VI. CONCLUSIONES

1.- El fondo, fuente esencial de inspiración del conjunto de los planes antidroga global actual: La instauración del Nuevo Orden Mundial (NOM) desactivando la guerra subversiva (insurgente o 'terrorista'), que descansa en el enunciado de que "Acabando el narcotráfico se acaba con la guerra y acabando con la guerra se acaba con el narcotráfico", se haya aún en proceso exacerbado de confrontación en medio de un sentimiento que deja entrever que la civilización occidental, con los Estados Unidos encabezándole, ha ido perdiendo la legitimidad moral con la que arrancó la Guerra contra el Terrorismo. Pero los términos de su concepción, su carta de presentación política global, su parte publicitaria en que se apoya, que brinda cuenta de la situación y comportamiento en si de las drogas en los escenarios neurálgicos Asiático y Andino como productores, y en el mundo industrializado como consumidores es cuestionada por la situación que presenta la relación costos-resultados reflejados en el precio, pureza y disponibilidad.

2.- Tanto los métodos usados para estimar el consumo como para calcular la producción globales de drogas son muy imprecisos y notoriamente no tipificados. Y La política antidroga global tiene más de política identificadora de la civilización occidental que de resultados, la cual seguirá inexorablemente condenada al fracaso debido a múltiple tipos de desaciertos:

a) La concepción universal predominante que ha enfrentado al narcotráfico, como un invento del siglo XX que es y se prolonga al Siglo XXI; ha sido reducida a la visión economicista (oferta Vs. demanda: Compartida por la política estadounidense y europea, aunque distanciadas entre si en cuanto a la forma y mecanismos al aplicarla), cuando debería contemplar un estudio científico retrospectivo que considere la lógica interna que se presenta principalmente demarcada por la fisiología, la psicología y la sociología, tendiente a descubrir e interpretar las diferentes articulaciones que al interior de la sociedad ocurren, que de cuenta de la condición humana (fisiología y adicción), de la medicina tradicional y la medicina moderna, de las economías (legal e ilegal), de los poderes de justicia (privada e institucional locales y regionales), de la diversidad cultural (tradición y permisividad), de los psicóticos y la evolución de las especies (animal y humana), y de las múltiples actividades sociales entrelazadas (normatizadas y estigmatizadas).

b)- En general en el mundo se presenta con menosprecio por las acciones preventivas con respecto al consumo y la rehabilitación.

c) Los planes antidrogas nacionales, de manera generalizada muestran vulnerabilidad: Es un hecho irrefutable que la dureza de la legislación antidrogas acompañada de más controles no impiden la reducción del consumo. Por esta razón han sido elevados a la categoría de 'política de estado'. Artificio implementado en los gobiernos locales tendiente a evitar replanteamientos que conduzcan a revelar los intereses que cubre y para evitar cuestionamientos a los supuestos fundamentos científicos en que descansan, pero que terminan ejerciendo un papel mucho más determinante sobre la política de los países dependientes que sobre sus economías, y que por obedecer a intereses imperiales, ejercen un papel más determinante sobre la economía de mediano y largo plazo de los países dependientes que sobre sus políticas.

d) El tema del narcotráfico ha sido convertido por las potencias, en la principal y más perdurable bandera ideológica y política aglutinante de la sociedad moderna matriculada en el Nuevo Orden Mundial, a la que le han ensamblado habilidosamente sus macroproyectos económicos que demanda en la etapa de globalización, su nueva tendencia por ellas trazadas en la expansión de capital.

3.- Los logros brindados hasta ahora por los planes antinarcóticos a escala mundial han sido en el mejor de los casos marginales en cuanto a la política antidroga pero exitosos en cuanto a la política de seguridad:

Las estrategias antidroga (principalmente representadas por el Plan Colombia y por la Iniciativa Regional Andina contra las Drogas -IRA- iniciada el 16 de mayo del 2001) no han sido verdaderas políticas de control de drogas. No responden como mínimo al control de la oferta. No han tenido como eje central ni salvaguardar la salud de la población mundial, ni el de conservar su estado económico, y menos aún la de preservar su institucionalidad democrática. Tampoco busca resolver los problemas que permiten la existencia de una gran masa poblacional dispuesta a dedicarse al cultivo, transporte y tráfico sino que son políticas encaminadas más bien a afectar y socavar las posibilidades de salud, de alimentación, el desarrollo económico, la institucionalidad de las regiones productoras de coca y las interacciones sociales. Generalmente han sido estrategias infuncionales por haber sido invertidos los factores que en el fenómeno intervienen, sin una adecuada priorización saltando sobre el desarrollo de las comunidades. Sin tener en consideración que en ninguna parte del mundo -Colombia, Bolivia ó en el sudeste asiático- se ha dado que primero se logre la solución militar y luego el desarrollo social.

