TALAVERA
DE LA REINA.
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El año 1475, es la Fecha probable del nacimiento de Fernando de Rojas, en La Puebla de Montalbán. Fueron sus padres García González Ponce de Rojas y Catalina de Rojas, con toda probabilidad conversos, lo cual les ocasionaría problemas con la inquisición. Stephen Gilman, principal estudioso de la vida de Fernando de Rojas, opina que su padre fue un Hernando de Rojas, quema en la hoguera por la Inquisición de Toledo. |
1494. Rojas inicia sus estudios de Humanidades y Derecho en Salamanca, donde debió permanecer posiblemente hasta 1502.
1497. Fecha más admitida de la reducción de la "Comedia de Calisto y Melibea", por Fernando de Rojas. ¿Donde la Escribió? Rojas estudiaba derecho en Salamanca, pero en los preliminares afirma que la escribió en unos quince días de vacaciones, "robando tiempo a mi principal estudio...".
1499. Aparece la primera edición conocida de "La Celestina", publicada en Burgos por don Fabrique de Basilea.
1502. Fecha probable del regreso de Rojas a La Puebla de Montalbán.
1507. Rojas se casa con Leonor Alvarez, hija de Alvaro de Montalbán, converso de la Puebla que había tenido y aún había de tener graves problemas con la inquisición, llegando a ser encarcelado en Toledo. Leonor llevó como dote la cantidad de 80.000 maravedises en su boda.
Talavera
1508. Según recuerdo de 14 de Junio del Ayuntamiento de
Talavera
de la Reina, el
bachiller Fernando de Rojas, "vecino de la Puebla", es
presentado por el alcalde de Talavera. Es de suponer que, por
entonces, Rojas debió fijar su residencia definitiva en nuestra
ciudad. En los años sucesivos interviene con frecuencia en los
avatares políticos y administrativos de Talavera, alternando sus
cargos con la profesión de letrado y abogado de las principales
familias talaveranas.
1508-1538. A lo largo de estos treinta años, los Libros de Acuerdos del Ayuntamiento de Talavera muestran como en diversos años (al menos, en 1508, 1511, 1512, 1523 y 1538) Fernando de Rojas actúa como Alcalde Mayor de la ciudad.
1541. El día 3 de Abril, Rojas dicta su testamento y hace inventario de sus bienes. No sabemos la fecha exacta de su muerte, pero el archivo Lersundi ha salvado el recibo de pago de las mismas del funeral que se le dijeron en la Iglesia de San Francisco, así como de los gastos del enterramiento. La fecha del recibo es del lunes 19 de Junio de 1541. Fué enterrado en la iglesia del Monasterio de la Madre de Dios.
Sus restos
Por propia disposición testamentaria, Rojas fue
enterrado en la iglesia del monasterio de la Madre de Dios. Este
es el único dato que, durante siglos, se tenía, habiéndose
perdido la memoria del lugar exacto de la sepultura. Sin embargo,
Luis Careaga, vino a Talavera el año 1936 dispuesto a aclarar el
enigma de los restos de Rojas. Realizó una serie de
investigaciones y excavaciones en la iglesia del dicho
monasterio, que por entonces estaba en pie, y el resultado de
todo ello lo publicó en 1938 en un trabajo titulado
"Investigaciones referentes a Fernando de Rojas en Talavera de la
Reina". En él el
señor Careaga informa haber encontrado tres enterramientos en la
talaverana iglesia de la Madre de Dios e identificaba como el
cadáver del Bachiller Rojas el que ocupaba el centro del
presbiterio. El esqueleto aparecía un poco inclinado hacia a la
izquierda y en esta mano reposaba la cabeza. Los restos,
recogidos en una caja de cobre, se depositaron en el
Ayuntamiento, donde ha permanecido durante mas de cuarenta años.
En 1980 se colocaron en un nicho en el Claustro de la Colegial, en medio de una ceremonia popular y
emotiva.
Sus casas
y su familia
Rojas vivió primeramente en una casa que poseía donde
empezaba la actual calle de Gaspar Duque y en ella vivió, al
menos, hasta 1528. Más tarde, se trasladó a vivir a una casa
lindante con La Colegial, en la calle llamada de los Siete
Linajes, hoy José Luis Gallo. En esta segunda murió en 1541.
