ANAHEIM, EEUU, 24 enero. Un grupo de atareados científicos que buscan trazar la estructura genética de los seres vivos, desde bacterias hasta humanos, creen que están a punto de descifrar la manera de crear una forma de vida artificial, a partir de genes.
De la misma manera que el doctor Frankenstein de Mary Shelley utilizó partes de cadáveres para crear un monstruo, el médico J. Craig Venter espera salvar el ADN de bacterias muertas para dar origen a una criatura artificial.
Su conejillo de Indias es una bacteria microscópica llamada Mycoplasma genitalium. Esta bacteria se aloja en el tracto genital humano, y no causa enfermedad conocida, pero tiene la característica de tener menos genes que cualquier otro organismo que se haya estudiado hasta ahora.
Mientras los humanos cuentan con aproximadamente 80.000 genes, este microorganismo se las arregla muy bien para vivir con apenas 470.
Esta característica lo convierte en un buen modelo para descifrar con precisión cuáles son los genes absolutamente necesarios para la vida, y cuáles son los encargados de rasgos adicionales como ojos azules o la capacidad para resistir el calor.
"Estamos tratando de entender cuál es la definición de vida", dijo en una conferencia de prensa Venter, quien trabaja para Celera Genomics Corporation, con sede en Rockville, Maryland. "Intentamos entender cuál es el conjunto mínimo de genes".
La Mycoplasma genitalium no sólo es una bacteria pequeña y fácil de estudiar, sino que tiene un pariente cercano, la Mycoplasma pneumoniae, y mientras la M. genitalium tiene 470 genes, la M. pneumoniae tiene los mismos 470 genes, y 200 adicionales. "Por lo tanto, decidimos que estos genes no son esenciales para la vida", señaló Venter, quien explicará el proyecto a la reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Progreso de la Ciencia. Los colaboradores de Venter comenzaron su trabajo en forma regresiva, y empezaron a eliminar genes, uno por uno, para ver si el organismo podía funcionar sin ellos. Realizaron este trabajo utilizando "transposons" que son genes cuya función específica es destruir otros genes. Los científicos redujeron, uno por uno, genes de Mycoplasma para ver cuales eran indispensables para la vida del organismo. Esta labor fue más difícil de lo que parece. Los organismos tienen sistemas de apoyo. "Si usted destruye uno de los genes, no sabe si existe algún otro allí que esté cumpliendo la misma función", dijo Venter. "¿?Cuántos genes pueden caer enfermos antes de que la personas se queden sin una sola célula viva?" preguntó.
No obstante, los expertos lograron reducir la estructura genética de la M. genitalium a 300 genes esenciales. Esto podría ser la base para tratar de crear una bacteria M. genitalium, piensa Venter. Quizás podría formarse par por par a partir de los nucleótidos que forman el ADN, que a su vez, conforma los genes. El ADN está formado por nucleótidos, que se unen en parejas llamadas pares de base en filamentos en forma de escalera, retorcidos para formar una hélice. Las células podrían abrirse y se puede extraer el material genético en bruto para formar nuevas bacterias".
Aun en caso de que pudieran dar origen a una nueva vida, es posible que el equipo de científicos de Venter no entienda lo que hizo, porque la vida es mucho más compleja de lo que ellos piensan.
Se espera que después que se hayan logrado ordenar en serie algunos pocos organismos, surjan muchos genes que son comunes en todos los seres vivos. Finalmente, todos realizan gran parte de las mismas funciones básicas: procesamiento de alimentos, respiración y formación de membranas celulares para mantenerse unidas. Sin embargo, resulta que las diferentes criaturas utilizan diferentes genes para estas mismas funciones. "Cincuenta por ciento de los genes en cada genoma son algo nuevo para la ciencia y no conocemos su función", indicó Venter.
Lo mismo ocurre con los 300 genes básicos de la Mycoplasma. "Nosotros, como científicos, no tenemos ni idea de cuál es la función de un centenar de estos (genes). Es muy humillante", agregó Venter.
Sin embargo hay tipos de genes que son esenciales para toda forma de vida. Venter dice que hasta ahora se han descubierto tres tipos.
Estos controlan procesos extremadamente básicos que tienen que ver con el transporte de potasio, calcio y fósforo.
Antes de seguir adelante, Venter señaló que busca asesoría de expertos en ética y religión. "Estamos cuestionando si es ético crear vida en forma sintética", dijo Venter a periodistas. "Creemos que esta discusión bien vale la pena... porque llega a la definición de lo que es la vida", indicó el científico. Venter salió del Institute for Genomic Research, para formar parte de Perkin Elmer Corp, de Norwalk Connecticut.
Venter y sus colaboradores están utilizando tecnología desarrollada en forma privada para secuenciar, o trazar la estructura genética, de todos los genes humanos.
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