4.- Los planes nacionales antidroga, que se desarrollan actualmente en la región andina, muestran 4 aspectos vulnerables y fuertemente interrelacionados:

A.- Afrenta la identidad nacional:

Desconocen la historia, cultura, tradiciones, ... y realidad de los pueblos donde se pretende aplicar.

B.- Ignora el acumulado de conocimiento:

En su esfuerzo por desconocer las manifestaciones tangibles de la riqueza natural que se posee, ignoran el acumulado de conocimiento existente en torno a la coca, e ignora en la relación naturaleza vegetal-naturaleza animal, el papel dinamizador que los psicoactivos fungen en el desarrollo de las especies.

C.- Obedece a intereses creados:

Intereses de minorías energéticos y comerciales descansan de manera notoria en el trasfondo de la lucha antidrogas.

D.- Presentan fracturas:

La sustitución de cultivos sólo es viable bajo la aplicación sine quo non de dos elementales medidas :

1.-) En la medida en que la sustitución de cultivos se halle atada a la sustitución de tierras. Política que demandaría la aplicación de una integral, amplia y real reforma agraria, en escenarios nacionales en los cuales sus burguesías ha tiempo han renunciado a ella y donde reclama reconocimiento de haberla aplicado ha servido para promover la aparición del nuevo latifundio. Reforma agraria que, por consiguiente, NO aparece incluida en los planes antidrogas actuales.

Las hoy en día tierras productoras de coca fueron generalmente tierras abandonadas y/o dispuestas por los estados a ser colonizadas por ser consideradas tierras de escaso nivel de productividad agrícola, y una verdadera sustitución de cultivos demanda la aplicación de un nuevo concepto de desarrollo alternativo que sea participativo, integral y sostenible, además de infraestructura apropiada y de tierras fértiles, aptas para cultivos potencialmente comercializables.

2.-) Y en la medida en que las Naciones Unidas apliquen una serie de herramientas y mecanismos apropiados, y trace un conjunto de políticas, lo suficientemente eficaces, dirigidas a conjurar de manera suficiente y anticipada las consecuencias nefastas sobre los productos sustitutos de la coca y la amapola, adquiridas al tenor de las leyes del mercado derivadas de la apertura comercial en el marco de la política de globalización mundial e impuestas por la dinámica de las poderosas compañías multinacionales, requisito del cual históricamente ha carecido este servil organismo como la burguesía regional.

Cuando finalmente la APTDEA (Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y de Erradicación de Drogas) haya quedado asimilada al Tratados de Libre Comercio (TLC)quedará plenamente al desnudo la farsa de la política de sustitución de cultivos como estrategia de la política antidrogas. Quedará al descubierto que la política de sustitución resultó ser una política inoperante al haber sido convertida en uno de muy alta calidad pero de muy pequeña magnitud revelándose a nivel mundial que el APTDEA jamás estuvo directamente dirigido al servicio de los programas de sustitución de cultivos ni a los supuestos mercados alternativos sino primordialmente orientado a granjearse el apoyo de sectores locales no tradicionalmente exportadores de cada país beneficiado, especialmente los ligados a las flores, textiles, derivados del petróleo, pigmentos, espárragos, atún,...Y que a la postre no fue mas que una vulgar forma de soborno gringo a cambio del esfuerzo cómplice empresarial encaminado a sacrificar la dignidad nacional la comunión de simetrías políticas, filosóficas y operativa entre las Políticas contra el Terror y contra las Drogas.

5- A partir del resultado de los análisis retrospectivos hechos en torno a las experiencias directas e indirectas surgidas universalmente en la relación sociedad-psicoactivos y psicoactivos-desarrollo; y de las realidades económicas y socio-políticas concretamente dadas, cada vez ha sido más factible pensar y actuar en términos de grandes líneas, con visión de futuro, que replantee esquemas y concepciones y formule propuestas de alcance supra-regional:

