Hasta la hora del ocaso
amarillo
Cuántas veces habré mirado
Al poderoso tigre de
Bengala
Ir y venir por el
predestinado camino
Detrás de los barrotes de
hierro,
Sin sospechar que eran su
cárcel.
Después vendrían otros
tigres,
El tigre de fuego de Blake;
Después vendrían otros
oros,
El metal amoroso que era
Zeus,
El anillo que cada nueve
noches*
Engendra nueve anillos y
éstos, nueve,
Y no hay un fin.
Con los años fueron
dejándome
Los otros hermosos colores
Y ahora sólo me quedan
La vaga luz, la
inextricable sombra
Y el oro del principio.
Oh ponientes, oh tigres, oh
fulgores
Del mito y de la épica,
Oh un oro más precioso, tu
cabello
Que ansían estas manos.
*East
Lansing, 1972
(De las Obras
Completas)
Jorge Luis Borges
(Argentina, 1899-1996)
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