HISTORIA DEL SALTO ANGEL EL MUSEO DEL TRANSPORTE Y LA ORGANIZACIÓN RESCATE HUMBOLDT (ORH), desea presentar el Artículo de la REVISTA LINEAS donde narran lo ocurrido a Jimmy Angel hacia, para ese momento 33 años. Es para nosotros importante indicar que si bien el Churun Meru (nombre que le daban los indios de la zona, al salto), que esta en el Tepuy de nombre: AUYANTEPUY, el salto de agua, cae en el Río Churún, este en el Carrao, pasa por el Salto Hacha, donde hoy se ubica Canaima y cae al Río Caroní. Si bien infinidad de indios y pobladores durante años observaron y vieron este majestuoso Salto de Agua, así como el Capitán de la Armada Venezolana, Felix Cardona, que oriento a Jimmy Angel y le mostró el salto, podríamos decir, que nadie lo descubrió, pues todo el mundo que habitaba la región lo vio y en verdad nadie descubre nada, por que simplemente esta allí, ahora bien esto de descubrir es una cosa y otra es DARLO A CONOCER AL MUNDO, que bien o mal, lo interpretan como su descubridor, lo cierto es que el Piloto Jimmy Angel de nacionalidad Norteamericana (USA), dio a conocer con su celebre aterrizaje, o más bien accidente, este SALTO MAJESTUOSO, conocido como el CHURÚN MERÚM y al cual luego se le puso el nombre de SALTO ANGEL, en honor a este audaz y arrojado piloto.
Igualmente es importante recordar que cuando el Cap. Angel, trata de aterrizar en la meseta, esta eligiendo un lugar inadecuado para hacerlo y por ello se produce el accidente aéreo, que al calificarlo es una Error Humano, con forme a las normas de investigación OACI actuales, pero señores esto fue en 1937 y en esa época no había errores humanos, pues la culpa es de la tierra húmeda y de la lluvia que la aflojo.
Es importante indicar que las fotos mostradas por nosotros en la relación de Accidentes Aéreos en Venezuela, corresponden a este reportaje y al Sr. Gustavo Heny quien las tomo en el propio lugar de los acontecimientos, nosotros las colocamos allí como un recordatorio a estos hombres y a su valor.
Visto lo anterior damos inicio a la transcripción literal del artículo indicado, a saber:
Un testigo presencial del hecho cuenta:
EL ATERRIZAJE DE JIMMY ANGEL SOBRE EL AUYANTEPUY 33 AÑOS DESPUES.
LINEAS considera un privilegio ofrecer a sus lectores un documento gráfico del aterrizaje del célebre piloto norteamericano Jimmy Angel en la meseta del Auyantepuy, y un relato de su compañero de expedición Gustavo Heny sobre la hazaña que conmovió al mundo hace 33 años.
No podemos dejar de mencionar nuestro agradecimiento al señor Enrique Lucca Escobar, de la Electricidad de Caracas, quien conservó durante muchos años los negativos de las fotografías que hoy publicamos, con la debida autorización de su autor, Gustavo Heny, y que ilustran el relato.
Los hechos han sido narrados a Enrique Lucca por el compañero de Jimmy Angel, y la versión periodística ha estado a cargo de Próspero Navarro Sotillo.
Cuando celebramos jubilosos los 50 años de nuestras Fuerzas Aéreas Nacionales, creemos que los documentos que ofrecemos en esta edición vienen a integrarse a la gran Historia de los conquistadores de los espacios infinitos.
UN TESTIGO...
Se remonta al año 1920 el origen del aterrizaje de la avioneta de Jimmy Angel en la altiplanicie del Auyantepuy, unos 17 años después. Exactamente ocurrió el 9 de octubre de 1937.
ANTECEDENTES.
En 1920 mientras efectuaba un vuelo de demostración por Sur América, Jimmy Angel se vio precisado a realizar un aterrizaje forzoso sobre una altiplanicie andina (3.500 metros de altura) debido a la ruptura del cuplón del magneto. El avezado piloto norteamericano fabricó una pieza con la suela de uno de sus zapatos, y así pudo despegar y proseguir su vuelo sin interrupción alguna.
