CAPITULO VII
EL FINAL ESTÁ CERCA
"Bitácora de vuelo, fecha estelar 9611.14. Soy el teniente comandante Hikaru Sulu, temporalmente
al mando de la USS Enterprise. Hace ya tres horas que dos expediciones abandonaron la nave. La
primera, dirigida por el Capitán Kirk, partió hacia la gigantesca nave Imperial para ganar algo de
tiempo mientras la segunda expedición, conformada por el ingeniero de la Federación Lek Kemra y
el teniente Scott, consiguen combustible para llevar a la Enterprise de regreso a nuestra galaxia.
Abordo, las reparaciones han continuado. Tenemos potencia para los escudos y para las armas, pero
no la suficiente como para un combate demasiado largo. Esperemos tener noticias pronto".
Kirk, Spock, McCoy y C-3QA llegaron a la puerta de acceso al hangar. Al ver un grupo de soldados
acercarse, rápidamente se ocultaron detrás de un cargamento estacionado cerca. Al pasar el peligro,
corrieron hacia el transbordador, procurando no ser vistos. Pero entonces, una alarma resonó en
todo el Destructor Estelar y un nuevo contingente armado entró al hangar abriendo fuego contra ellos.
"¡Corran hacia el transbordador!", gritó Kirk, al tiempo que disparaba su láser. Sus certeros
disparos alcanzaron a varios soldados imperiales sin producirles la muerte. No sólo las armaduras
los protegían, el arma había sido programada para aturdir, no para matar. Sin embargo, las ráfagas
láser disparadas por los imperiales no eran tan inofensivas. Una alcanzó al androide, que con un
chillido que hizo eco en todo el hangar, voló en múltiples pedazos. La última
vez que Kirk lo vio antes de entrar al transbordador, los restos de C-3QA estaban esparcidos por
todo el lugar.
"¡Vamonos de aquí, Spock!", urgió Kirk. Los láser golpeaban la estructura del transbordador y no
había forma de saber si resistiría. Además, afuera se observaban algunos soldados instalando
alguna especie de mortero. No tenían mucho tiempo. "¿Seguro quieres continuar con esto, Jim?",
preguntó Spock. "Así es como debe ser", fue la respuesta.
El transbordador se levantó sobre el piso del hangar y comenzó a girar buscando la salida.
"Señor", llamó uno de los controladores de tráfico al Capitán Needa, "la nave de Bobba Fett está
entrando. ¿Qué hacemos?". Needa vio en el caza-recompensas una oportunidad para detener la fuga.
"Ordénele que detenga ese transporte, ¡a cualquier costo!".
Cerca a la salida, separadas por sólo unos metros, las dos naves se encontraron. La nave de Fett
era mucho más grande que el transbordador y de seguro su potencia armada también, según lo demostró
al atacar. Al impacto de los cañones láser, el transbordador explotó. No había forma que alguien
hubiera podido sobrevivir.
"¡Maldito caza-recompensas!", exclamó Needa. "¡Lo malinterpretó todo!".
"Disculpe, general", el oficial se acercó a zancadas a Dakra. Saludó y prosiguió. "No es que
quiera cuestionar su autoridad, Señor, pero ¿está usted seguro que esos hombres en el depósito
son emisarios del Emperador?". Dakra se sorprendió.
"¿Qué hombres?". El oficial respondió, algo
preocupado por la laguna mental de su general. "Los hombres que Bobba Fett trajo hace algunas
horas. Los que creímos eran espías rebeldes y que encerramos en el almacén de...". Dakra lo
interrumpió. "Esos hombres escaparon, ¿dónde dijo que están ahora?". "En el depósito de
combustible, Señor. Ud. dijo que...". "¡No importa lo que haya dicho!", interrumpió de nuevo.
"¡Ese hombre me manipuló vilmente! ¡Quienquiera que sea, debe ser detenido inmediatamente!".
Atendiendo las ordenes del general Dakra, un grupo de soldados fuertemente armados se dirigieron
al depósito. "¡Abran las puertas, y no importa lo que digan... ¡disparen a matar!". Después de
la afrenta sufrida, después de haber sido usado como cualquier escoria de Kesel, Dakra no estaba
dispuesto a permitirles vivir. Las puertas del depósito se abrieron.
