de ayer a hoy, y de hoy a mañana |
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La primera etapa de CEDIMSE fue de mucho dinamismo. La
dedicamos a fortalecer el camino de la oración y el discernimiento con las mujeres de las
colonias que nos rodean. Estudiamos la realidad de las mujeres a nivel regional y
nacional. Prestamos servicios (charlas, retiros, clases, talleres, diplomados) a grupos de
mujeres de la Diócesis y otras regiones del país, y publicamos algunos folletos como
fruto de los trabajos realizados. Desde el principio hemos ofrecido clases de inglés a
niñas y jóvenes. Tenemos un Centro de catequesis en nuestra parroquia. Hemos acogido
también a grupos de educación para Adultas / os y Al-Anón. Pero con frecuencia nos
vimos limitadas por falta de un espacio adecuado. Trabajamos en la oficina del monasterio
y en una pequeña casa rentada. Además de los servicios que venimos prestando, esperamos
ofrecer nuevos proyectos en un futuro no tan lejano. Estamos en proceso de catalogar una
biblioteca de consulta para la niñez y la juventud de nuestras colonias. En una línea
más especializada, queremos poner a disposición de la región un Centro de
Documentación sobre cuestiones de las mujeres. En febrero comenzamos un diplomado de
Desarrollo Integral de las Mujeres. Planeamos también retiros de un día para jóvenes
que trabajan en las maquiladoras. Queremos dar oportunidades de desarrollo integral a
niñas / os, jóvenes y adultas / os. Vemos la importancia de impartir clases de
computación y de ampliar las clases de inglés para capacitar a la juventud de nuestras
colonias populares, y así mejorar sus posibilidades de conseguir buenos empleos. Ahora se ha realizado el sueño de la construcción del edificio. Pero seguimos soñando: Además de buscar formas concretas de ofrecer los servicios arriba mencionados, ¿cómo imaginamos a CEDIMSE de aquí a cinco, diez años? Lo vemos como un espacio de, y para la comunidad; un espacio donde puede llegar la gente y sentirse en su casa; un lugar de oración, respeto y cuidado de unas /os por otras /os: un lugar donde la gente descubre sus posibilidades creativas y las desarrolla. Lo imaginamos como un espacio a donde pueden venir a alimentarse, para salir renovadas / os y llevar a otras /os la Buena Nueva del amor que Dios tiene para cada una de sus hijas e hijos. Soñamos con un Centro en donde, cada día, todas las personas que prestan y reciben servicios nos esforcemos por relacionar la fe y la vida. En fin, como Benito y Escolástica, queremos seguir formando una comunidad que sea una escuela del servicio del señor en al que nada se anteponga al amor de Cristo. |
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