La lluvia dejó de caer como augurando
una estampida de silencios
Tu mano cadenciosa
terminaba de acariciar mis almas.
Apagamos el calidoscopio
y comenzábamos a convertirnos en sonidos
Mientras las antiguas frases goteaban sus más
sublimes epitafios del futuro
Tu flor se convirtió en mariposa,
Le mentí al verla volar en redondo
tímidamente en blanco y sepia
Sus pétalos derramaron las últimas sentencias
de lo innegable,
como agridulce néctar etéreo
Pasó el barrendero, el soto quedo vacío
Y mientras abanicábamos el tiempo nos sentábamos
distantes a disfrutar el temblor
los gritos de los invisibles
Las agujas lloraban a las viudas
Los dardos se derritieron en tu otoño
Es posible que tus hojas sean el sueño
De mi alma solo queda un triste sahumerio
Que ennegrece el techo del cielo
Un cigarrillo que se consume
en un clásico ciclo de Moebius
Resfriado mi ojo de cíclope
Me esconderé en la yerba fresca
Cerca de tus pies
Pero esta vez no podrás
Mirarme
Mientras espío una a una
tus sombras
Como tratando de lavarme
Un poco el corazón
Espiando mis culpas
Sin mirarnos a los ojos
Olfateándonos
como quien no quiere nada
con ese viento.
Erick Galvez