TRIANA      

 
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    Cuando, en Octubre de 1983, la Nacional I se cobró la vida de JESÚS DE LA ROSA, el eco de los medios de comunicación fue muy inferior al que su figura merecía.

    Y es que la época de TRIANA había pasado. El escaso impacto popular de su más reciente disco, LLEGÓ EL DÍA, no haría ni siquiera imaginar lo que TRIANA había supuesto 3 o 4 años antes. Tal vez fue por la falta de ideas apuntadas en la última época discográfica del grupo; o por el apoyo de los medios a otras propuestas musicales (la "movida"); o por la fascinación popular que ejercía la música sintética. Lo cierto es que TRIANA eran más pasado que presente.

    Durante los años 1979 y 1980 las cosas habían sido muy distintas. Las legiones de seguidores del movimiento anglosajón catalogado bajo las ambiguas etiquetas de ROCK SINFÓNICO o ROCK PROGRESIVO descubrieron (descubrimos) que esas mismas pautas musicales, basadas en largos desarrollos instrumentales, con letras intimistas y mucha experimentación, que convirtieron en objeto de culto las obras de KING CRIMSON, JETHRO TULL, PINK FLOYD... , podían ser compatibles con las raíces folklóricas y la lengua hispanas. Y ese descubrimiento tuvo su nombre propio en forma de disco: SOMBRA Y LUZ.

    Y no por ser la mejor obra de TRIANA (que no lo es; la unanimidad entre crítica y público otorga ese lugar a EL PATIO, una de las obras cumbre del pop hispano). SOMBRA Y LUZ, con trescientos mil ejemplares vendidos en unos meses, fue el momento clave para la aceptación masiva de una música progresiva con dejes flamencos que vino a bautizarse con la etiqueta de ROCK ANDALUZ.

    Lo más curioso de SOMBRA Y LUZ es que a finales del propio 1979 los cientos de miles de compradores del disco éramos casi unánimes: Una obra maravillosa, pero sin llegar a las cotas de sus antecesores EL PATIO o HIJOS DEL AGOBIO. La polémica era cual de estos dos discos era mejor; y ganaba EL PATIO por poco margen (la unanimidad la establecería la historia algunos años después).

    La realidad era que el apoyo promocional nos hizo conocer SOMBRA Y LUZ. Y entre las peñas de amigos que teníamos cada uno nuestro ejemplar y hablábamos maravillas del disco (en 1979 hablar mal de TRIANA era un sacrilegio), siempre había un par de ellos que tenían también HIJOS DEL AGOBIO (del cual los demás habíamos oído rumores y la canción Rumor) y nos decían que era mejor. E incluso había alguien que conocía a alguien que había comprado tres años atrás en las rebajas por veinte duros un fracaso comercial llamado EL PATIO que al parecer era el no va más.

    Y es que cuando el 14 de Abril de 1975 se editó EL PATIO, la promoción musical se debatía entre la adoración a ABBA, los últimos coletazos de Deep Purple y el Fly Robin fly. Y el que sería considerado como uno de los grandes momentos del rock español (La obra cumbre del pop hispano, según José Miguel López en Discópolis. Lo mejor que ha salido rock español, según Diego A. Manrique.) pasó desapercibido. Como declararía Jesús de la Rosa tiempo después: "La peor crítica que nos han hecho a nosotros es la que no existió".

    Así, según el productor Gonzalo Garcíapelayo, desde la salida del disco hasta la primera liquidación en Junio de 1975 el número de ejemplares vendidos fue 29, y en la siguiente liquidación, 73. Y pese a que el boca a boca empezó a funcionar y al final de año se contabilizaban unos miles de ejemplares, el disco pasó pronto a las rebajas.

    Dos años después apareció HIJOS DEL AGOBIO. Todavía sin apoyo comercial, pero llegó a más público. Eran los tiempos del cambio político, de la "libertad sin ira" y aquel single de rock con dejes flamencos (Rumor), en el que una guitarra hablaba con la mañana de libertad, empezó a sonar, poco en la radio, pero mucho en las máquinas de discos de los bares como canción de culto. El disco HIJOS DEL AGOBIO empezó a vender, arrastrando a EL PATIO.

    Así quedó el terreno preparado para el boom del rock andaluz de 1979. Es el año del SOMBRA Y LUZ, pero también de los magníficos primeros discos de MEZQUITA, ALAMEDA y MEDINA AZAHARA. Un movimiento que comenzó en la marginalidad se asentó como la más importante propuesta  musical española.

    A partir de ahí, el éxito provocó una caída en picado, reconocida incluso por los compradores masivos de sus discos, hasta el trágico final en 1983.

    La de TRIANA no fue la carrera musical más larga del rock andaluz (Ahí tenemos la trayectoria de MEDINA AZAHARA). Tampoco hicieron el mejor directo (las crónicas apuntan a ALAMEDA). Ni es suya la discografía más sólida (tal vez EL PATIO es el mejor disco, pero ni MEDINA AZAHARA ni EL ÚLTIMO DE LA FILA - si los admitimos bajo la misma etiqueta- tienen momentos tan bajos como los últimos TRIANA). Ni siquiera fueron los primeros (No olvidemos a los legendarios SMASH de El garrotín y Ni recuerdo ni olvido). Pero sin duda fueron los que sacaron el movimiento de los garajes y las bodegas, y nos lo dieron a conocer, proporcionándonos momentos inolvidables, como aquel 30 de Septiembre de 1979 en el Parque de atracciones (Yo estuve allí, lo cual no es decir mucho, pues estuvo medio Madrid).

    Desde estas páginas, un modesto y sincero homenaje a los responsables de tantos momentos agradables para la música y la juventud española de finales de los 70 y comienzos de los 80.
El autor agradece todo tipo de comentarios y sugerencias que permitan mejorar el contenido de estas páginas ...    
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