Gregorio Calderón
Hernández
E-mail: gcaldero@nevado.manizales.unal.edu.co
© Derechos reservados por el autor
La concepción de
cultura en prevención de desastres
"Es imposible hablarle a la gente en general,
nuestra capacidad de entender no va más allá de los límites
de nuestra experiencia, muy pocas palabras son necesarias cuando hemos
comido el mismo pan y una gran cantidad de palabras no solucionan nada
ni sirven de nada cuando no hemos experimentado sufrimientos y esperanzas
comunes"
Rubén Alves
La cultura ha tenido múltiples interpretaciones, se
le ha llegado a considerar una herencia social, un conjunto de valores
y costumbres que reflejan un estado social avanzado, el refinamiento propio
de sectores privilegiados o simplemente se le ha contrapuesto al concepto
de barbarie.
Sin embargo la necesidad de una cosmovisión que permita
considerar el mundo como la intersección de los subsistemas físico,
social, económico y político hace necesario entender la cultura
como una relación dinámica y activa del hombre con sus semejantes
y su hábitat.
De esta manera la cultura es un constituir permanente e histórico
en que el hombre transforma su mundo a través de una interrelación
con la naturaleza, obteniendo como resultado conocimientos, tecnología,
creaciones artísticas, obras físicas, pero también
creación ideológica y de valores de diverso y de variado
orden, todo esto complementado con diversas formas de organización
de la estructura familiar, económica, educativa...
Este construir espontáneo del hombre es variable dependiente
de condiciones socio-geográficas, demográficas y ecológicas,
lo cual hace que, por ejemplo, pobladores de la Sierra Nevada de Santa
Marta tengan manifestaciones culturales y símbolos tradicionales
diferentes a los habitantes de la ciudad de Santa Marta a pocos kilómetros
de distancia; pero a la vez el mundo cultural que crea el hombre, sus prácticas
sociales y creencias, influyen sobre su entorno, modificándolo y
afectándolo, creándose una simbiosis mutuamente influyente
entre el hombre, la naturaleza y la comunidad.
Aunque las definiciones encasillan, hay dos que reflejan
los criterios mencionados. La UNESCO define la cultura "como el conjunto
de rasgos distintos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos
que caracterizan una sociedad o grupo social. Ello engloba, además
de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales
del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias"
El dramaturgo, poeta y ensayista Enrique Buenaventura, por su parte, considera
que "la cultura está hecha de las respuestas que un pueblo ha dado,
históricamente, a las crisis que, de una u otra manera, han amenazado
su existencia. Está hecha de las formas como ha planteado y definido
su identidad como comunidad específica y de la manera como ha resuelto
sus conflictos internos y externos".
Para referirnos específicamente a la cultura de la
prevención de desastres, y haciendo referencia a las comunidades
que mayor vulnerabilidad total pueden presentar dentro de una sociedad,
es decir, los sectores populares y marginados, se observan algunos rasgos
que deben tenerse en cuenta al tratar de fomentar una cultura de la prevención:
Es frecuente encontrar una concepción providencialista
del mundo, manifestada en poblaciones amenazadas por fenómenos naturales
cuando se dice: "si algo nos sucede es porque Dios así lo quiere".
Es común la concepción fatalista de la vida:
"si esto siempre ha sido así, no tiene por qué cambiar".
En estas comunidades se presenta estrecha interrelación
entre la religiosidad popular con la conciencia mítica, en la cual
imperan elementos como el símbolo y la imagen. Símbolos como
el del eterno retorno por el que se anhela un pasado que supuestamente
fue mejor, lo cual inhibe el cambio. Imágenes como expresiones no
verbales más representativas que la escritura y la comunicación
verbal.
Temor al riesgo, a decidir, a participar, reforzado por las
situaciones de dependencia y que le impiden a las comunidades aprovechar
la potencialidad y la energía de su inconsciente colectivo.
Conformismo y tendencia a la imitación de modelos
impuestos, la mayoría de las veces a través de los medios
de comunicación.
Endiosamiento de un líder a quien se ve como única
alternativa de solución para sus problemas y a quien pocas veces
se le exige responsabilidad social.
Significativo grado de ingenio y creatividad, comúnmente
reconocida como "malicia indígena".
Reciedumbre física y espiritual para supervivir en
las condiciones de pobreza y marginalidad.
Adaptabilidad social que les permite acomodarse a situaciones
que para otros serían insostenibles.
Para Wilches, "las relaciones de dominación de competencia
aniquiladora y de negación del derecho a la diversidad... de las
luchas por la supervivencia en medio de crisis, han permitido el surgimiento
de valores que parecieran marcar la pauta de las relaciones entre los colombianos:
el machismo, el autoritarismo, el maniqueísmo, el leguleyismo, el
culto a las formalidades externas, la oposición al cambio, el temor
reverencial, la devoción por las jerarquías, el egoísmo,
el fatalismo, la impotencia ante lo ´inevitable´ el culto a
lo foráneo y la imitación de lo extranjero".
Todos estos son factores que se deben considerar al momento
de estudiar la vulnerabilidad.
Volver a portada de Número
uno de Textos & Con-textos