En
el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACION PARA TODOS
LOS DOMINGOS
(S. Biblia
Est. 13, Is.)
Señor Dios, Rey Omnipotente:
en tus manos están puestas todas las cosas. Si quieres salvar
a tu pueblo nadie puede resistir a tu voluntad. Tú hiciste
el cielo y la tierra y todo cuanto en ellos se contiene. Tú
eres el dueño de todas las cosas. Quien podrá pues
resistir a tu Majestad? Señor: Dios de nuestros padres: ten
misericordia de tu pueblo porque los enemigos del alma quieren perdernos
y las dificultades que se nos presentan son muy grandes. Tú
has dicho "Pedid y se os dará. El que pide recibe. Todo
lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo concederá.
Pero Pedid con fe". Escucha pues nuestras oraciones. Perdona
nuestras culpas. Aleja de nosotros los castigos que merecemos y haz
que nuestro llanto se convierta en alegría, para que viviendo alabemos
tu Santo Nombre y continuemos alabándolo eternamente en el cielo.
Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
CONSIDERACION: JESUS
EN LA ULTIMA CENA NOS DIO EJEMPLO
DE HUMILDAD Y CARIDAD
Lectura del Santo
Evangelio según San Juan
Antes de la fecha de la Pascua, viendo Jesús que llegaba su hora de
pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban
en el mundo, al fin extremadamente los amó.
Y comenzada la cena, como el diablo hubiese ya puesto en el corazón
de Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle, con saber
que el Padre había puesto en sus manos todas las cosas y que había salido
de Dios y a El se volvía, se levantó de la mesa, se quitó el manto y,
tomando una toalla, se ciñó; luego echó agua en la jofaina, y comenzó
a lavar los pies de los discípulos ya enjuagarselos con la toalla que
tenía ceñida.
Llegó, pues, a Simón Pedro, que le dijo: Señor, ¿tú lavarme a mi los
pies? Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago tú no lo sabes ahora,
lo sabrás después. Díjole Pedro: Jamás me lavarás Tú los pies. Le contestó
Jesús: Si no te los lavo, no tendrás parte conmigo.
Simón Pedro le dijo: Señor, entonces no sólo los pies, sino también
las manos y la cabeza. Jesús le dijo: El que se ha bañado no necesita
lavarse está todo limpio y vosotros estais limpios, pero no todos. Porque
sabía quién lo había de entregar, y por eso dijo: No todos estais limpios.
Y cuando les hubo lavado los pies y tomado sus vestidos, y puéstose
de nuevo a la mesa, les dijo: ¿Entendeis lo que he hecho yo con vosotros?
Vosotros me Ilamais Maestro y Señor, y decís bien, porque lo soy.
Si yo, pues, os he lavado los pies, siendo vuestro Señor y Maestró,
también habeis de lavaros vosotros los pies unos a otros. Porque yo
os he dado ejemplo, para que vosotros hagais también como yo he hecho.
Palabra de Dios.
EJEMPLO
EL PADRE JUAN DEL RIZZO
Y LA DEVOCION AL NIÑO JESUS
En 1914 llega a Barranquilla, Colombia, el Padre Salesiano
Juan del Rizzo. El Padre Juan fue enviado por las calles de la ciudad
a pedir limosnas para la construcción del templo pero nada consiguió.
Hasta que un día se le ocurrió: voy a pedirle a Nuestro Señor por los
méritos de su infancia, que me ayude. y empezó a rezarle al Niño Jesús
y el éxito en su labor fue inmenso.
Desde entonces el Padre del Rizzo se convirtió en un verdadero enamorado
de la devoción al Divino Niño y se propuso dedicar su vida a propagar
esta devoción.
En Barranquilla propagó la devoción al Niño Jesús por 13 años. Luego
pasó a Medellín y siguió recomendando a todos que cualquier favor que
necesitaran lo pidieran a Jesús por los méritos de su infancia. Al principio
el Padre Juan veneraba la imagen del Niño jesús de Praga pero alIi una
antigua asociación le prohibió hacerlo alegando que ellos tenían la
exclusiva de esa devoción.
Entonces el Padre se dijo: "Lo importante no es cómo esté vestida la
imagen del Divino Niño. Lo que vale es venerar su santa infancia los
primeros doce años de su vida humana sobre la tierra. Buscaré otra imagen
del Divino Niño y propagaré su devoción. Porque quien hace los milagros
no es la imagen (que es de yeso, madera, cartón o telas que no pueden
hacer milagros). El que hace milagros es Jesucristo que está en el cielo,
que ha prometido: "Tu oración será escuchada si me pides por los méritos
de mi infancia” y Dios ha demostrado con asombrosos milagros lo mucho
que le gusta la devoción al Divino Niño Jesús".
Y el Padre Juan, al ser trasladado a Bogotá, en 1935 se encontró en
el Almacén el Vaticano una hermosisima imagen del Divino Niño, vestido
como se visten los niños de Nazaret, su tierra: túnica rosada, cinturón
verde, y con los pies descalzos como los niños pobres de Israel, el
grupo al cual pertenecía el Niño Jesús.
Es una imagen verdaderamente hermosa y atrayente. (Si otros niños son
tan hermosos y amables, qué tal sería el Divino Niño, el más puro, el
más amable y el más simpático de todos los niños del mundo?).
En el Barrio 20 de Julio de Bogotá, colocó el Padre Juan la preciosa
imagen del Milagroso Niño Jesús en unos terrenos deshabitados y pobres,
y empezó a narrar a las gentes los maravillosos prodigios que Jesucristo
hace a quienes honran su santa infancia. Y los milagros empezaron a
multiplicarse.
