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El número 40 es repetido numerosas veces en las diversas tradiciones, y particularmente en la cabalística, que lo menciona constantemente en sus textos sagrados. Esto se debe a que, según la Cábala, el Arbol de la Vida, como todas las cosas, nos ofrece cuatro "lecturas" paralelas y simultáneas, que corresponden a cuatro estados distintos del Ser Universal. Por eso se dice que hay cuatro árboles de vida, o más bien cuatro maneras distintas de observar el mismo Arbol Sefirótico, según lo encaremos en uno u otro de los niveles a que el propio diagrama se refiere. En otras palabras, esto podría ser expresado diciendo que, en cada uno de los mundos cabalísticos, hay un árbol entero, de diez sefiroth, según lo dijimos ya. Esta idea es, precisamente, lo que simbolizan los 40 Arcanos Menores del Tarot, que están subdivididos en cuatro grupos de diez cartas cada uno, numeradas de 1 a 10, en cuatro "palos" o "colores" denominados bastos, espadas, copas y oros. Estos cuatro palos están también referidos a los cuatro elementos de la Alquimia, y, en general, al cuaternario. Los diez arcanos de bastos se refieren al mundo de las emanaciones primigenias, denominado de Atsiluth, plano invisible e inmanifestado relacionado con el fuego y el espíritu. Las espadas significan al mundo de Beriyah o plano de la creación, haciéndosele corresponder al elemento aire, las ideas arquetípicas y la mente. Las copas simbolizan el mundo de las formaciones cósmicas, denominado Yetsirah, al elemento agua y al psiquismo inferior. Y finalmente los oros representan al mundo físico de Asiyah, la "realidad sensible", la materia, la tierra. A su vez, los 10 arcanos de un "palo" o "color" simbolizan, por su número, a las 10 sefiroth, y por lo tanto también a las energías, ideas, planetas y metales que se les relacionan. De esta manera, cada uno de los 40 Arcanos Menores estará referido a una energía específica, que podremos localizar, por su número, en la sefirah correspondiente, y por su "palo" en el nivel respectivo del Arbol de la Vida. A continuación daremos algunos significados de los Arcanos Menores, haciendo especial énfasis en su aspecto numerológico, y en las relaciones cabalísticas, alquímicas y astrológicas. Hemos advertido ya sobre la conveniencia y necesidad de no quedarnos al hacer nuestras prácticas con el Tarot, en su interpretación puramente "predictiva", y por el contrario aconsejamos el estar haciendo constante referencia a los Principios ocultos en las cartas, lo que nos posibilitará un conocimiento real y profundo de este oráculo, al utilizarlo como verdadero vehículo intermediario que nos permitirá conectarnos con las energías sutiles y metafísicas que cada una de estas láminas contiene. Repetimos que al comienzo no es conveniente utilizar estos últimos en las lecturas, hasta que se tenga un conocimiento profundo de los 22 Mayores. Veremos a estos 40 Arcanos como un modelo del Universo que nos permitirá comprender a los prototipos actuando en los diversos planos o niveles del Ser. Haremos énfasis en las relaciones que estas cartas tienen con las sefiroth. Meditaremos en cada uno de estos símbolos y sus significados, y veremos cómo estos ejercicios intelectuales irán despertando nuestra intuición y conciencia, conectando nuestra mente con una Inteligencia Universal, no personalizada, en la que estos Arquetipos de la creación cobran vida. Abrámonos a las energías que detrás de estos Arcanos se ocultan y dejémoslas actuar en nuestro interior. Recordemos que ellas promueven la experiencia del Conocimiento y producen una auténtica transmutación. |
As | Seis | ||
Dos | Siete | ||
Tres | Ocho | ||
Cuatro | Nueve | ||
Cinco | Diez | ||
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© Federico González
1981: Texto.
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France Cartes B. P. Grimaud 1981: Tarot de Marsella.