Había llegado a Panamá "Jimmy Angel" de su vuelo de demostración, y encontrándose en el bar de un hotel, donde a la sazón se comentaba el hecho del referido aterrizaje forzoso, cuando se le acercó un señor norteamericano, con un planito en la mano. ¡Qué deseaba? El proponía al aviador que lo condujera a un lugar señalado al sur del río Orinoco, en Venezuela, donde era necesario un aterrizaje y despegue similar -al ya citado arriba- pero a 2.600 metros de altura. Jimmy no se interesó mucho, pues acababa de regresar de un largo viaje, y tratando de deshacerse de aquel individuo, le dijo que sí, pero, que él exigía por sus servicios, la suma de cinco mil dólares... en un cheque de gerencia de un banco de Panamá, antes de efectuar el vuelo. Con ello Jimmy no le decía que no, aunque exigía unos honorarios muy elevados. Y, en verdad, consideró dicha cantidad como difícil de satisfacer, por la persona que le hacía la proposición.
Cual sería la sorpresa de Jimmy Angel, cuando a las 10 de la mañana del siguiente día recibió la visita del extraño personaje, con el cheque por los 5.000,00 $ exigidos.
Hombre de palabra, Jimmy hizo los arreglos necesarios, y de acuerdo a lo previamente establecido, se trasladó con su pasajero a Venezuela, internándose en nuestro territorio hacia el sur, más allá del río Orinoco...
EL RELATO DE JIMMY.
De acuerdo a lo relatado por Jimmy años después, él ignoraba el sitio exacto, y fue guiado por el extraño aventurero, quien le indicó un río a cuyo lado debía aterrizar. Jimmy así lo hizo: aterrizó sobre una pequeña sabana, y recordaba él, que el tiempo no era muy bueno y llovía bastante. Ello le preocupaba en extremo toda vez que a una de las alas del avión, le penetraba abundante agua, y se valió de una navaja para pinchar la tela y achicarla.
Una media tarde y la noche permanecieron allí, tiempo empleado por el pasajero en realizar una exploración a un lugar cercano, trayendo consigo unas 60 libras de pepitas de oro, dentro de sacos que, seguramente, tenía preparados de antemano a la espera de una oportunidad propicia, como la presente.
¿DE DONDE PROCEDIA ESE ORO.?
Parece ser que ese norteamericano, en compañía de otro, había realizado un expedición desde el Perú hasta Ciudad Bolívar, donde concluyera su aventura, pero antes de dar feliz término al viaje, el otro murió a consecuencia de la mordedura de una culebra. Se presume que había dejado ese tesoro en un lugar seguro con la finalidad de recogerlo en la primera oportunidad. Y eso hizo el hombre llevado por Jimmy hasta la ignorada región...
A la mañana siguiente, Angel y su pasajero despegaron con rumbo a Panamá, donde llegarían sin ningún contratiempo. Para Jimmy no significó nada aquel extraño viaje, quedando como uno más, sin prestar mayor atención al cargamento transportado. ¿Por qué? Una firma norteamericana estaba produciendo un avión mayor y él sólo soñaba en pilotear y demostrarlo...
AÑOS MAS TARDE.
Coincidencialmente, Jimmy y el otro norteamericano se encontraron en un tren, y al reconocerse rememoraron aquel viaje al sur del Orinoco... hacía ya 14 años. Fue durante la conversación que el aventurero preguntó a Jimmy si se había hecho millonario, porque suponía que éste había retornado al lugar donde, según él, se encontraba el oro a flor de tierra. Tal aseveración produjo en Jimmy Angel un cambio en sus actividades, decidiendo mezclar dos emociones muy diferentes al deseo de retornar a Venezuela: el placer del vuelo y la aventura hacia lo material, en vista de un posible "Dorado"...
