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Perfume de Rosa,
Rosa que corte con mis dientes,
al mejor estilo del tango
argentino,
quizá bailé un tango fugaz
durante los cinco segundos que duró la poda,
no o sé nadie me vio para
aplaudir el tango de la rosa...
no se me ocurrió mejor forma que
separarla con mis dientes del largo tallo verde que la sostenía...
Acaso hay otra manera de cortar una hermosa flor, primero le
presente mi rostro completo, "hola tu" le dije, mírame como yo te estoy
mirando, tu allí perfumada y yo con aromas de fin de trabajo, (claro! eran las seis de la
tarde, y con rumbo a cruzar la ciudad para ver a la amada de Titanio, una mujer, adicta al
material puro y liviano, no la culpo, a mí también me gustan los metales especiales y
raros..)
En fin, le presente mi rostro a la flor
que me sonreía, también le mostré mis ojos mientras mis dientes iban en la búsqueda de
su tallo, delgado y espinado, dicho sea de paso, también y como es mi costumbre le
sonreí, mientras abría la boca en busca del cuerpo que sostenía a la hermosa flor
perfumada, y clanck, un cortante contacto con en su cuerpo, separo su conexión a la
tierra, para que aquella rosa se transformara en un satélite perfumado, rosa que se
separaba de la tierra para ir a mis sentidos, viaje que con todo cuidado prepare para
ella, hasta un especial soporte de aromas, también conocido como florero armado...
Y así a un espacio cerrado, lleno de
otros aromas menos esperados la fui a conectar, si la conecte a mi radio, un aparato que
ejercita mi oído con melodías distintas, unas que he oído y otras que jamas he
escuchado, pero encadenarla al radio he querido , para ver si fragancia de rosa y unos
cuantos ruidos hacían un ambiente perfecto para mas tarde invitar a la que ahora llamo
Titania, una mujer de ligero metal, y de especial ángel, a viajar por un rato en mi ahora
perfumada vida, vida que dura lo que el perfume de la rosa me ha dado, solo un rato, o tal
vez dos, pero sin duda muy bien acompañado de aromas de rosa y de Titanio Dorado.
Y así pasaron los segundos, minutos y
algunas otras unidades de tiempo, suizas o taiwanesas, pero tiempo al fin, tiempo para
reír de cosas simples, tiempo para vivir segundos de alegría, metales y de pétalos, de
aromas sublimes y del frío de las manos de Titania, frío que no sé por que, imagino que
las sonrisas del momento calentaban de un modo u otro, a las manos de Titania. Podría
decir la amada, pero sé que mejor es que le diga la Titania, y de repente hasta se me
salga sin querer, y le diga otra vez, la Dorada encantada.
Y de ese modo, la rosada flor fue
testigo de una amistad serena, y a veces hasta agitada, pero perfumada y bien arraigada...
Ella veía a dos personas separadas, en
lugares diferentes, pero con las puertas cerradas, sin aire preparado, ya que no se
permitía un ambiente artificialmente creado, después de todo las frías manos y Titania
ya estaban bastante saturadas de cosas artificiales y no tan simples como el color de la
perfumada rosa que ahora ella miraba....
Rosa que escondía los aromas de mi
alma, solo hechos para que Titania se los llevara dentro de su pecho, y mejor bien
guardado en su cofre dorado, también conocido como su corazón, hogar de los sueños
anhelados....
Y la rosa vivió y perfumo todos esos
instantes, de risas y buenos sentimientos, parecidos a los que tienen los enamorados, y la
rosa al final del viaje me miro, y con su perfume aumentado le dijo a mi olfato, gracias
por haberme con tus dientes secuestrado, a perfumar un rato un espacio de Titanio y de
Dorado.
A Titania, algo tan fuerte como el
Dorado...
H.S. Enero 2000
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