Hoy, más que nunca, se tiene algo claro: hay un cine mayoritario, uniforme, fabricado para el consumo. Y existe otro cine que tiene cualidades artísticas, que inquieta y actúa sobre el espectador. Este otro cine no llega o llega sólo excepcionalmente, a las salas de exhibición y al circuito comercial. Este es el cine "diferente", una manera de designar las cualidades que lo distinguen, que son diferentes a las del cine uniformizado anestesiante, al means-tream.

El XV Festival de Cine de Montevideo, es una suerte de afirmación de ese otro cine. La programación, que significa un enorme volumen de contactos selección de títulos y autores, refleja buena parte de esas "direfencias" incluso en el hecho de incluir una abundante sección documental y experimental y de cortometrajes, que se presentan a lo largo de las sesiones. Aunque no exista una idea previa al respecto, gran parte de la creatividad del cine hoy por hoy proviene de los cortometrajes, aunque en los largos que se presentan en el festival abundan los grandes films.

Todo lo cual viene a desmentir algunas presunciones, en el sentido de que el cine actual carecería de vitalidad, de innovación y de creatividad artística, cuando es exactamente lo contrario. Lo que ocurre es que lo que llega normalmente a los circuitos de exhibición, es cada vez más, ese cine que parece siempre igual, que apela a lo elemental, es decir, el cine comercial o industrial. El cine diferente, es el que se puede ver durante los nueve apretados días, en que transcurre el Festival, desde hace tres lustros, el objetivo es precisamente ese, la defensa y la difusión del cine como hecho artístico.