Magneto, amo del magnetismo, siempre tuvo como sueño poder llevar a todos los mutantes a un lugar donde estuvieran lejos de las persecuciones y discriminaciones de los humanos. En repetidas ocasiones lo intentó y a causa de ellas casi murió. Su familia fue asesinada durante la Segunda Guerra y eso le llenó de odio hacia la humanidad. Odio que ni siquiera su ex-gran amigo Charles Xavier pudo hacer olvidar...
hasta ahora.
Cable, llevado al futuro por la mujer llamada Askani para combatir la maldad encarnada en la figura de Apocalipse, viajó en repetidas ocasiones al pasado en busca de su victoria. En uno de esos viajes perdió una poderosa nave de combate llamada Graymalkin. Y la perdió a manos de Magneto.
Con el poder para someter al planeta, Magneto llamó a su lado a los mutantes. Muchos les siguieron. Pero las intenciones de Magneto no fueron vistas con agrado por las Naciones Unidas, que en secreto habian construido un sistema de defensa que mantenia a Magneto fuera de la Tierra. Agredido, Magneto destruyó tal sistema y amenazó la supervivencia misma de la raza humana. ¡Entonces los Hombres-X entraron en acción!
Los X invadieron la fortaleza flotante de Magneto guiados por el Profesor Xavier. Durante el combate, librado sin cuartel, Magneto usó su poder para someter a Wolverine de la manera más cruel: ¡Extrajo del cuerpo del mutante todo el Adamantium que cubría su esqueleto! Furioso por la acción de su amigo, Charles usó sus poderes mutantes para llevar a Magnus a un estado de coma profundo, intentando borrar en el proceso toda huella de su vida pasada y su odio hacia la humanidad.
Una vez resuelta la amenaza de Magneto, los X volvieron a casa. Wolverine, sin su esqueleto de Adamantium decidió buscar camino de nuevo por su cuenta, hasta hacerse de nuevo merecedor de pertenecer a los Hombres-X.