Jamás hubo en su hogar lujo ni ostentación, apenas, dos
alfombras, siete "almohadas de asentar", un
"escaño viejo", vasares, bancos, camas, sillas... un
establo con varias mulas, 34 tinajas de vino de varios tamaños
(en la mayor cabían 60 arrobas, unos 950 litros) y un despacho
con biblioteca. En sus casas vivió Rojas con Leonor, su esposa,
y sus hijos: Juana, que nació en Talavera y murió en 1557;
Juan, que pasó a las Indias y murió después de 1535; y
Francisco de Rojas, que nació en Talavera y fue Alcalde Mayor de
la ciudad en 1542, un año después de morir su padre. En la casa
ayudaron dos criadas: Francisca del alamo y Juana de Torres.
Rojas poseía viñas y otras tierras y es de suponer que
necesitaba varios criados para atender su hacienda.
El 31 de
Julio de 1919 nacía Rafael Morales Casas en la calle
Puente Pópulo de Talavera de la Reina, siendo sus padres Leandro
Morales y Juliana de las Casas. Siempre estuvo Talavera
en su mente, en su corazón y en sus versos, aunque no se
le pueda considerar un poeta regionalista, sino
preocupado por temas universales que ha desarrollado en
libros magníficos, de contenido profundo y arquitectura
perfecta. Su andadura poética se inició con un gran libro "Poemas del toro" (1943), libro que inauguró su colección. El toro, símbolo de la fuerza y la inocencia, le inspira bellísimos sonetos dentro de la más enraizada tradición hispánica: |
¡Ay, tierra de mi España, de mi vida,
toro de tierra que en mi tierra siento,
oigo mugir tu roca más hundida!
¡Ay,
tierra de mi España, de mi aliento,
como el toro de brava, estremecida,
levantando tus sierras contra el viento!
En 1946 aparece su segundo gran libro, "El corazón y la tierra." En él están, como temas principales, el amor, el paisaje y el tiempo. Morales, pues, toma partido por una poesía esencialista en este caso, entrando de lleno en las preocupaciones clásicas de la poesía. El poema "A un esqueleto de muchacha" es el mejor ejemplo que podemos citar.
"Los desterrados" (1947) es el libro en que el poeta pasa del toro y el hombre a "los hombres." La poesía para Morales está en todas partes, crece en los lodazales lo mismo que en los jardines. El libro esta repleto de los "desterrados humanos": enfermos, locos, leprosos, ciegos, tristes, viejas amantes, abandonados, ancianos, suididas... ¡Que gran retablo, entre goyesco y bosquiano, el de los desterrados!.
"Canción sobre el asfalto" (1954) ahonda sobre el tema anterior, pero ahora es la ciudad, con su carácter opresivo y despersonalizado, la que agobia a los hombres: "la fuerza natural, la libertad natural, ha sido ultrajada por la mano del hombre", "y existe una inocencia, igualmente perdida en las cosas: los traperos llevan en sus sacos zapatos de muchachos muertos, muñecas mutiladas, abanicos... El suburbio refleja esa pérdida inocencia, con sus vidrios rotos de botellas tiradas. Y en un gesto que arremolina polvo, los barrenderos barren billetes del tranvía, flores, mariposas..."
Después siguió "La Máscara y los dientes", libro terrible que expresa la tragedia del hombre que "vive con una máscara que sólo deja cuando muere." Los dientes, símbolo de la actitud depredadora del hombre, llenan versos feroces, los más duros sin duda de toda su obra.
Más poemas, más libros se siguieron. Constantemente Rafael Morales tiene algo que decirnos, una imagen nueva con que sugestionarse y sugestionarnos. "Prado de serpientes" es un título tomado de una expresión del final de "La Celestina", desengañada sobre el mundo y el hombre.
"Entre
tantos adioses" (1993) es su último regqlo
del pasado año. Se habían complido cincuenta años desde su
primer libro, cincuenta años de amor a la poesía. Y en él no
podía faltar la evación de su querida Talavera, "la de las
claras plazas / de calles maternales y geranios, / la de
alboradas verdes / en los altos balcones." Y Talavera
correspondió como debía, ¡Hasta siempre, admirado Rafael,
poeta de toros cósmicos y cubos de la basura, de las bravas
serranías de España y delgadas suelas de zapatos! ¡Hasta
siempre... y enhorabuena!.
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