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El manifiesto de 1763 de la zarina Catalina II "La Grande" ofreció libertad religiosa y educativa entre otras prerrogativas para quienes aceptaran asentarse en la zona del Volga.
Las colonias fueron establecidas con personas que profesaban igual religión. Esta medida apuntaba a evitar los problemas de tipo religioso. Estaba prohibida la promoción de una religión en aldeas que profesaran otras.
En el orden educativo, cada aldea tenía su propia escuela de nivel primario ó iniciático. Esta escuela enseñaba en idioma alemán los conocimientos elementales de matemáticas, geografía, historia, etc.
El problema del clima, que impone fríos rigurosos durante casi 6 meses, sumado al problema de aislamiento, determinó la conservación de la cultura propia.
La escasez de medios, les obligó a desarrollar una cultura de aprovechamiento
práctico de todos los recursos disponibles.
Las posteriores políticas de rusificación, a partir del año
1861, fueron las causas de la emigración de los Alemanes del Volga hacia
América.
En Argentina, a dónde empezaron a llegar en 1876, formaron, muchas veces,
aldeas con un diseño similar al que habían tenido en Rusia. Esto
es, las aldeas se diseñaban con una calle central de 30 metros de ancho
y 800 metros de largo. Sobre esa calle se hacía el loteo de las parcelas
que solían tener 28 metros de frente por 110 de largo. Se reservaban
2 lotes para la construcción de la iglesia y la escuela. Luego se procedía
a la distribución de los lotes entre los colonos.
Esta disposición de la aldea favorecía su defensa frente a ataques de tribus hostiles (esto ocurría con frecuencia en Rusia). En Argentina, si bien no se registra que hubieran habido ataques de indígenas o gauchos a las colonias, era muy común que su presencia fuera anunciada al grito de:
-Da kommt ein Spanier!! (Ahí viene un español!).
Los hombres dormían en la aldea y trabajaban en el campo. Las mujeres se hacían cargo de las tareas domésticas y la crianza de los hijos. Los hijos, según su edad ayudaban en las tareas de la casa ó en las tareas del campo. Las primeras incluían la crianza de animales de corral, el cuidado de huertas y árboles frutales.
Es por ello que siempre tenían recetas muy fáciles de hacer, aprovechando las frutas y verduras de estación.