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CAPITULO V
EN LAS GARRAS DEL IMPERIO
El húmedo ambiente de Imraad penetraba hasta los
viejos huesos de Scotty, haciendo que la caminata pareciera cada vez más
pesada. De otro lado, Kemra parecía disfrutar del clima, quizás
por ser de un planeta existente en su galaxia nativa. Pero aún Kemra
sentía la fatiga que produce una caminata tan extensa en quien ya
no disfruta de los atributos de la juventud, así que proponer un
descanso no fue mala idea para ninguno de los dos.
"¿Qué fue eso?". Los sentidos
de Kemra, durante tantos años dormidos, comenzaban a tomar de nuevo
su lugar, advirtiéndolo de un peligro cercano. Agudizó el
oido. Alguien se acercaba. "Vamos, creo que tenemos compañia..."
Pero antes que cualquiera de los dos pudiera reaccionar,
un hombre saltó de la maleza apuntándoles con un arma láser.
Estaba vestido con la blanca armadura de los soldados imperiales, pero
su casco había sido removido de la cabeza y ahora lo llevaba colgado
de su cinturon, junto con los demás implementos de dotación
de la armada imperial. Su reacción, sin embargo, no era la que Kemra
hubiera esperado de un soldado que captura al enemigo.
"¿Quienes son Uds.? Seguro Skeele los envió
aquí para atraparme, ¿verdad?". La voz del soldado denotaba
una alta tensión. Estaba nervioso y hasta asustado. Kemra trató
de razonar con él. "Escucha amigo, no somos tus enemigos. Si
estás huyendo de alguien tal vez podamos ayudarte...".
"La única forma en que podrían ayudarme
es consiguiendo un transporte para largarme de este planeta olvidado por
todos, antes que él me encuentre". "¿Quién?
¿De quién está huyendo?". La respuesta fue ambigua.
"Skeele lo envió aquí para atraparme, antes que yo pueda
revelar su secreto... tal vez Uds. lo estan ayudando, no puedo arriesgarme...".
El soldado presionó el gatillo de su arma y un haz de luz láser
emergió de ella hacia Kemra. El viejo Jedi hizó gala de su
poder desviando el haz con la palma de su mano derecha. Sorprendido, el
soldado no vió a Scotty desenfundar su arma y dispararle con un
rayo paralizante. El soldado cayó al suelo inconsciente.
"¿Quién era él?", preguntó
Scotty, que al estar detrás de Kemra, no lo vió desviar el
láser del soldado. Simplemente asumió que estaba tan nervioso
que había errado el tiro, aún a tan corta distancia. "Un
soldado desertor, por lo que a mí respecta. Estaba demasiado nervioso
y no...". La respuesta de Kemra fue cortada por el ensordecedor sonido
producido por una detonación a su izquierda. Seguido, la onda de
la explosión los arrojó al suelo, dejándolos atontados,
pero todavía conscientes. Lo suficiente para observar a su atacante
acercarse. El sujeto vestía armadura, pero no era un soldado imperial.
¿Quién, entonces?.
Kemra se desmayó.
Abordo del Avenger, Kirk, Spock y McCoy esperaban pacientes
a ser atendidos por el Capitán de la nave, un sujeto de nombre Needa.
El más impaciente del grupo era C-3QA, a quien sin duda no le agradaba
en absoluto permanecer encerrado en la celda de un destructor estelar,
a la espera de una cita que quizás nunca se llegue a concretar.
"Si somos sus prisioneros, no necesitaran hablar
con nosotros. Nos tienen y eso es todo lo que les importa. ¡Estamos
perdidos!".
"¡Ya cállate hojalata oxidada, o haré
chatarra con tus partes!", bramó McCoy. La chillona voz del
robot no le era agradable y en las actuales circunstancias, no estaba dispuesto
a soportarlo demasiado. "Calma, Bones", dijo Kirk. "No debemos
perder el control. Por el momento no podemos hacer más que esperar".
"Pero, ¿qué si el robot tiene razón?". "Bueno,
si quieren la nave intacta vendrán a pedirnos que se las entreguemos.
Y si no, tendremos que urdir algo para salir de aquí y recuperar
nuestros transmisores a fin de que podamos ser teletransportados de regreso
al Enterprise".
La voz de Kirk era escuchada en la sala de control de
las celdas, donde Needa escuchaba atento.
