A mis amigos...
Una nueva forma de acercarse, un sonido que va desarrollándose desde las entrañas mismas del
encuentro, cada día, cada momento, y termina intacto, con sabor a son, bolero o canción. Un ron
en la Habana, una mesa en Madrid, la pizza de Buenos Aires, un café en Paris, caipirinhias en
Bahía o pasándola de pinga en Santiago...y siempre el inconfundible afecto de quienes aprovechan
un instante de música, colmada por el brillo de una voz de lunas y precipicios de estrellas en la
melodía.
Se dice que pocos compositores logran que la palabra tenga su ritmo propio, ese que
coagula con el alma y se estremece, casi al borde del diluvio, donde llueven las pupilas, aún las
mas endurecidas.
Una historia que ya no admite muros, entre desaparecidos, amores que se fueron, mi amiga
Gabriela, el café la Giralda. Fue llegando despacio como conocido, sabiamos de él hacía años, y
en mi mente solo eran certezas las canciones, los mitos que uno suele poseer de quienes ha oído
mucho, pero nunca ha visto...
Y llegó con la sorpresa a cuestas, casi cotidiano, avasallante bajo su gorra estrellada. Se había
desprendido del tiempo como si de sus camisas, y estaba en Buenos Aires, armando una historia
limpiando la sangre y retornando paradojicamente un cuento que nos pertenecía.
Comenzó a sonar derrumbando los mitos y amanzando colibries, prolijo, entregado a todos y
dejando claramente señales de su poesía. Frank ya estaba en Buenos Aires y era cierto.
D.A.D. (1986)
Esta sección esta dedicada a los amigos, aquellos que compartieron sus viajes, las charlas, los dones de cocina, la música y todo el afecto, desde dentro y desde fuera del escenario. La idea es que dejen sus inquietudes y acerquen sus pensamientos.
Intentaremos actualizar esta página lo mas que podamos, y contar un poco con la ayuda de ustedes para completarla con datos de aquellos lugares donde Frank haya estado. Recibiremos con satisfacción tus preguntas y todo lo que sirva para hacer crecer este sitio.
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