Propender por que el gobierno Venezolano, de Hugo Chávez, con solvencia política y económica, obtenga un mejor posicionamiento ideológico mundial frente a instituciones tan seriamente cuestionadas como la DEA y la ONU en materia de lucha antinarcóticos, impulsando la materialización de una agresiva propuesta dirigida a conseguir su financiación de la industrialización regional de la hoja de coca, de manera incluso más significativa a como la Comunidad Europea ha estado subvencionado el cultivo de la Cannabis en Europa, un macro-proyecto que contemple como un objetivo el desplazar del mercado regional a corporaciones imperialistas tan nefastas como la Coca-Cola señalada en Colombia de abusos con sus trabajadores, conspirar con paramilitares para amenazar, intimidar o asesinar dirigentes sindicalistas, y, sobre todo, por el uso indebido en todo el mundo del recurso natural coca incluyendo el del usufructo del nombre en sí, de la hoja como tal y de sus propiedades; Macro-proyecto que ha de ser concebido, difundido y reconocido institucionalmente a escala mundial y categorízada de política de estado, como la principal forma, la forma tercermundista por excelencia, de lucha antidroga (dejando a manos de las potencias el control, en su territorio, tanto de activos bancarios como de precursores químicos). Proyecto que debería establecerse en el país y en la zona latinoamericano que mejor combinación de condiciones institucionales, jurídico-legales de cultivo, calidad de producción con valor agregado y de infraestructura vial reúna. Y teniendo en consideración:

El resurgimiento y la preocupación actuales por el rescate de las raíces y los valores autóctonos regionales tradicionales. Y, las inmensas posibilidades de contar con un seguro y estable mercado interno regional y de intercambio comercial entre los mercados Afro-Yemení, con la hoja del qat; de Europa y Canadá con los productos elaborados a partir del cáñamo; de Latinoamérica con la hoja de coca y del basto mercado herbario íntimamente ligado a la farmacopea Asiática. Teniendo en consideración que un amplio mercado, conteniendo una fuerte demanda como su piedra angular, origina precios atractivos garantizando y estimulando la repetición de los nuevos ciclos productivos.

Paralelamente se hace imperativo:

A.- Hacer que la Organización Mundial de la Salud (OMS) publique su estudio sobre la coca, efectuado en 1995, en el que se destaca su valor medicinal y hacerlo objeto de la mayor difusión posible;

B.- Buscar que los países andinos consigan posicionar el tema de la coca a nivel subregional en los más altos niveles de decisión política e impulsar el desarrollo sostenible del sector cocalero;

C.- Pretender materializar, a corto plazo, la estructuración de un bloque regional conformado por países con cultivo y consumo legal y tradicional de coca y/o con importante presencia indígena, conformado por Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador para impulsar el reconocimiento de la coca en las convenciones internacionales y demandar ante la Convención sobre estupefacientes de Naciones Unidas, a realizarse en Viena en 2008, un replanteamiento de su política antidroga, enfatizando que legalizar las plantas no es legalizar a los narcotraficantes y ampliando y profundizando la propuesta política del Parlamento Andino contenido en su XVIII período de sesiones efectuado en agosto del 2001 en Bogotá, conducente a lograr la diferenciación entre coca y cocaína, la despenalización de la coca, y la implementación de un censo regional y por países de cultivos lícitos de esta planta;

D.- Buscar comprometer a los estados de la región con los artículos relacionados con el derecho al respeto y preservación de las tradiciones y autodeterminación de los pueblos indígenas que brinda el recién creado instrumento internacional de la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU.

6.- El planteamiento que relaciona guerra-narcotráfico en virtud de la aplicación de los planes antidrogas y descansando en el enunciado de que " Acabando el narcotráfico se acaba con la guerra y acabando con la guerra se acaba con el narcotráfico", no es más que un sofisma de distracción saltando sobre su enunciado suplementario que expresa que "el conflicto armado crea condiciones ideales para todos aquellos que trabajan con la droga", siendo incapaz de explicar la existencia del terrorismo de estado nacional y transnacional, el tipo de actividad económica fuente de financiación de las guerras (religiosas, políticas, étnicas, etc.) desatadas en escenarios y/o épocas en los cuales no ha existido la influencia del narcotráfico (las guerras en la sociedad esclavista, las guerras 'santas' de la edad media en Europa, la guerra entre Árabes y Judíos del medio oriente, las guerras anticoloniales asiáticas y americanas, la I y II guerras mundiales, etc., etc.).

