LOS
NUEVE DOMINGOS AL NIÑO JESUS
SEGUNDO DOMINGO |
En
el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACION PARA TODOS
LOS DOMINGOS Señor Dios, Rey Omnipotente: en tus manos están puestas todas las cosas. Si quieres salvar a tu pueblo nadie puede resistir a tu voluntad. Tú hiciste el cielo y la tierra y todo cuanto en ellos se contiene. Tú eres el dueño de todas las cosas. Quien podrá pues resistir a tu Majestad? Señor: Dios de nuestros padres: ten misericordia de tu pueblo porque los enemigos del alma quieren perdernos y las dificultades que se nos presentan son muy grandes. Tú has dicho "Pedid y se os dará. El que pide recibe. Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo concederá. Pero Pedid con fe". Escucha pues nuestras oraciones. Perdona nuestras culpas. Aleja de nosotros los castigos que merecemos y haz que nuestro llanto se convierta en alegría, para que viviendo alabemos tu Santo Nombre y continuemos alabándolo eternamente en el cielo. Amén. Padrenuestro, Avemaría, Gloria. CONSIDERACION:
Lectura del Santo Evangelio según San Marcos - En aquel tiempo: Dejando Jesús de nuevo las tierras de Tiro, se fue por Sidón hacia el mar de Galilea, atravesando las tierras de la Decápolis. Y le Llevaron un sordo y mudo, rogándole que le impusiera las manos. Y tomándole aparte de la muchedumbre, metiole los dedos en los oídos, y untando con saliva el dedo le tocó la lengua; y mirando al cielo, suspiró y dijo: Epheta, que quiere decir, óbrete; y se abrieron sus oídos y se le soltó la lengua, y hablaba expeditamente. Les encargó que no se lo dijesen a nadie, pero cuanto mas se lo encargaba, mucho mas lo publicaban, y sobremanera se admiraban, diciendo': Todo lo hace bien; a los sordos hace oír y a los mudos hablar. Palabra de Dios. EJEMPLO HISTORIA DE LA DEVOCION AL NlÑO JESUS EN PRAGA Narran las antiguas tradiciones que en Andalucía, España, había hace varios siglos un santo religioso carmelita que se dedicaba a hacer imágenes, y que deseaba mucho hacer una estatua bien hermosa del Divino Niño Jesús. Y repetía una frase muy parecida a la de Santa Teresa: "Véante mis ojos, dulce Jesús bueno. Véante mis ojos. Muérame yo luego " ' Y que tantas veces pidió a Nuestro Señor la gracia de poder contemplar cómo era el rostro del Divino Niño, que un día vio que se le aparecía el Niño Jesús, sonriendo y bendiciéndolo. El santo religioso procuró grabar en su memoria lo mejor que pudo el rostro del Divino Niño y se dedicó luego a fabricar la estatua que le quedó hermosísima. Murió después muy contento de haber podido contemplar el rostro de nuestro amable Redentor. Esta bella imagen fue obsequiada
por los Carmelitas a una princesa que se dirigía a Checoslovaquia a
casurse con el Príncipe de Praga en 155ó, y allá la Llevó ella. Y le
colocó después los vestidos más lujosos de su hijito el pequeño Príncipe
de Praga. Y allí empezó el Divino Niño a hacer maravillosos prodigios
a quienes lo honraban y le tenían fe. (Recordemos, lo La Princesa de Praga dejó al morir su bella estatua del Niño Jesús a los Padres Carmelitas recomendándoles mucho, que honraran al Divino Niño porque ella había notado que las personas que le rezaban al Niño Jesús obtenían favores muy especiales. . Entonces un Padre Carmelita,
el P. Cirilo de la Madre de Dios, se propuso honrar al Niño Jesús, y
los prodigios comenzaron a multiplicarse. Su convento que estaba en
ruinas empezó a recibir ayudas inesperadas. Una familia que se dedicó
a honrar y hacer honrar por otros al Niño Jesús, recibió tantos favores
y se les alejaron tantos problemas que no se cansaban de narrarlo a
todos los que trataban con ellos. La ciudad de Praga rodeada por miles
y miles de protestantes que deseaban destruirla se, vio libre de una
manera prodigiosa, después de haberle prometido al Niño Jesús hacerle
un gran templo. Y así la devoción al Divino Niño Jesús se hizo sumamente
popular y las gentes obtenían formidables ayudas del cielo al pedirlas
por los méritos de la infancia de Jesús. La paz renacía en los hogares
desunidos. Los hijos perdidos volvían a sus hogares. Los negocios
que iban hacia el fracaso volvían a la prosperidad. Los pecadores sumidos
en los vicios dejaron su vida de pecado y empezaban a ser buenos. .
. Y por todas partes la gente entusiasmada narraba favores y mas favores
del Divino Niño, porque Jesús dijo: "Todo el que pide recibe” Y el Niño
Jesús apareciéndose en una visión al Padre Cirilo le dijo: "Si me honráis,
yo os honrare. Si sois generosos conmigo, yo seré generoso con vosotros".
Habla Jesús: Dime por muchas personas una palabra siquiera, pero una palabra de amigo, palabra de corazón y fervorosa. Recuérdame que he prometido: "Todo es posible para quien tiene fe. Mi Padre dará cosas buenas a quienes se las pidan. Todo lo que pidáis a mi Padre en mi nombre, os lo concederá". Me gustan Ios corazones generosos que llegan en cierto modo a olvidarse de si mismos, para atender a las necesidades de los demás. Así lo hizo mi Madre en Caná
en favor de unos esposos en cuya fiesta se había acabado el vino. Me
pidió un milagro y lo obtuvo. Así lo hizo aquella mujer cananea del
evangelio la cual con tantos ruegos me suplicó que sacara de su hija
el demonio y consiguió esa gracia especialisima. PRACTICA:
Oh Divino Niño
Mi Dios y Señor Tú serás el Dueño De mi corazón. Oh Jesús: "Tú has dicho: todo lo que quieras pedir pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado". Por eso vengo a pedirte con toda fe: Jesús mío, mi
amor, mi hermoso Niño: Ven a mi, Niño Jesús, van a mi corazón, deja que yo te adore, humildemente arrepentido de mis pecados. Pastorcito de mi alma: contigo nada me falta, me conduces a fuentes tranquilas y reparas mis fuerzas, Tú me guiarás por el buen camino, por el honor de tu Nombre. Aunque camine por sendas oscuras nada temo porque Tu vas conmigo, Tu cetro poderoso me defiende, tu Bondad y tu Misericordia me acompañaran todos los días de mi vida. Dulce Jesús mío,
Divino Niño de mi alma: Soy todo tuyo: tuyo es mi ser pues lo creaste;
tuya es mi alma pues la redimiste en la Cruz con el precio de tu Sangre.
Jesús, José y María, bendecid nuestros hogares. Jesús José y María, libradnos de todo mal. Jesús, José y María, salvad nuestras almas. Amén. Aleluya. En el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
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