opinión.
Desde que nacemos y durante toda la educación nos inculcan determinados valores
preestablecidos, que generalmente aceptamos sin mayores problemas. Pasamos a ser
receptores pasivos de las "consignas predominantes" que los medios de
comunicación, la escuela y la familia nos transmiten diariamente. En una palabra: nos
adoctrinan para que seamos un engranaje mas del sistema. Quien no escucho, por ejemplo, en
estos últimos años a papá o a algún profesor decirnos "tienen que saber ingles y
computación, porque sino el día de mañana no van a poder conseguir trabajo,
serán los
discapacitados del 2000". Seguramente que así será, pasaremos a ser discapacitados en
un mundo de parapléjicos, de inválidos, de mancos... en un mundo donde lo
único globalizado es la pobreza. Ese espíritu competitivo e individualista que, entre otros, nos
inculcan desde muy pequeños es uno de los principales males de la sociedad, pues siempre
en una competencia hay un vencido, o sea un desocupado, o sea un marginado, es decir, mas
pobreza. El sistema nos da la libertad de elegir, podemos ser victimas o verdugos.
Algunos ya elegimos, verdugos no queremos ser. Trabajemos desde hoy para crear una
sociedad nueva, una sociedad libre donde reine la conciencia, la solidaridad y el respeto.