VIIII
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El
nueve es producto de la multiplicación de la tríada por tres, configurando
una
triple triplicidad. Es ésta una cifra circular y mágica, que ofrece una movilidad
asombrosa, siendo
el único número cuyos múltiplos siempre pueden ser reducidos a él mismo, volviendo
una y
otra vez al punto de partida. Como la circunferencia en la Geometría, a la que
se le asocia,
simboliza energías reflejas y "especulares", pues no tiene la facultad de retornar
a la unidad, de la misma forma que los indefinidos puntos de la circunferencia
no retornan en su sucesión a su centro, del que sin embargo provienen. En la
Cábala la novena esfera, llamada Yesod,
es también asociada a la Luna, reina de la noche, que careciendo de luz propia,
refracta los rayos solares. De ahí su relación con lo ilusorio y aparente, y
con el mundo anímico y psíquico, reflejo
asimismo de
la realidad espiritual. |
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Al Nueve de Espadas, Yesod en Beriyah, corresponden los arquetipos de la Luna, llamada en la Cábala la Madre Menor, modelo prototípico de la mujer y de la esposa. Muchas tradiciones ven en ella a una virgen madre. Yesod constituye la esfera central y sintética del mundo psíquico de Yetsirah. Es por eso que el Nueve de Copas –Yesod en Yetsirah– viene a ser el arcano más íntimamente ligado a este mundo, también llamado astral, símbolo de las aguas inferiores y las formas indeterminadas. Por último el Nueve de Oros Yesod en Asiyah, nos habla de la íntima relación de las energías lunares con la Tierra, en la que produce fecundación y fertilidad, como el agua a la que se asocia. |
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