7.- En Colombia en particular es factible implementar, suplementariamente al macro-proyecto regional, una serie de "micro-proyectos artesanales y de agro-industrialización múltiple a baja escala a partir de los cultivos tradicionales ilegales existentes", generando de paso, nuevas fuentes de empleo y de divisas: De los cultivos de la marihuana (cáñamo ó cannabis) para obtener y procesar fibra textil para confeccionar vestimenta y otros artículos afines, para elaborar papel y para uso medicinal en el tratamiento de nauseas, pérdida de apetito, pérdida de la visión, dolor, ansiedad, y aceites cosméticos; de los cultivos de la amapola para el uso del aceite de la semilla en la elaboración de alimento humano y animal y como materia prima en la industria de jabones, pinturas y barnices; para la elaboración del látex dirigida hacia las terapias de drogadictos de los países industrializados y la extracción de derivados para fines médico-hospitalarios (codeína, papverina, noscarina, morfina); de los cultivos de coca para elaborar diversos productos como harinas, bebidas y alimentos diversos para consumo humano y concentrados para consumo animal, entre otros, y para proveer con nuevos productos naturales al inmenso comercio en que descansa la medicina herbolaria de la farmacopea china. Planteamiento que desde hace tiempo podría haber enriquecido los raquíticos programas políticos máximos de las izquierdas latinoamericanas, especialmente de la Colombiana.

Conocimientos retomables de España y Canadá en cultivos lícitos de la marihuana y la manufactura del cáñamo; de Yemen con respecto al cultivo, comercialización y consumo legal de qat; De Australia, India, España, Turquía, Hungría, y Francia en los cultivos lícitos de amapola destinados a la manufactura de los derivados del opio, o de Eslovaquia, Francia y Pakistán en la producción legal de derivados del morfina; de Bolivia en el manejo de la hoja de coca, constituyen prácticas válidas que país alguno puede desdeñar en pro del bienestar económico-social de su población en general, especialmente la campesina, de la protección ecológica, de la estabilidad económica y política. En la materialización de este proceso se presentan catalizadores de carácter político-idológico tales como componentes autonomistas y el profundo desencanto generalizado generado durante décadas por la política tradicional, y económicos insertados en la globalización.

Colombia posee las condiciones mínimas para adoptar proyectos de este calibre: Materias primas, las experiencias en los cultivos, la mano de obra disponible y muchas necesidades insatisfechas de todo tipo (alimentos, medicinas, laboral, vestuario, etc..).

8.- Bajo el Nuevo Orden Mundial se hace imperativo desnarcotizar las relaciones y los procesos inherentes a ellas. Lo que significa catalogar los procesos de integración regional/globalización del capital mundial de manera que no genere traumatismo social, catalogar y tratar el consumo de estupefacientes de patología fisiológica (salud pública), catalogar los cultivos ilícitos de carácter social más que de problema policivo o militar.

9.- Lo común entre los proyectos de integración vial y energética que se adelantan en los países de Asia y América, en donde se aplican o no políticas sobre 'cultivos psicotrópicos', se contempla la aplicación del desarraigo de las comunidades consideradas hostiles.

10.- Es entendible la posición de sumisión que en torno a los planes norteamericanos de erradicación mediante la sustitución, adoptan el estado colombiano, sus autodefensas y algunas ONGs. Pero lo inentendible es que los grupos que en forma beligerante confrontan al estado, se hayan plegado a esta política, mediante propuestas de sustitución, 'aparentemente' incompatibles con sus postulados ecologistas, de respeto a los valores culturales tradiciones y de defensa de los intereses del labriego y del pequeño propietario del campo quienes condicionados a la previa eliminación de sus cultivos, quedan condenados al fracaso, en un contexto agravado por la caída de los precios internacionales del palmito y del café por el colapso del acuerdo internacional cafetero de 1989.

11.- La lucha antidrogas parece estar dirigida a forzar a los consumidores de sustancias psicoactivas de origen natural (cannabis, coca, qat, peyote, etc.) hacia las drogas sintéticas las que son fáciles de producir, a bajo precio, con diferentes modalidades de consumo (fumada, inhalada o inyectada), y que brindan efectos similares: La metanfetamina.

12.- La lucha antidrogas contempladas en el Plan Colombia y en especial la Iniciativa Regional Andina contra las Drogas (IRA) invocando la interdicción, la erradicación, la fumigación y el desplazamiento tras fronterizo de la población, trasciende las meras políticas de seguridad, orden público y de contención económica toda vez que la actividad militar, que se ha ido desplegando al sur del continente, está inscrita en estrategias que implementan medidas imperiales con un alto contenido colonialista que contribuyen a reorganizar la estructura militar norteamericana en América Latina.


                                                                                             



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