Aragón ocupa la posición más céntrica y continental del valle
del Ebro. Dilatado sobre 47000 kilómetros cuadrados se extiende, sin abarcarlos por
completo, sobre los tres tramos que constituyen el valle: los Pirineos, la Gran
Depresión central, por cuyo fondo se desliza el Ebro, y el territorio de pesadas
montañas que constituye el Sistema Ibérico.
El valle del Ebro puede contemplarse como una grandiosa y simplicísima unidad o como un
rico mosaico de contrastes diversos. Todo depende del ángulo, el enfoque y la escala con
que se mire.
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