Desde entonces -años 1934 - 1935- Jimmy y su esposa María, invistieron sus ahorros en la búsqueda de aquel sitio, y lo favoreció una negociación de compra - venta de aviones, pues le quedó el Flamingo, que utilizaría en futuros vuelos y al cual bautizó con el nombre de "Río Caroní."
VUELOS DE EXPLORACION Y DESCUBRIMIENTO DEL SALTO ANGEL.
Angel realizó innumerables vuelos por su propia cuenta. En uno de ellos y llevado de acompañante a un Sargento Técnico de apellido García, en momentos en que sobrevolaban el cerro Auyantepuy, que era la región que más atraía a Jimmy, observaron por primera vez la caída de agua que hoy lleva su nombre: Salto Angel, y quedando impresionados por su altura.
Este descubrimiento de Jimmy fue comentado a su regreso, y la magnitud del salto, fue corroborada por otras personas, incluyendo al señor Shorty Martin, geólogo y topógrafo que estaba haciendo exploraciones y levantamientos en esa zona, y quien se había hecho gran amigo de Jimmy, a quien conoció en el Campamento de Kamarata, en el mismo estado bolívar.
Shorty y Jimmy decidieron levantar un mapa del Auyantepuy, y con tal fin, sobrevolaron el borde del cerro haciendo las anotaciones de acuerdo al rumbo, velocidad y altura. Por el altímetro del avión estimaron que el salto tenia casi 1.000 metros de altura, lo cual lo convertia en el mayor del mundo. Esto fue ratificado años después por una expedición, al ser medido con exactitud.
¿POR QUÉ SE LE BAUTIZO "SALTO ANGEL."?
El nombre que hoy lleva -Salto Angel- surgió durante una reunión efectuada en Caracas, y que culminaría con el aterrizaje de Jimmy en la cima del Auyantepuy. En esa reunión, además de Jimmy y Shorty, se encontraba Gustavo Heny -a quien hoy debemos el presente recuento- pues la habían interesado en el proyecto. Cuando hablaron de la caída o salto, él -Heny- preguntó qué nombre tenía, quedándose ambos -Jimmy y Shorty- sin saber qué responder, pues no existía un mapa de la región, y el que ellos levantaron tampoco le habían puesto nombre. Fue Heny quien sugirió el nombre de Angel, utilizando el apellido de Jimmy, su descubridor y quien lo diera a conocer.
ATERRIZAJE EN EL AUYANTEPUY.
Este nuevo grupo, con la inclusión de Gustavo Heny y de Miguel Delgado, se trasladó en compañía de Jimmy y su esposa María, al sur del Auyantepuy. En una sabana, donde Angel solía aterrizar, se levantó un campamento que les serviría de base de operaciones, toda vez que Jimmy insistía que, en ese cerro muy cerca de él, se encontraba el tan buscado sitio.
Vuelos y más vuelos de reconocimiento, y las investigaciones por tierra de Heny y Delgado, proseguían sin descanso. Gustavo escaló la meseta del Auyantepuy en dos ocasiones, adentrándose cada vez más hacia el lugar que Jimmy parecía ahora reconocer, pero no le fue posible llegarse hasta él por la dificultad de bajar por un farallón de unos 1.200 pies de altura que divide la meseta del Auyantepuy.
Al divisar la sabana y aun cuando su conformación era igual a la otra, llegó al convencimiento de no haber dado con el sitio. ¿Por qué? El terreno era extremadamente suave, cubierto en su mayoría por capas vegetales, aún no asentadas, y entre las que crecían helechos y maticas "en forma de mogoticos," sobre los cuales había que pisar forzosamente, so pena de hundirse hasta la rodilla en el fango.
Cuando Heny bajó de la segunda exploración, en cuyo viaje invirtió 15 días, recibió una sorpresa: Jimmy había regresado de un vuelo a Ciudad Bolívar, y con el avión cargado de bastimento, había sobrevolado la meseta y hecho un toque de ruedas, mostrándose satisfecho de haber hallado terreno firme. Sólo esperaba el retorno de Gustavo para informarle de ello y proceder de inmediato a realizar el proyectado aterrizaje.
