Conobar

El Hijo de Cimmeria

    Unos años después de salir de su Cimmeria natal, Conan volvió a su aldea para guiar a los hombres de su tribu en su lucha contra los Pictos salvajes que asolaban la región. Uno de los ancianos de la tribu, Tolek, envió a su hijo adolescente Pelon a participar en la incursión contra los pictos, para que aprenda de Conan.

    En las frías colinas de Cimmeria, Conan y los aldeanos se entretenían contando historias de sus batallas y sus mujeres. Conan relató su primera experiencia a los quince años, con Ursla, cerca de las colinas donde se encontraban. Las bromas de sus compañeros fueron interrumpidas por un ataque de las hordas pictas. El joven Pelon se refugió detrás de una roca, al ver lo sangrienta que era la lucha. Al amanecer, la batalla había terminadom y la aldea había sido liberada de la amenaza.

    Pero de pronto, apareció un enorme oso blanco, y Pelon le arrojó una bola de nieve, lo cual enfureció al animal, que atacó a Conan, y murió a manos de uno de los guerreros cimmerios. Al caer el oso, éstos se dieron cuenta de que Pelon había desaparecido, dejando un rastro de huellas en la nieve, que indicaban que había sido arrastrado a la fuerza.

 
    El joven cimmerio había sido llevado ante Conobar, un muchacho que habitaba en una cabaña entre la nieve, acompañado por los osos y sus seguidores. Enfurecido por la muerte del oso, amenazó a Pelon con colgar su cuerpo desnudo en la nieve, y el jovenzuelo se defendió diciendo que no temía nada porque sabía que Conan lo protegería. El impetuoso Conobar salió entonces de la cabaña, al encuentro de Conan.

    El enfrentamiento fue inevitable. Al principio, Conan se negó a luchar con Conobar porque no era más que un jovencito, pero éste alegó que se había criado entre osos y su fuerza era comparable a la de cualquier guerrero, lanzándose contra el bárbaro, gritando que su madre le había encargado la sagrada misión de velar por lo salvaje. Muy a pesar suyo, Conan tuvo que defenderse, a pesar de que lo había sorprendido el espíritu de guerrero del joven, y acabó por atravesar su cuerpo con su espada.

    Mientras tanto, los aldeanos habían rescatado a Pelon, que reveló a Conan que los hombres de Conobar le habían revelado que el padre del joven era un cimmerio de ojos azul acero, que había visitado a su madre varios años atrás. El nombre de su madre, era Ursla. Ursla, la sacerdotisa de lo salvaje.

 
 
    Conan volvió a la aldea con su hijo muerto en brazos, para cremar su cuerpo y rendirle los honores de un guerrero.

    Algunos años más tarde, cuando Conan volvió otra vez a su aldea para evitar la Segunda Venida de Shuma-Gorath, la propia Ursla le confirmó que Conobar era efevtivamente su hijo, y que debido a la naturaleza semi divina de su madre, su desarrollo había sido mucho más rápido que el de los mortales comunes.

 
 
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