Allá, cuando Natura en su fuerza primera

A diario concebía algún hijo monstruoso,

Cerca de una giganta vivir querido hubiera,

Como junto a una reina un gato voluptuoso.

 

Hubiera deseado ver cómo florecía

Su alma, y crecer su cuerpo entre juegos terribles;

Adivinar en su corazón llama sombría

Por la húmedas nieblas en sus ojos visibles;

 

Recorrer a mi gusto sus formas prodigiosas;

Escalar arrastrándome sus rodillas pomposas,

Y a veces, en estío, cuando el sol inflamado.

 

Cansada la tendiera en medio a la campaña,

De su seno a la sombra dormirme, descuidado,

Como aldea apacible al pie de una montaña.

 

Charles Baudelaire

(Francia, 1821-1867)

 

 

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