A veces tienes soledades concurridas, a veces la soledad no da permiso
a acompañarlas con algo más... esta página intenta ser un acercamiento
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Somos dueñas de nuestros cuerpos?

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¿Somos dueñas de nuestros cuerpos?

Eva
del varón fuiste tomada
huesos de sus huesos
carne de su carne

¿cómo pudiste pecar?
¿cómo osaste codiciar
los frutos del árbol
del bien y del mal

Eva
maldita serás
de tu marido será tu deseo
y has de llamarle amo y señor
Eva
parirás con dolor
Pedro Guerra

Ella tenía 6 años. En un momento cualquiera se bajó del juego mecánico y se paró a esperar a su hermana que estaba jugando con unas amigas. En un momento de distracción dejó de verla y se quedó quieta y esperaba ansiosa que su hermana o su madre o su padre apareciera. Pero no llegaba nadie y en los altavoces del parque buscaban una niña con su vestido, su chaqueta y sus zapatos. Se asustó. Se acercó un hombre de unos 50 años y le ofreció llevarla donde sus padres. Ella confió y le dio su mano. Empezaron a caminar y ella se extrañó de que iban por una ruta que los alejaba del centro donde ella suponia que estaban los altavoces. El le explicó que la oficina quedaba saliendo del parque. El la empezó a tocar encima de su ropa interior. A ella le extrañaba pero no desconfiaba. Llegaron a un edificio que él le dijo era la oficina, ella ansiosa de ver a sus padres. Entran pero ella solo ve los baños. Ella no entiende lo que pasa.

A la media hora ella estaba llorando, sus padres más tranquilos y unas señoras comentaban que la encontraron casi saliendo del parque con cara horrorizada probablemente por el miedo de sentirse perdida. Ella no dice nada, se siente muy mal y siente que hizo algo malo. Se calla. Se calla por siempre. Pasan los años y ella va comprendiendo cosas, le cuesta mucho recuperar la confianza en los demás, no quiere darle la mano a los extraños, no quiere sentirse culpable nuevamente. Se vuelve retraida y tímida... y siempre tiene miedo a expresar lo que siente.

Otra chica trabaja arduamente. Teme perder su trabajo porque de él dependen ella y su hijo. Su hijo es su vida. Tiene unos inmensos ojos llenos de ilusión de conocer al fin al hombre que compartirá sus sueños y su vejez. La llama un amigo que lleva algún tiempo cortejándola pero es casado y no le inspira sino afabilidad. El le dice que está muy triste, las cosas están horribles en su hogar. Pasa por ella después del trabajo y van a tomar una cerveza en un bar cualquiera. El la acosa. Ella dice nuevamente que no. Ella pide irse y va al baño. Vuelve y el le ofrece que termine su cerveza y lo disculpe. Ella se levanta y no sabe como llegó a su casa. Solo tiene unos recuerdos vagos de estar vomitando en un baño. Tiene horror, le duele el cuerpo. Se baña el cuerpo con fuerza y con miedo, quiere recordar y a la vez tiene miedo de hacerlo. Supone lo que pasó pero prefiere callarlo, se siente culpable porque confió. Si habla la juzgarán, ella es la culpable. El lunes siguiente se hace unos examenes. Fue violentada. Ya nada se puede hacer, se bañó y en su cuerpo solo hay rastros de violencia. Pero ello no prueba nada. Y si está embarazada? Va a una farmacia y toma unas pastillas.

Tenemos en nuestro inconsciente la idea que somos culpables cuando nos violentan, cuando somos mancilladas. Tememos denunciar por miedo a los rumores y estar en boca de todos, siendo no solo víctima sino juzgada. Las leyes no te amparan si te bañas o si dejas pasar el tiempo mientras pasa el dolor. No hay pruebas.

Si por desgracia para ti, quedas embarazada de este ataque a tu persona, tienes un doble dolor. No mandas sobre tu cuerpo. La Iglesia dice que debes ser buena madre, como si la concepción hubiese sido acordada. La ley te castiga si se te demuestra que atentaste contra esa concepción que tu no consentiste.

En mi país recien hace un par de semanas la Corte aprobó permitir a la mujer interrumpir su embarazo en caso de violación, de peligro para la vida de la madre o por defectos congénitos insalvables de la criatura. Sale la Iglesia a juzgar: la mujer no tiene derecho sobre su cuerpo, si lo hace es una asesina. Excomulgan a la Corte. En un país donde los dueños de las motosierras con sus miles de muertos en masacres de civiles andan firmando la paz y son bendecidos por esa misma iglesia, donde todos los dias mueren niños abandonados en una bolsa de basura, es mejor tenerlo y botarlos a no tenerlos. Esto es de no entender.

¿Será que algún dia seremos mayores de edad y decidir sobre nuestros cuerpos?


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