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Hemos
dicho que el 4 es el primer número de manifestación, que regula las leyes
creacionales, las direcciones del espacio y las estaciones del tiempo. Lo
hemos relacionado con el planeta Júpiter y con el
metal estaño, energías benéficas y expansivas, "joviales" y amables. |
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De Hesed en Atsiluth, nombre cabalístico del Cuatro de Bastos, emana la Gracia divina a la creación entera. Es éste un arcano que representa el Amor de Dios, creativo, conservador y redentor, del que nos hacemos partícipes cuando practicamos la Caridad, en el verdadero sentido de este término. El Cuatro de Espadas, Hesed en Beriyah, es una energía ordenadora que nos enseña a construir nuestro templo interior por medio del conocimiento de las leyes cósmicas. Es en este mundo o nivel de la Creación donde Hesed actúa con mayor énfasis, ordenando los arquetipos eternos de los que los seres manifestados son sólo una transitoria imitación. Esta carta actúa en nuestra mente, poniéndola en concordancia con la Mente Universal. Las influencias de Hesed en Yetsirah, simbolizadas por el Cuatro de Copas, son especialmente benéficas. Promueven la alegría, la paz y la tranquilidad, fomentan una actitud constructiva y nos infunden el amor por la vida y por todos los seres que nos rodean. Asimismo estimulan la generosidad, la disciplina y la voluntad. El Cuatro de Oros, Hesed en Asiyah representa a los cuatro elementos de la Alquimia y los cuatro estados de la materia: sólido, líquido, gaseoso e ígneo. Es el signo de las leyes físicas que aprendemos mediante la observación de la naturaleza. La regeneración y la procreación son dos de sus significados. Nos enseña a regular nuestra conducta y a actuar de acuerdo a la ética. Puede también simbolizar al padre físico, a la familia, al estado y a la sociedad. |
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