Gustavo Heny, al conocer la nueva, trató de disuadir a Jimmy de iniciar el vuelo inmediatamente, y le pidió un prudencial lapso de espera de unos 12 días, a fin de subir nuevamente a pie y demarcarle el lugar de aterrizaje. Pero Jimmy Angel le respondió que de lugares de aterrizaje él sabia más que Gustavo; además, todo estaba bien y era el momento tan esperado de despejar la incógnita del sitio, en cuya búsqueda llevaba tres años y sus ahorros ya estaban totalmente invertidos...
Pese a todo, la insistencia de Heny logró su propósito, pero sólo en cuestión de horas, y convinieron partir al día siguiente en la mañana. En aquel decisivo momento el reloj marcaba las 2 p.m. del 8 de octubre de 1937, y cargar el avión les llevaría algún tiempo.
¿Era lógico todo aquello? Entre Gustavo y Jimmy existía una ilimitada confianza en lo que cada quien había tomado bajo su responsabilidad, y en esa ocasión Jimmy le dijo: estoy seguro de que puedo aterrizar, y de que se algo pasa... tú nos traerás al campamento.
Gustavo, por su parte, confiaba en la pericia y conocimientos del arriesgado piloto. Aquello, aparentemente, reducía los riesgos de la aventura...
Se aligeró el avión de todo aquello que no era imprescindible, incluyendo la gasolina, de la cual sólo se dejó en los tanques la suficiente para ida y vuelta, -vuelos que no tomarían más de un cuarto de hora en cada sentido- se colocó una tiendita de campaña, un rollo de mecate de 80 metros de largo y suficiente comida para 15 días, tiempo éste que, en carta a su hermano en Caracas, había estimado Gustavo para cualquier eventualidad. Desde hacía un mes se venía considerando la posibilidad de un aterrizaje en el Auyantepuy.
De acuerdo a las indicaciones de Jimmy se colocó el mayor peso hacia la cola, inclusive el correspondiente a cada pasajero. Así la distribución recayó en: Gustavo, en el último asiento, y luego Miguel, María y Jimmy...
EL AMANECER DEL 9 DE OCTUBRE DE 1937.
Aclaró el día 9 de octubre de 1937 y todo estaba dispuesto. El despegue se efectuó sin tropiezos, a las 11 y 20 a.m., llegando a los 15 minutos a la meseta, la cual sobrevolaron por escasos minutos antes de proceder al aterrizaje. No podía ocultarse la emoción que embargaba a los osados presentes ante la gran incógnita de posarse sin dificultades en el Auyantepuy.
Tan dispuesto iba Jimmy a efectuarlo, que una vez alineado el avión con la supuesta pista y de que el terreno lucía propicio, cortó motor, magnetos, y todos los switches fueron pasados a off; la suerte estaba echada... El "Flamingo" dócilmente comenzó a rozar la superficie con sus tres ruedas -en posición perfecta de un aterrizaje de tres puntos- y dejando una huella con sus cauchos entre los mogoticos de hierba, pero cada vez más profundas a medida que crecía la velocidad y las alas perdían su sustentación. Todos guardaban un elocuente silencio hasta que se oyó una voz. Era la de Gustavo Heny, quien desde el fondo de la cabina gritaba:
Pull-out Jimmy... pull-ot...
Coincidió la alerta con un pequeño salto del avión antes de caer en un terreno más blando aún, y esto trabó su tren delantero y con la inercia levantó la cola hundiéndose el morro hasta el eje del motor y quedando en esa posición, como si dijera:
Auyantepuy, ante ti me rindo...
Eran las 11 y 45 a.m.
Dentro de la cabina se produjo cierta confusión, pues se rompió el "cinturón de seguridad" de Gustavo Heny, que era de mecate o cabuya. Su larga humanidad -1,90 metros- pasó entre Miguel y María, yendo a caer a horcajadas sobre Jimmy, donde, con el volante y el panel de instrumentos, quedaron incómodamente trabados.
