La Capital, 30 de abril de 2000
Un caso de psicosis con rituales místicos
Acerca del artículo publicado por el Dr. Héctor Navarro en "La Capital" con fecha 18/04/2000 sobre el dictamen médico dado por el caso de las hermanas parricidas en Saavedra. Aparentemente el dictamen medico dejó impunes ante la ley a estas sujetos.
Creo que al Dr. Navarro lo angustia este "no encuadramiento" de los individuos que quedan fuera del marco de la ley. Leyes que desde el vamos, en muchos casos, están mal elaboradas. No es mi propósito entrar en el campo de los detalles jurídicos ni legales porque no me compete, pero si quiero aclarar que me he informado algo acerca de estas cuestiones.
Por empezar el diagnostico médico -mal llamado dictamen- es el de esquizofrenia, o sea que nos encontramos ante una estructura psicótica, con todo lo que ella implica: delirios, alucinaciones, etc..
Desde el psicoanálisis podríamos proponer una hipótesis. Freud crea en su libro Totem y Tabú el mito de la horda primitiva guiada por un proto-padre. Este mito se elabora a raíz de innumerables estudios sobre tribus arcaicas. A este padre primordial, poseedor de todas las mujeres y única ley, los hijos lo mataron y comieron su cuerpo. En su conmemoración los hijos erigieron un totem, que además de representar al padre y su ley también el crimen y su culpa. A su vez es prohibidor del incesto, cada clan de ese totem no puede mantener relaciones sexuales entre sí. Por eso cada vez que comemos, celebramos algo, es el asesinato del padre, pero simbólicamente y en lo inconciente. El psicótico no puede mediar nada por su incapacidad de simbolización. Como el caso de estas hermanas de Saavedra. Muere la madre pero la sustituye la hermana mayor, la menor rehúsa tener relaciones con el padre, culpa a la hermana y mata al padre. Doble culpa, por parte del padre también, que no intentó defenderse prácticamente. El psicótico no puede realizar esta operación de simbolizar. Aquí se actuó en función de una triangularidad donde el núcleo familiar estaba psicotizado
Lo del exorcismo y lo de las sectas es secundario, en todo caso funcionan como un elemento vehiculizador de la escena que se arma, pero no es lo que induce al brote psicótico, lo que lo induce es su propia patología. La familia ya tenía una historia de psicosis.
Es un error del Dr. Navarro creer que las alucinaciones son compartidas por mucha gente. En todo caso mucha de esta gente es psicótica. Esto se ve en el caso por caso. Además -esto es popularmente conocido- no todo psicótico es asesino.
Yo creo que condenarlas a prisión es una equivocación. Lo que no se discrimina bien es un brote psicótico de un acto criminal responsable consciente. Como sería el acto propio de otra estructura: la perversa, que no tiene en cuenta el sufrimiento ajeno. Este sería el caso del chico que mató de cien puñaladas a Carolina Alo. O en el caso de los terroristas de la ETA, los habrá con graves perturbaciones, los habrá perversos, los habrá psicóticos.
El que una de las hermanas haya estudiado en la universidad no la aleja de la patología, algunas realidades pueden sostener la psicosis, pero su realidad consciente es diferente de la nuestra.
El descuido de la justicia es desconocer las patologías que afectan casos como estos. Pienso que por su propia salud y la de los demás deben permanecer internadas en una institución especial que las asista en su enfermedad.
Mario Augusto Caffei
Psicólogo