Los disparos de los láser hicieron mella en todo el depósito. Los equipos en el guardados
explotaron con cada impacto y el lugar pronto se convirtió en un infierno. Dakra apenas si pudo
ver a través de las llamas. El lugar parecía estar vacío.
"¡General! Mejor nos retiramos. Este sitio puede ex..."
La explosión destruyó buena parte del ala oeste de la base Imperial. Debido a este impase, la
construcción se retrasaría varios meses y la muerte de Dakra lo salvó de ir a Corte Marcial ante
el mismísimo Emperador, o si los rumores que escuchó en vida fueron ciertos, quizás se salvó de
un destino mucho más doloroso a manos de Lord Darth Vader.
Skeele entró en el puente de mando y se acercó al Capitán Needa, que permanecía de pie junto a uno
de los miradores, contemplando la nave intrusa, preguntándose si todavía podría hacerse dueño de
sus secretos y quizás con eso, compensar su fracaso y la traición de su hombre de confianza.
"El caza-recompensas ha entregado al soldado renegado que capturó en Imraad y ya se ha marchado,
Señor". La noticia no parecía muy importante para Needa. "Bien, lo interrogaré más tarde", dijo
simplemente. Skeele parecía perturbado. "Me temo que eso no será posible, Señor. Bobba Fett dejó
al soldado
mal herido y murió hace un momento". Needa no pareció extrañado con la noticia. Skeele dio media
vuelta y comenzó a alejarse.
"Seguro así fue, Skeele. Sabe, siempre me pregunté por qué envió un caza-recompensas de la fama de
Bobba Fett tras un soldado renegado de poca monta, abandonado a su suerte en Imraad". Skeele se
detuvo. Parecía que Needa sospechaba algo, ¿o era sólo un comentario sin importancia?. Cualquiera
fuera la causa, prefirió no dejar pasar ese comentario sin respuesta. "Lo hice porque el honor del Imperio estaba
en juego, Señor". Needa rió.
"¿El honor del Imperio o el honor del Príncipe Xizor?". Skeele se sorprendió. Definitivamente Needa
sabía y cuanto había hecho para silenciar al renegado que lo descubrió y amenazó con delatarlo
había resultado vano. Needa continuó hablando. "Xizor es amo del bajo mundo intergaláctico, aunque
comenzó como un gansgter de segunda, tal como Jabba el Hutch, supo usar su poder y es ahora uno
de los hombres de confianza del Emperador. ¿Qué intenciones ocultas lo motivan, Skeele, para
comprar a los hombres del Emperador?".
Viéndose descubierto y sabiendo que no podría revelar las reales intenciones del Príncipe Xizor y
mantenerse con vida, Skeele recurrió a su arma secreta, un bien planeado as bajo la manga con el
que pretendía escapar. De su cinturón de dotación extrajo un pequeño control. Los ya alertados
soldados imperiales apostados en el puente no pudieron impedirlo.
"¡Atrás!", ordenó Skeele. "Este control detonará un explosivo bien oculto en las máquinas del
Destructor, destruyéndolo. No creo que quiera eso, ¿verdad Capitán?", y sostuvo el control de
cara a Needa en un claro acto de desafío. "Por supuesto que no" fue la lacónica respuesta del
Capitán del Avenger. "Bien, entonces me iré de aquí..." y dicho esto, comenzó a caminar hacia
la puerta de salida del puente, la que comenzó a abrirse. Hubo un disparo, un grito y el control
cayó detrás del equipo de comunicaciones sin que nadie se percatara de dónde exactamente.