A instancias de Jimmy, María y Miguel saltaron del avión, mientras él y Gustavo salían -prácticamente gateando- por la puertecita delantera, pues aunque con poca gasolina, ésta se filtraba por una de las alas que servía de apoyo al avión en tan incómoda posición. Afortunadamente no se produjo fuego en el avión, debido a las precauciones tomadas por Jimmy, y aparte del susto al ocurrir el accidente, los cuatro pasajeros se encontraban sanos y salvos. Constatando esto, su primera labor fue enderezar el avión utilizando el mecate que llevaban, lo ataron a la cola y tiraron de él.
El examen preliminar de la nave reveló la ruptura de una tubería del radiador del aceite del motor y una pequeña abolladura en el ala izquierda, lo cual hubiese sido fácil de reparar. Donde estribaba la mayor dificultad, y que no estaba entre sus posibilidades, era el sacar el avión del atolladero, pues se encontraba asentado sobre el fuselaje con su tren de aterrizaje completamente enterrado en la blanda superficie.
EL CAMPAMENTO SILENTE Y UNA GRAN DESILUSION.
A la hora convenida con el campamento, se iniciaron las llamadas a través del equipo de radio del avión, pero desafortunadamente no obtuvieron respuesta alguna. Se repitió luego en cada oportunidad y hora señalada para los contactos. Y la misma mala suerte que en otras ocasiones...
Fue precisamente entre llamadas y llamadas cuando Jimmy Angel sufrió la mayor desilusión; se trasladó a la orilla del río que según él, era lugar de su aterrizaje en 1920. Y comprobó su error desde el aire y la cruda realidad de hacerlo en tierra. ¡no era el sitio! Esto, naturalmente, produjo un gran pesar en el grupo, pero el temple de aquellos expedicionarios no cedió ante la adversidad, y de inmediato, se dedicaron a planear el descenso.
En las alas del avión, se escribieron con tela y adhesivo, las palabras "all ok" (todos bien), y con una flecha se indicó el rumbo que seguirían. Jimmy también dejó una nota en el avión, con la hora y resultado del aterrizaje, así como la nómina de los integrantes del pasaje; además, se dejaría abordo los aparatos y bultos no imprescindibles, a fin de evitar estorbos en el descenso.
GENTE DE AIRE, GENTE DE TIERRA...
A Jimmy, hombre más de aire que de tierra, y a María, por su condición de mujer, se les asignaron los bultos más pequeños y livianos, mientras que Miguel y Gustavo llevarían los morrales y el mecate. Al clarear el día 10 de octubre de 1937 se pondría en camino. O sea, al día siguiente. Antes se agotaría el último recurso: ¡intentar el hacer contacto con el campamento.! Al atardecer, una nota significativa vino a alentar el ánimo de aquel grupo: una zorra con sus cachorritos.
Tampoco visitado era aquello -incluso por otros animales- que la zorra no opuso resistencia, ni se tornó agresiva, cuando Heny tomó en sus manos a dos de dichos cachorros. Con estos pasaron rato y hasta compartieron su primera comida.
A la mañana siguiente, y ya agotada la batería del avión tras los fallidos contactos radiales, el grupo inició su caminata hacia el farallón, el cual tendrían que escalar luego y atravesarlo, a fin de pasar al otro lado. Esto constituía la preocupación de los expedicionarios, pues fue allí donde Gustavo se vio detenido hacía 15 días y se había devuelto, al no encontrar la forma de bajarlo por el lado que ahora precisaban escalar.
La marcha se hacía lenta, pues tenían que ir abriendo picar, unas veces por grandes helechales, otras por ramazones trabadas, y otras para vadear los ríos. Hubo días en que escasamente pudieron avanzar unos 150 metros, y en una ocasión, debido a que al llegar a la orilla de uno de los ríos que cruzan la meseta, se dieron cuenta de que era muy profundo y sólo podía atraversarse tumbando una mata para hacer una especie de puente.
Otro día, la vegetación de los helechos era tan tupida que la pobre María salió con la cara rasguñada e hinchada debido al roce de las hojas.
