ELIZA PARSONS Y “EL CASTILLO DE WOLFEMBACH” (1793)

por P. M. Priani


 

Es una novela que hoy resulta ingenua, fuera de toda verosimilitud, sin interés y que, en varios pasajes, provoca risa. La menciono como a un representante de la gran, enorme mayoría de aquella literatura hoy aplastada por el tiempo, que carentes de originalidad o de pretensiones literarias, se limitaban a ser una novela del montón, perdida entre el cardumen de la literatura de moda.

 

Quizás algo que redime su lectura sea una cierta atención casi doméstica hacia los detalles pequeños y cotidianos que a veces resulta dulce, en contraste con la pretenciosa sublimidad tan comun entonces: nos habla del asno fiel, de las velas, de la preparacion de una comida...

 

Tanto el argumento como la forma de relatarlo son de un extremo primitivismo, de una ingenuidad diriamos, con un lenguaje absurdo.Un ejemplo vaya: "¡Slept! -replied the other- ¿why,who could sleppt d´ye think when chains were rattling, ghosts roaring and groaning, doors banging with violence enough to shake the foundations of the walls?"

 

Es la historia de una heroína (Matilda), quien, como toda heroína que se precie de tal, fue abandonada de bebe en la casa del Sr.Weimar, a quien cree su tio al principio. Cuando ella crece, el Sr.Weimar intenta abusar de ella (siempre el incesto) quien huye y cae en el castillo del perverso Conde Wolfembach, el cual se creía embrujado desde hacía 18 años, desde la muerte de su esposa. Matilda descubre que lo que todos, durante dos décadas, habian creido fantasmas, eran en verdad la Condesa Wolfembach y una antigua dama de compañia, escondidas en el segundo piso del castillo sin que nadie, salvo un anciano sirviente, lo supiera (!!!!!!!????).El resto sigue ese tono disparatado y no tiene sentido consignarlo.

 

 


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