De Sherlock a Challenger
Entre Baker Street y la Gran Sabana de Venezuela...

Puede que sentado en un club inglés de El Cairo, a comienzos de siglo, te pongas a pensar en los Tepuis de Venezuela... Son cosas que pasan

doyle2.GIF (22924 bytes)Arthur Conan Doyle (1859-1930) tenía poco más de 50 años cuando publicó esta novela de aventuras, y fue muy claro en sus propósitos al encabezarla con una breve estrofa en la cual dice que se consideraba satisfecho si lograba dar una hora de alegría al niño que ya es casi un adulto, o al adulto que sigue siendo un poco niño. Era un experimento para él, que hasta entonces había vadeado con éxito las narraciones policiales y algunas de corte histórico con argumentos de capa y espada. Y el resultado le gustó mucho, según recuerdan sus biógrafos.

Comenzó a demostrar gran predilección por el personaje del Profesor Challenger, peludo, desconsiderado, franco, irritable, y sobretodo muy diferente al gélido Sherlock Holmes, que le había generado fama y dinero en grandes cantidades, pero al mismo tiempo le ocasionaba grandes molestias. La principal era que no podía deshacerse del detective, cuya lógica sorprendente lo perseguía donde fuera, mientras seguía siendo el tema principal de las cartas de sus admiradores.

Cuando visitaba Estados Unidos pasaba algunos de sus peores momentos, pues los diarios omitían su verdadero nombre y anunciaban en grandes titulares la llegada de 'Sherlock'. Uno de sus biógrafos, Hesketh Pearson, dice en un libro publicado en los años 40 que 'los lectores nunca se saciaban de Sherlock, siempre pedían más, lo cual provocó que Doyle odiara a Holmes'.

holmes2.JPG (22457 bytes)El escritor estaría desolado al ver lo que ocurre en estos 90. Casi toda su obra está en el olvido, salvo aquella relacionada con los casos de Sherlock Holmes: basta realizar una búsqueda por 'Doyle' en Internet para encontrarse a cada paso con el detective y su asombrado compañero, el doctor Watson. De 'El Mundo Perdido' casi nada, uno suele terminar en lugares donde se habla mas bien de quienes le usurparon el título a esa obra.

¿Quién era este escritor? Nacido en Escocia, de familia irlandesa, radicado en Inglaterra, Conan Doyle -el apellido en realidad es Doyle a secas- estudió medicina en la facultad de Edimburgo. De joven ejerció esta profesión, al principio en un barco ballenero, más tarde en una nave de pasajeros llamada "Mayumba" que hacía travesías africanas. Terminó atendiendo pequeñas clínicas, hasta que en 1887 apareció 'A Study in Scarlet', el primer misterio que desafió a Sherlock Holmes. Muy pronto llegó la fama.

Más allá de los relatos policiales Conan Doyle escribió numerosas obras, entre novelas, cuentos, ensayos, textos políticos y relatos de viajes. Challenger, que debutó en 'El Mundo Perdido', fue su último gran personaje y protagonizó una serie de aventuras posteriores. 'Entre todos los personajes que he inventado, este es el que más me entretiene', comentó el autor al referirse a su profesor de zoología.

Cuando las aventuras en la selva sudamericana iban a estrenarse en la revista 'Strand', Conan Doyle estaba tan entusiasmado que incluso sugirió disfrazarse de Challenger en una foto trucada, para generar más impacto, pero su editor lo disuadió.

Después de la epopeya de los dinosaurios, Challenger y amigos reaparecen en 'The Poison Belt', una curiosa novela de ciencia ficción en la cual hacen frente a la muerte colectiva de los habitantes del planeta, que después resulta ser un complejo estado catatónico, no muy bien explicado. Hubo relatos cortos y 'The Land of Myst', quizás la obra más débil, en la cual el profesor Challenger es convencido por un medium sobre la existencia del más allá.

Durante los últimos años de su vida Conan Doyle fue un ardoroso defensor del espiritismo. Recopiló información, dictó conferencias y escribió cientos de páginas sobre este tema, lo cual le valió unas cuantas polémicas.

Era el corolario para la vida de una persona que no se marginó de las polémicas. Discutió cuando se produjo el hundimiento del Titanic, propuso construir un túnel por debajo del Canal de La Mancha y comentó ácidamente la política exterior británica. Este trayecto también lo condujo hasta el mundo perdido.

A mediados de la década de 1890 Conan Doyle y su esposa estaban alojados en el Mena House Hotel de El Cairo, no muy lejos de las pirámides. Por las tardes el autor visitaba el Turf Club, uno de esos lugares inventados por los ingleses para reunir varones aristócratas. Y un asunto sobre el cual se debatía en ese momento era la actitud calificada de "hostil" que habría asumido Estados Unidos contra Inglaterra, en una disputa que involucraba los límites entre la Guyana Británica y Venezuela. Justo en la zona donde está el Roraima.

epawi.gif (15766 bytes)Los británicos exploraron las guayanas y el río Orinoco en el siglo XVI, cuando Sir Walter Raleigh se adentró en esa zona y al retornar a Europa escribió sobre montañas llenas de diamantes y seres humanos que no tenían cabeza y llevaban el rostro en el pecho. Luego los holandeses conquistaron territorios vecinos a los de la actual Venezuela, que en esa época era colonia de España. Y finalmente los ingleses regresaron, entusiasmados por la posibilidad de explotar oro en los ríos de la zona, según algunos historiadores.

En medio de fuertes presiones territoriales de los británicos, los gobernantes venezolanos hicieron una gestión diplomática ante Estados Unidos para plantear que la controversia era contraria a la Doctrina Monroe (otra joyita colonizadora) de ese país, que planteaba el cese del expansionismo europeo en América. El presidente Grover Cleveland expresó su molestia a Londres y no descartó la posibilidad de intervenir a favor de la nación sudamericana.

La disputa fue seguida de cerca por Conan Doyle, quien en sus cartas a la prensa londinense criticaba la falta de habilidad de la política exterior inglesa. Después los ánimos se apaciguaron, pero uno de sus biógrafos anota que en medio del paisaje egipcio, en tardes dedicadas a la discusión del mundo en el Turf Club, 'el asunto de Venezuela le preocupaba'.

¿Cómo era la zona en disputa? Algunos exploradores habían descrito una naturaleza irreal.

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