Pese al lento andar en ocasiones, al llegar a los claros se ganaba tiempo, y pronto estuvieron frente a la mole de cuarcita, llena de grietas, y la que debían subir y bajar. Tras algunos fallidos intentos encontraron una grieta que les facilitó el paso y con la ayuda del mecate, nuestros cuatro personajes pasaron con éxito al otro lado. Ya en este lugar, la situación cambiaba favorablemente, pues el terreno era familiar para Gustavo y todo se reducía a una buena caminata, que si bien no era fácil, al menos ya estaba trillado por uno de ellos. Conociendo el tiempo que invertirían en llegar al campamento, parte de las provisiones fueron dejadas en el camino para aligerar la marcha. Una vez que llegaron al borde del cerro, divisaron el campamento y un avión que llegaba, el cual dijo Jimmy, debía ser piloteado por Josué López Henríquez, quien le había prometido visitarlo en esos días. Precisamente se realizaban los preparativos -con la llegada de Josué- para vuelos de reconocimiento, a fin de localizar a los viajeros extraviados, cuando estos se presentaron, por sus propios medios, al campamento.
Erróneamente se cree que todos llegaron en malas condiciones físicas, pero no fue así. Las previsiones tomadas antes del vuelo les permitió llevar a cabo el agotador retorno. Habían transcurrido 11 días desde el despegue... Arriba, en el cerro, cual monumento histórico quedaba el avión "Río Caroní," compañero inseparable de Jimmy, y como un hecho fehaciente de la osadía e intrepidez del piloto y sus acompañantes.
Como lo había prometido Jimmy, de revisar toda la meseta, Gustavo retornó al lugar donde había quedado el avión, a fin de traer todas aquellas pertenencias dejadas, incluso los aparatos de cine y fotografía.
Por cierto, la película tomada comenzó a pasar de mano en mano y hoy se desconoce su paradero. No así las fotos -que ilustran este reportaje- que también han sido suministradas, igual que la narración de los hechos, por el señor Gustavo Heny.
EPILOGO DE UNA ODISEA.
Después de la odisea, Jimmy pasó algunos sinsabores en Venezuela, y apesadumbrado, se retiró a vivir a Panamá, donde murió en 1956. Fue su último deseo el que sus cenizas fueran traídas a Venezuela y esparcidas sobre la región, que tantas aventuras le deparó y de la que siempre guardaba un profundo recuerdo.
Sus deseos fueron cumplidos. María, su hijo y Gustavo, en sencilla pero emotiva ceremonia, esparcieron desde un avión y sobre el SALTO ANGEL, el contenido de aquel cofre que, como diáfana nube, se abrazó al Salto, y con él regó para siempre la tierra que Jimmy tanto amó.
Con esto terminamos de transcribir el relato de la revista LINEAS.
(Esta ultima narración de esparcir las cenizas de Don Jimmy Angel, ocurrió en el mes de Julio de 1960, así lo recogió El Universal el día 03-07-1960, a bordo de un DC-3, sí allí en la CASCADA MAS ALTA DEL MUNDO, reposa Jimmy Angel, junto a las bromelias, las aves, las nubes y muy cerca de Dios). E.A.M.C.
De María de Angel, -1937- su inseparable compañera en todas estas aventuras, su fortaleza y su esperanza, así como la de Jimmy Angel, -1949- igualmente verán la foto publicada por el Diario El Mundo, el 05 de Octubre de 1994.
Donde se observan los daños al avión Río Caroní, luego que una señora lo chocara y los políticos burócratas lo sigan manteniendo como un trofeo a la desidia y dejadez.
NUESTRA ACLARATORIA HISTORICA Y NUESTRA DESEO (ORH).