Desocupados que conseguían empleo. Enfermos que sanaban. Hijos perdidos
que volvían al hogar. Personas solteras que lograban formar un dichoso
hogar en santo matrimonio. Negocios que se arreglaban. Angustias que
se alejaban. Paz para las familias, y sobretodo, conversión de pecadores
que es el milagro más importante y que más debe desear todo buen cristiano.
El Padre Juan insistía mucho a los devotos que para tener contento a
Nuestro Señor es necesario cumplir el tercer mandamiento que consiste
en santificar las fiestas. Y que santificar la fiesta es descansar el
día del Señor y no dejar ningún domingo sin asistir a la Santa Misa.
También recordaba a las gentes que es necesario dar limosnas que a uno
le cuesten, porque la limosna borra muchos pecados, según dice la Biblia.
Y no se cansaba de recomendar a todos la confesión y la comunión frecuente
recordando la promesa del libro Santo: “Un corazón arrepentido Dios
nunca lo desprecia”.
Habla Jesús:
¿Y NO TIENES TAL VEZ
ALGUNA ALEGRíA QUE CONTARME?
Por qué no me haces partícipe de ellas como buen amigo?
Cuéntame lo que desde ayer, desde la última visita que me hiciste, ha
consolado y ha hecho como sonreir tu corazón. Quizás haz tenido agradables
sorpresas. Quizás han desaparecido ciertas angustias o temores por el
futuro? Has vencido alguna dificultad o salido de algún lance apurado.
Obra mía es todo esto y yo te lo he proporcionado. Cómo me alegran los
corazones agradecidos que como el leproso curado vuelven a darme las
gracias, pero cómo me entristecen esos desagradecidos que como los 9
leprosos del evangelio no vuelven a agradecer los beneficios recibidos.
Recuerda que "quien agradece un beneficio obtiene que se le concedan
muchos más". Dime un "gracias" siempre con todo tu corazón.
TAMPOCO TIENES ALGUNA PROMESA QUE HACERME?
Leo, ya lo sabes, en el fondo de tu corazón. A las personas humanas
se les engaña fácilmente. A Dios no.
Háblame pues con toda sinceridad. Tienes firme resolución de no exponerte
más a aquella ocasión de pecado? De privarte de aquella revista, periódico,
película, programa de habladuría que hace daño a tu alma? De no leer
más aquel libro que excitó tu imaginación? De no tratar más aquella
persona que turbó la paz de tu alma? De guardar silencio cuando te venga
la cólera, porque "Las personas imprudentes dicen todo lo que sienten
cuando están con mal genio, pero las personas prudentes se callan siempre
cuando están de mal humor y saben disimular las ofensas que reciben.
PRACTICA:
Apartaré
ropas o alimentos para dar a los pobres.
GOZOS
Oh Divino Niño
Mi Dios y Señor Tú serás el Dueño De mi corazón.
Niño amable
de mi vida Consuelo de los cristianos.
La gracia que necesito Pongo en tus benditas manos.
Oh Divino Niño Mi Dios y Señor Tú serás el Dueño De mi corazón.
Tú que sabes mis pesares Pues todos te los confió
Da la paz a los turbados y alivio al corazón mío.
Oh Divino Niño Mi Dios y Señor Tú serás el Dueño De mi corazón.
Y aunque tu amor no merezco No recurriré a Ti en vano
Pues eres Hijo Dios y consuelo del cristiano.
Oh Divino Niño Mi Dios y Señor Tú serás el Dueño De mi corazón.
Acuérdate oh Niño Santo que jamás se oyó decir
que alguno te haya implorado sin tu auxilio recibir.
Oh Divino Niño Mi Dios y Señor Tú serás el Dueño De mi corazón.
Por eso con fe y confianza Humilde y arrepentido
Lleno de amor y confianza Este favor yo te pido.
Oh Divino Niño Mi Dios y Señor Tú serás el Dueño De mi corazón.
ORACION FINAL:
Oh Jesús: "Tú has
dicho: todo lo que quieras pedir pídelo por los méritos de mi infancia
y nada te será negado". Por eso vengo a pedirte con toda fe:
Jesús mío, mi
amor, mi hermoso Niño:
Te amo tanto, Tú lo sabes, pero quiero amarte mas, amarte hasta morir.
Ven a mi, Niño
Jesús, van a mi corazón, deja que yo te adore, humildemente arrepentido
de mis pecados.
Pastorcito de mi
alma: contigo nada me falta, me conduces a fuentes tranquilas y reparas
mis fuerzas, Tú me guiarás por el buen camino, por el honor de tu Nombre.
Aunque camine por sendas oscuras nada temo porque Tu vas conmigo, Tu
cetro poderoso me defiende, tu Bondad y tu Misericordia me acompañaran
todos los días de mi vida.
Dulce Jesús mío,
Divino Niño de mi alma: Soy todo tuyo: tuyo es mi ser pues lo creaste;
tuya es mi alma pues la redimiste en la Cruz con el precio de tu Sangre.
Te proclamo Como mi Salvador y mi amigo: Como mi Rey, mi Creador y Redentor.,
Te adoro Como a mi Dios y Soberano Señor. Demuéstrame una vez más que
me amas, oh Niño Jesús y dame tu amor eterno y tu santa bendición, en
el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Jesús, José y María,
bendecid nuestros hogares.
Jesús José y María,
libradnos de todo mal. Jesús, José y María, salvad nuestras almas. Amén.
Aleluya.
En el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
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