LONDRES, 21 enero. Las armas biológicas y genéticas diseñadas para matar a grupos étnicos o raciales específicos ya no son un asunto de ciencia ficción, advirtieron el jueves investigadores británicos.
No existe un plaga que sólo mataría a serbios o una toxina diseñada para afectar a los israelíes o los kurdos, pero los avances en biotecnología y en la descripción de los mapas del genoma humano podrían ser utilizados para desarrollar armas letales en cinco ó 10 años.
Vivienne Nathanson, directora de investigación en política sanitaria de la Asociación Médica Británica (BMA), dijo que la información genética ya está siendo usada para mejorar las armas biológicas.
"Sería una tragedia si en 10 años el mundo se enfrenta a la realidad de armas fabricadas y posiblemente destinadas contra objetivos genéticos", afirmó en una conferencia de prensa en la que se presentó el libro "Armas biotecnológicas y humanidad".
"No se trata de tecnología e información disponible hoy, pero se está haciendo cada vez más accesible. Tenemos una oportunidad para asegurar que se tomen medidas efectivas de prevención antes de que se fabriquen armas de este tipo", agregó.
El libro del profesor Malcolm Dando, del Departamento de Estudios de Paz de la Universidad de Bradford, en el norte de Inglaterra, presenta una terrible imagen del poder de las armas biológicas.
La liberación de 100 kilogramos de esporas de ántrax desde recipientes colocados en una gran ciudad podría acabar con la vida de hasta tres millones de personas.
El libro versa sobre la historia del desarrollo y uso de las armas biológicas y advierte de que el conocimiento científico ha sido explotado en el pasado y es probable que sea mal utilizado en el futuro, a no ser que se adopten acciones internacionales.
"Creemos que las armas biológicas se convertirán en un arma cada vez más usada en la actividad terrorista", señaló Nathanson. "Un arma destinada a un objetivo étnico se acerca cada vez más a la realidad".
Estas armas funcionan con un principio similar a la terapia genética, pero en lugar de reemplazar genes defectuosos, explota las variantes genéticas contra sus víctimas.
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