TIME-OUT
- El TIME-OUT es un minuto de silencio o de oración por la paz que realizan cada día del año miles de personas a la vez en todo el mundo.
- Nació en 1990, cuando estalló la Guerra del Golfo. En aquella ocasión, como en tantas otras, nos sentimos impotentes, pero pensamos que una cosa sí podíamos hacer: pararnos cada día a la misma hora y unirnos al mayor número posible de personas para pedir la paz, comprometiéndonos a ser los primeros constructores de paz en la vida de todos los días.
- Durante estos años el TIME-OUT se ha ido extendiendo entre gente de toda cultura, condición social, ideología y religión: en fábricas y ambientes de trabajo; en colegios y centros de enseñanza; entre personas de etnias enfrentadas en conflictos bélicos...
- Cada día de la semana pedimos en especial por una región del mundo y recordamos las guerras y las situaciones de violencia, conocidas o no, que allí existen.
- Pedimos a la comunidad internacional que, en un esfuerzo por llegar a descubrir una sola familia en la Humanidad, abra caminos para la paz en todas las crisis que hoy padece el mundo.
- Pedimos a los Jefes de Estado y de y a todas aquellas personas que tienen en sus manos la dirección política y económica de sus países, que hagan todo lo que esté en su mano para lograr el diálogo como medio de solución de conflictos.
- Pedimos que las industrias armamentistas den fin a la producción de muerte y dolor, y reconviertan sus fábricas en centros productores de paz. Pedimos que se desvíen las inmensas cantidades de dinero destinado a armamento hacia la erradicación del hambre en el mundo.
- Solicitamos el cese de todo tipo de pruebas, ensayos nucleares o cualquier otra actividad que pueda poner en peligro la seguridad del planeta y de la humanidad.
- Nos dirigimos a los medios de comunicación para que a través de sus programas no se difunda el odio y la violencia, sino que contribuyan a formar una "cultura de la paz".
- Por último, hacemos un llamamiento a la sociedad en general, y a cada uno de los que estamos aquí en particular, para que seamos los primeros constructores de paz allí donde vivimos, estudiamos, trabajamos... y que llenemos nuestra vida de pequeños o grandes "actos de paz".
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