenes titulares, que después de
destrozos fueron pasto de las llamas, al igual que otros muchos de sus enseres
procesionales. El Crucificado, considerado como una de las mejores imágenes sevillanas,
quedó carbonizado, conservándose en las dependencias de la Hermandad, sus restos, como
tesoro y reliquia, convertido en sagrado leño.
Las perspectivas , no podían ser más desalentadoras después de la sacrílega
desvastación cometida en este templo, pero como lo principal es el culto a Dios, llegando
a Él a través de sus imágenes, el Prelado de la Archidiócesis, autorizó, el que esta
Hermandad pudiera disponer, aunque en calidad de depósito, de una bella efigie,
representando a Jesucristo en la Cruz que pertenecía a la Santa Escuela de Cristo de la
Natividad, asimismo, se pudo encargar al escultor Sebastián Santos Rojas, la creación de
una nueva imagen para la Dolorosa.
Desde que en el siglo XVIII, en sus comienzos, aquellos muchachos sacaran la imagen
Dolorosa en barro, han venido demostrando su amor a la Madre, a través de los tiempos, y
como colofón a este amor, el 10 de junio de 1945, el entonces Hermano Mayor Don Antonio
Filpo Rojas, que lo fue durante treinta y cinco años, con motivo de una cena homenaje que
se celebraba en su honor, solicitó en nombre de la Hermandad, que en el escudo de la
ciudad de Sevilla, se agregara como lema de Muy Mariana, petición que fue
aceptada por la Corporación Municipal, figurando en el citado escudo, desde el mes de
Noviembre de 1948.
Es también importante la labor de caridad, que ejerce esta Hermandad en un barrio como
este de San Bernardo, destacando entre otros, el patrocinio de la guardería Infantil "Virgen
del Refugio", al que cuida y mima como el tercer paso de la Corporación, la
colaboración y ayuda, a su párroco en la creación de la Cooperativa de Viviendas, para
que los vecinos de esta feligresía no tengan necesidad de peregrinar a otros lugares de
la ciudad y el socorro a cuantos necesitados se lo solicitan.
En 1967, por decreto de la autoridad eclesíastica, se une con la Hermandad Sacramental de
la parroquia, dándose la curiosa circunstancia, que este año justamente de la Stma.
Virgen del Patrocinio, que había utilizado en escasos años de su vida Corporativa, y que
le sería retirado en 1764.
Es conocida esta Hermandad por la de "San Bernardo", por el barrio en
el que
está erigida y también por las de los "toreros", quizás porque al
parecer,
perteneció a ésta el conocido matador Francisco Arjona Reyes "Cúchares",
habiéndole seguido en la Hermandad, otros muchos maestros de este arte, tan español.
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