Luego de leer este relato, no tenemos ninguna duda de la gran aventura que vivieron estos seres humanos. En honor a la verdad, es importante indicar, que en el campamento base al sur del Auyantepuy, había otras personas dando respaldo logístico, allí estaba el Capitán Armada Venezolana, Felix Cardona, del cual se dice que por no haber podido ir en el vuelo a la meseta el día del accidente, apago la radio y por ello, los accidentados sobre el Auyantepuy, no pudieron comunicarse para informar lo ocurrido, esto es lo que se dice, no sabemos si es cierto, o falso, por ello colocamos otro artículo de prensa donde se entrevisto a la esposa de Cardona, escrito por nuestro muy querido amigo el LIC. ALFREDO SCHAEL, Presidente del Museo del Transporte en Caracas. No pretendemos definir responsabilidades, ni culpar a nadie, solo reflejar algunos acontecimientos, desde otros puntos de vista, es importante indicar que no queremos restarle méritos a nadie, pues los que escribimos estos no habíamos ni nacido, solo narrar hechos es nuestra única intención y motivo.
Las fotos que observan en nuestro resumen de información, pertenecen al Sr. Heny y fueron
sacadas de la publicación narrada, igualmente hay una foto del salto tomada por nuestro compañero de la ORH, Dr. Charles Brewer Carias, donde se observa una Cessna 206, volando cerca del SALTO MAS ALTO DEL MUNDO, así como una Radargrafía explicada de la meseta, es para nosotros un honor y a la vez un reconocimiento muy particular a este Miembro de la ORH, que se ha caracterizado por la exploración de nuestro territorio. Otras fotos como la de Jimmy Angel fueron tomadas en 1949 por Ruth Robertson y otras sacadas del Diario el Mundo de Caracas, así como algunas que desconocemos quien las tomo y llegaron a nosotros por intermediarios desinformados, en fin la idea es hacer historia y reconocer a todos los que tengan el material fotográfico que hoy colocamos a la vista del mundo en los diferentes trabajos de la ORH.
Igualmente DESEAMOS que el avión "RIO CARONI" colocado en una plaza en Ciudad Bolívar y que fue chocado por una conductora que lo destrozo y que gracias a la empresa AVENSA, fue reparado, que por favor lo retornen al AUYANTEPUY, nuestra gloriosa Fuerza Aérea Venezolana (FAV), lo saco de allí por los años 70, específicamente el 6 de Febrero de 1970, según reporta El Universal (la misión termino el 15-02-1970), con intención de hacer una replica (que esta hoy día en el Museo Histórico de la Fuerza Aérea Venezolana en Maracay, Edo. Aragua), con la promesa de retornarlo de nuevo a su lugar de origen, muchas protestas se suscitaron en el Edo. Bolívar (El Gobernador del Estado protesto públicamente en el Diario el Universal el 29-12-1970; el Sr. Alejandro Laime, el 03-01-1971, dijo a la prensa: "ESPERARE EL REGRESO DEL AVION DE JIMMY EN EL AUYANTEPUY"), por el retardo de la FAV en devolver la aeronave (el día 09-01-1971, la FAV informo en el Universal que regresarían la avioneta de Jimmy Angel) y al hacerlo la dejaron en Ciudad Bolívar, por una decisión política, que hoy nosotros las generaciones de relevo y hasta las futuras, pedimos que se corrija, Y QUE EL AVION DE JIMMY ANGEL NC-9487, RETORNE A LA MESETA DEL AUYANTEPUY, pues es una prueba inequívoca de esta hazaña y por supuesto de esta accidente aéreo, además si sus cenizas están allí, lo menos que podemos hacer en retornar "El RIO CARONI" al majestuoso TEPUY, no tenerlo abandonado y descuidado en una Plaza sin mantenimiento, ni honor, es preferible donarla a un Museo en Estados Unidos de Norte América, pues quizás ellos le den el valor y la importancia que nuestros gobernantes no han sabido dar a tan importante reliquia histórica, EL RIO CARONI AL AUYANTEPUY.
Trabajo Coordinado y Supervisado por:Enrique Alberto Martín Cuervo.
62 años de Jimmie Angel Jimmie Ángel y el Flamingo Rio Caroní Un Ángel cayó en la montaña del Diablo Volver a la Página 1930-1942 Volver al menú