PROYECTO DEL COMEDOR DE DÍA
Justifiación del Comedor de Día
La alimentación es uno de los elementos básicos del desarrollo
de todos los seres vivos. Para mantener la existencia se necesita captar del
medio los elementos precisos. A través de la alimentación, se
proporcionan al organismo las substancias necesarias para el desarrollo
biológico normal.
Pero la conducta alimentaria en la especie humana supone también un
conjunto de relaciones entre las personas y los alimentos, desde su
manipulación y asimilación fisiológica, hasta las
actitudes, comportamiento o costumbres sociales a la hora de comer. De
ahí que las necesidades nutritivas estén estrechamente ligadas
con la forma de vida de los individuos y su entorno.
La educación para llevar una dieta adecuada se basa en el equilibrio
entre aspectos íntimamente relacionados tales como:
- La información correcta sobre la relación ente la
alimentación y sus consecuencias: malnutrición y obesidad o
caquexia.
- La preocupación por la moda y forma corporal.
- Los ritos, tradiciones y costumbres culinarias.
- Los cambios de nivel de vida y la disponibilidad de alimentos.
La relación ambivalente de deseo y rechazo que a nivel
psicológico mantiene la persona con la comida, el pretendido control a
través de ésta de la autoimagen, el papel de la comida en las
relaciones familiares y sociales, así como el modelo de belleza, ayuda a
entender los trastornos del comportamiento alimentario y su progresivo aumento.
Cuando iniciamos el tratamiento de los trastornos alimentarios hay dos
aspectos que debemos trabajar en paralelo: la alimentación y los
pensamientos e ideas que mantienen el trastorno: autoestima, imagen corporal,
habilidades sociales... Sin embargo, en muchas ocasiones no se puede abordar el
trabajo psicológico hasta que no hemos establecido un patrón
alimentario mínimo y ordenado.
La hora de la comida en casa de los pacientes con TCA (Trastornos de la
Conducta Alimentaria) suele convertirse en una batalla campal. Los pacientes no
quieren comer o que las vean comer porque se sienten vigiladas, los padres
discuten entre ellos y con el afectado y los hermanos sienten celos. En esta
situación es bastante difícil establecer un patrón
alimentario adecuado, de ahí la necesidad del comedor de día.
En el comedor de día los pacientes podrán ser monotorizados
mientras comen para ir corrigiendo hábitos inadecuados tanto formales
como de cantidad. Así mimo se podrá trabajar con los padres para
que aprendan a manejar la ansiedad que suelen sentir a la hora de la comida de
sus hijos y puedan ofrecerles una ayuda efectiva.
El reto de la comida nos lo planteamos, entonces, no sólo como la
ingesta de los alimentos, sino como la ocasión cotidiana para conocer,
observar y valorar la situación emocional de cada paciente con AN y BN.
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