Textos & Contextos. Año
1 N. 6 Desde el Eje Cafetero de Colombia
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Augusto Angel Maya.
Profesor Universidad
Nacional de Colombia, Sede Manizales
© Derechos reservados por el autor
EL RETO DE LA VIDA:
ECOSISTEMA Y CULTURA
Una introducción
al estudio del medio ambiente
Las
explicaciones: El hombre máquina
La primera aproximación de la ciencia
moderna a la comprensión del mundo natural se desarrolló
en el terreno de la física. Fue un largo camino que se inicia en
los estudios impulsados por las recién creadas universidades de
París y Londres en el siglo XII y concluye con las grandes leyes
de la mecánica universal expuestas por Copérnico, Kepler
y Newton. De acuerdo con esa interpretación, la tierra dejaba de
ser el centro del universo para articularse como un simple planeta en el
sistema solar, que sólo era una porción insignificante del
gran sistema mecánico del universo.
Contra la convicción anterior,
heredada de la teoría astrobiológica de Aristóteles,
la nueva física planteaba que todo el universo obedece a las mismas
leyes. La materia del universo s homogénea, es decir, está
compuesta por los mismos elementos que forman el planeta tierra. La física
anterior sostenía que los astros estaban compuestos por una materia
más pura más cercana a la substancia de la divinidad que
la que formaba la tierra. Por otra parte, la física moderna destierra
del espacio de la ciencia cualquier remanente mágico. Las cosas
no suceden por voluntades extrañas a la materia. Una ley no es más
que la constatación de las concatenaciones mecánicas que
rigen los sistemas físicos y cuyos efectos, por tanto, se pueden
predecir.
Esta es la primera revolución
de la ciencia moderna que le permite al hombre manejar la naturaleza como
un inmenso mecano, tan pronto como conoce las leyes que rigen su funcionamiento.
Este primer acercamiento a las leyes
del mundo natural ponía en crisis también la ubicación
del hombre dentro del sistema de la naturaleza. Desde el siglo XII, el
pensamiento que preside la ciencia moderna se había basado, además
del reconocimiento de las leyes físicas, en la aceptación
de la libertad humana. Era también un planteamiento revolucionario
que echaba por tierra la concepción platónica aceptada por
los primeros pensadores cristianos, según la cual el hombre es sólo
una marioneta de los dioses.
La tendencia cristiana que domina el
pensamiento medieval, había aceptado una visión pesimista
del destino terreno del hombre, en el que tenía muy poco significado,
si acaso alguno, el concepto de libertad. Las corrientes cristianas como
el nestorianismo o el arrianismo que habían aceptado la libertad
y con ella la capacidad del hombre para labrarse su destino terreno, habían
sido sepultadas.
La renovación del comercio y
la movilidad del dinero con el resurgimiento de la vida urbana y del desarrollo
tecnológico van a colocar de nuevo en primer plano el problema de
la libertad. El surgimiento del derecho romano y de la filosofía
aristotélica responden a estas exigencias. Son los símbolos
todavía tímidos d una nueva comprensión del papel
del hombre dentro de la naturaleza, que tomará fuerza durante la
época del Renacimiento y culminará en el intento de la filosofía
moderna por reubicar al hombre dentro del sistema natural.
Va a ser, en parte, un intento frustrado.
Los esfuerzos de Spinoza de construir una ética y una política
que respondan a las leyes del mundo natural va a rematar en la audaz teoría
del hombre máquina, proclamada abiertamente por la última
generación de los filósofos de la Ilustración, poco
antes de la Revolución Francesa. Según esta teoría,
el hombre es sólo un engranaje en la gran máquina universal.
El temor ante las consecuencias de
la teoría del hombre máquina, incapaz de explicar el comportamiento
ético y político del hombre, llevó a la separación
tajante entre ciencias naturales y ciencias sociales, que se vislumbra
ya en Descartes y que se confirma en la filosofía kantiana y persiste
en el pensamiento científico actual. Esta es una de las razones
por las que se hace difícil explicar el problema ambiental moderno.
A un lado del camino tenemos unas ciencias sociales que no entienden la
naturaleza o la desprecian y en la otra orilla, las ciencias de la naturaleza,
que se sienten incómodas con la presencia del hombre.
En nuestra próxima edición: Las explicaciones:
3. El hombre mono