"Supongo que esto te redime de tu estupidez al destruir el transporte intruso, Bobba Fett", dijo
Needa mientras el caza-recompensas se acercaba a Skeele, que permanecía de rodillas sosteniendo
con su mano izquierda el muñón que hasta hace unos segundos fuera su mano derecha, calcinada por
el certero disparo de Bobba Fett. "No lo hice por eso, Capitán. Ud. pidió que detuviera esa nave
y eso fue lo que hice. En cuanto a Skeele, sabía que me culparía por la muerte del soldado en cuanto
este me confesó el por qué lo buscaba con tanto afán". "Y fuiste sabio al comunicármelo". Hizo
una señal a los soldados y estos tomaron prisionero al ex-primer oficial del Avenger. "Enciérrenlo
en su habitación hasta decidir que hacer con él". Se volvió hacia uno de sus oficiales y lo
ascendió a primer oficial provisionalmente. "Encárguese de buscar y desmantelar la bomba que
Skeele plantó". Feliz en su nueva posición, el oficial partió a cumplir la orden. "En cuanto
a Ud., Bobba...", pero ya el caza-recompensas no estaba. Uno de los parlantes chilló conforme el
técnico al otro lado de la línea reportaba que la nave de Bobba Fett se disponía a abandonar el
hangar y solicitaba instrucciones. "Déjenlo ir".
La calma retornó de nuevo al puente de mando y Needa regresó al mirador, a contemplar la nave
intrusa y tratar de resolver el dilema de cómo proceder. La puerta del puente se abrió de nuevo
y está vez una figura oscura, de gran altura e imponente, la cruzó. A su paso, los técnicos, oficiales
y soldados del puente contenían el aliento, temerosos a un posible castigo por osar robarle el
oxígeno que se escuchaba
entrar y salir a través de esa negra máscara. Caminó hasta llegar junto a Needa. No saludó al
Capitán, él no tenía por qué hacerlo. Fue Needa quien se volvió para saludar.
"Así que esa es la nave misteriosa, Capitán". La voz sonaba algo artificial, debido a que
era reproducida a través de los pequeños parlantes de la máscara para ayudar a incrementar
el temor que ya de por si su figura inspiraba. "Hay alguien abordo de esa nave, alguien a quien quiero".
Needa tragó saliva. "No imagino como podamos traerlo abordo, mi Lord". La figura oscura se
acercó al mirador. "¿Ha informado al Emperador de mi regreso?". "Así es. El ha enviado al
SuperDestructor Terror para recogerlo. Me pidió que le dijera que ahora que el gobernador
Tarkin ha muerto en la Estrella de la Muerte, Ud. está al mando de la flota imperial y...".
Needa fue interrumpido. "¿Cuánto tardará el Terror para llegar hasta aquí?". "Arribara en
cualquier momento, mi Lord".
Vader miró hacia la nave intrusa. "¡Perfecto! Pronto vendrás a mí, Kemra..."
Sulu acudió tan rápido como pudo a la sala de teletransportación. Allí encontró al Capitán Kirk,
al Señor Spock y al doctor McCoy. Estaban algo bronceados, como si hubieran sido expuestos a un
excesivo calor momentos antes de ser teletransportados, pero eso no importaba. Sólo importaba
el hecho de que sus amigos habían regresado con vida.
"¿Scott y Kemra?", preguntó Kirk. "Ya se encuentran acoplando el combustible a la cámara de
propulsión del hiperimpulsor, Capitán", contestó Sulu. "Ahora Señor, permítame regresarle el
mando de la nave". "Gracias, señor Sulu. Vamos al puente, tenemos que irnos de aquí cuanto antes".
Mientras, en la sala de máquinas, Scott y Kemra terminaban los preparativos para la partida.
"Definitivamente prefiero los viejos reactores de combinación materia/antimateria. Es menos peligroso
conseguir el combustible que los mueve", comentó Scott. "No creo que la Federación este lista para
usar la potencia de un propulsor como este, Kemra...". Scott calló. "Creo que haré algo al respecto
en cuanto regresemos a nuestro Universo, algo definitivo", murmuró Kemra en un tono de voz suave, casi
imperceptible pero definitivamente hipnotizante. Scott repitió sus palabras al pie de la letra,
como si fueran las suyas propias.
FIN DEL CAPITULO
Si quieres leer una comparación entre los Universos de Star Trek y Star Wars hecha por la
gente de la revista "INQUEST", consulta Star Trek vs. Star Wars
y verás cuál de los Universos es mejor (¡según ellos!)
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