"¿Han tenido suerte descifrando su idioma?",
preguntó el Capitán al oficial de comunicaciones que por
orden suya se había desplazado hasta allí para intentar traducir
las palabras de Kirk. La respuesta desagrado a Needa. "Nada hasta
ahora, Señor. Quizás si desmantelamos al robot...".
"No sería prudente, podría estar programado para borrar
su memoria al menor indicio de peligro". Se volvió hacia el
oficial encargado de la seguridad en las celdas y ordenó: "Disponga
que los prisioneros sean llevados a la sala de juntas", y pensó:
"Trataré de hablar con ellos y convencerlos de capitular, antes
de ordenar que los ejecuten y tomar su nave por la fuerza". Entonces,
Needa se retiró.
Camino a la sala de juntas, los cuatro prisioneros recorrieron
el pasillo donde estaba construída la sala médica. Había
gran excitación. El personal corría de un lado para otro
gritando, tal vez solicitando algún equipo, conforme a cada grito
aparecía un nuevo robot llevándolo.
"¿Qué pasa?", preguntó
Kirk al robot. "Parece que alguien muy importante está muriendo,
Capitán. Alguien muy importante". Uno de los tres soldados
que los escoltaban dijo algo. C-3QA tradujo: "Ordena que nos
callemos, Capitán". Para evitar problemas, obedecieron.
Poco después, los prisioneros entraron en la sala
de juntas. Allí había una gran mesa rodeada de sillas con
espaldares que se elevaban por encima de la altura alcanzada por la cabeza
de alguien que pudiera estar sentado en ellas. En la cabecera, un oficial
esperaba sentado a que otro terminara de entregarle algún reporte.
Hecho esto, el oficial de pie se retiró y el otro se puso de pie,
indicándoles acercarse y tomar asiento. Entonces habló.
"Soy el Capitán Needa, al mando del Avenger,
Destructor Estelar de la flota imperial de su majestad", tradujo C-3QA.
"Ahora debo ausentarme para atender un asunto, así que tendrán
que esperar aquí hasta mi regreso..." y dicho esto, Needa se
encaminó hacia la puerta de salida.
"Un momento", pidió Kirk. C-3QA tradujo
e hizo ademanes a Needa para que no saliera aún de la sala. Conforme
Kirk continúo hablando, el robot continúo traduciendo: "Sabemos
que alguien importante abordo está enfermo. Nuestro compañero
aquí", y señaló a McCoy, "es Doctor y quizás
podría brindarle alguna asistencia". "¿Por qué
debería aceptar su ayuda?", cuestionó Needa con desconfianza.
"Porque queremos ganar su simpatía y la del Imperio. Y este
ofrecimiento de ayuda es una muestra de ello". Needa lo pensó
un momento. Tenía sentido, si los intrusos querían sobrevivir,
debían ser complacientes con el Imperio... quizás tomar esa
nave iba a resultar más fácil de lo esperado. "Muy bien.
Ud.", dijo a McCoy, " y el robot vendrán conmigo. Los
demás esperaran aquí hasta nuestro regreso".
El eco de las voces lentamente despertó a Kemra.
Abrió los ojos y descubrió que habian sido movidos a un pequeño
cuarto lleno de cajas, una bódega probablemente, usada para el propósito
como una celda. Scotty estaba a unos pasos y comenzaba a reaccionar. Entonces,
Kemra se acercó a la puerta. No había cerradura de este lado
y era bastante fuerte, así que no podría abrirla. De nuevo
escuchó las voces y esta vez trató de entender lo que decían.
"Llevaré al desertor de regreso al Avenger
para reclamar mi pago", dijo una de las voces. "Los otros son
sus prisioneros, así que Uds. deberán decidir qué
hacer con ellos". "No me des ordenes, basura. Recuerda que cuando
hablas conmigo aquí, es como si hablaras con el Emperador. Yo...".
La segunda voz se interrumpió y sólo se oyeron lamentos,
breves lamentos. Entonces se oyó un cuerpo caer. "Ud. no es
el Emperador", dijo la primera voz, "y no le debo más
respeto que el que Ud. me debe. Ahora, tomaré a mi prisionero y
me ire. Tenga un buen día".
La primera voz se alejó y la segunda murmuró: "Maldito
Bobba Fett. Uno de estos días..."
FIN DEL CAPITULO
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