Zemba

El Monstruo de Zembabwei

    Dios-Gorila adorado en las selvas de Zembabwei.

    Poco después de terminar la Guerra de Tarim, en un boscoso oasis en el desierto que se extiende al sur del May de Vilayet, Conan se encontraba tendido a la orilla de un pozo, bebiendo agua, cuando fue atacado por una lakhmu, una enorme serpiente cuyo nombre significaba "portador de la muerte" debido al mortífero veneno que transmitía su mordedura. Luchando con la criatura, Conan fue arrastrado hasta una región de arenas movedizas en la que quedó atrapado. Cuando estaba a punto de ser mordido por el reptil, una afilada daga cortó la cabeza de la serpiente. Era el arma del bribón stygiano Thutmekri, que venía acompañado por una banda de nativos del reino negro de Zembabwei y una muchacha cautiva llamada Helgi, huyendo del reino donde había robado el ídolo de oro del dios Zemba.

 
    El bribón dejó a Conan en las arenas para que se hundiera, pero olvidó su daga. El bárbaro atravesó el cuello de la serpiente con ella, para usarla como un gancho que sostuviera el cuerpo inerte del reptil en la bifurcación de un tronco. Así logró escapar para internarse en la pequeña selva, pero antes impregnó la daga con el veneno del reptil.

    Llegada la noche, encontró a los hombres de Thutmekri muertos, con los cuerpos destrozados, y al propio bribón colgado por los pies de un árbol. Lo liberó, y el bribón le relató cómo había robado la estatua de Zemba con tres renegados negros, y luego había escapado al norte, atravesando el Desierto de Iraninstan. Durante su viaje, compró a la esclava Helgi para que le hiciera compañía en su travesía. Terminado su relato, Thutmekri fue mordido por una víbora del pantano, que le causó una muerte instantánea.

    Conan siguió su camino, y más adelante encontró a M'Gorah, uno de los hombres del ladrón, quien le dijo que habían sido atacados por los Brujos Danzantes de Zembabwei. Siendo una noche de luna llena, los sacerdotes debían sacrificar a una mujer a su dios Zemba, ante la llamada "Luna de Zembabwei". Cerca del lugar encontraron a Helgi atada a dos troncos, lista para el sacrificio. Conan corrió a rescatarla, pero cayó en una trampa en el suelo, preparada por el mismo M'Gorah, cuyo cuerpo se encontraba poseído por el sacerdote Dalboor, cuyo cuerpo permanecía en una choza en Zembabwei.

 
    Aparecieron los brujos danzantes, e iniciaron su danza a la luz de la lune, alrededor del ídolo del gorila dorado.

    Conan pudo escuchar el grito aterrorizado de Helgi, y trepó fuera de la trampa para rescatarla. Al salir a la superficie, pudo ver la casua del terror de la joven - un gigantesco gorila de piel dorada, con los ojos rojos y enormes colmillos. El ídolo de Zemba había desaparecido misteriosamente.

    Conan se preguntó cómo la bestia había llegado hasta allí, pues el oasis se encontraba a muchas millas de su nativa Zembabwei. Conan luchó con el dios-gorila armado con su daga, ante el asombro de los guerreros negros y la asustada Helgi. El cimmerio atravesó a la bestia con su arma varias veces, pero el gigante seguía luchando ferozmente. Finalmente, hizo que lo siguiera hasta donde se encontraban M'Gorah y los bailarines. Estos huyeron del oasis, dejando atrás a M'Gorah, que fue destrozado y devorado por el gorila. Seguidamente, Zemba cayó inerte, víctima del veneno con el que Conan había impregnado la daga. El cimmerio liberó a Helgi, y juntos abandonaron el oasis con rumbo a Turan.

    Más adelante, Conan dejaría a la muchacha antes de llegar a Aghrapur, donde conocería al hechicero Eithriall.

 
 
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