"La experiencia nos muestra que el grado de la conciencia varía a lo largo del día, algunas veces siendo algo más y otras algo menos. Si nos observamos a nosotros mismos con cuidado podemos distinguir los momentos de "llegar a" una conciencia plena y de darnos cuenta de nuestra existencia fueron muy breves y se encontraron separados unos de otros por largos tramos de olvido de nosotros mismos (auto-olvido), durante los cuales pensamos, sentimos, nos movemos y actuamos sin estar en lo mínimo concientes de nuestra existencia... Cuanto más bajo es el nivel de nuestra conciencia, tanto más ciegos y mecánicos resultan todos nuestros actos, y más subjetivos resultamos ser en nuestra visión... Las percepciones de lo que a un dado ser humano le ha sucedido mientras dormía en la cama de noche son enteramente subjetivas: tienen muy escasa relación con la verdad. Cuando se despierta a la mañana es capaz de apreciar las cosas un poco menos subjetivamente, pero aún despierto no es capaz de verlas tal como son en realidad. Solamente al llegar a un grado superior de conciencia le es posible a ese ser humano verse a sí mismo y a las cosas del entorno tal como realmente son y no como se imagina que son." (Walker,1969,38-40)
29.jun.1999
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Glosario de Carlos von der Becke.