Capítulo 3
BALANCES de AGUA

Un programa de lectura de medidores, y la subsecuente determinación del balance de agua, aseguran que todos los usos del agua del inmueble han sido adecuadamente identificados y cuantificados. Cuando se disponga de ellos, deben conjuntarse los valores de caudales promedio históricos, mensuales y anuales, junto con diagramas esquemáticos de las redes de agua, sean fría o caliente, para determinar la relación entre el periodo de aforo y las variaciones anuales. Otras acciones, tales como la graficación de los caudales leídos y el inventario de equipos, contribuirán a agilizar el proceso de auditoría. Dado el corto periodo de tiempo disponible para la mayoría de las auditorías, es necesario establecer un programa de lecturas manuales por el propio personal que labora en el sitio.

El siguiente paso para efectuar el balance de agua emplea la información reunida mediante las inspecciones, mediciones, y conversaciones directas, con usuarios y operadores, en el lugar. Se debe aprovechar la oportunidad para aportar más que únicamente un balance volumétrico global. Por ejemplo, cada tipo de consumo específico puede categorizarse como: doméstico, enfriamiento, proceso, externo (jardines), o incendio. Se debe señalar la ubicación y horario de consumo, junto con el método de descarga al drenaje sanitario o pluvial. El análisis debe completarse con los caudales (flujos, gastos) promedio diario, pico y base, para cada inmueble.

Cuando los resultados indican que la suma del agua empleada en todas las operaciones es menor que el total de agua suministrada, se considera que existen usos del agua que no han sido incluidos en el balance, o que hay inexactitudes en el medidor principal o en las lecturas hechas al mismo. Debe rehacerse el balance hasta que el auditor quede satisfecho de que se han incluido todas las operaciones.

Las pérdidas de agua (fugas) normalmente son consideradas como parte del balance de agua. Sin embargo, dado que las tuberías del sistema de distribución suelen ser visibles en los edificios, las pérdidas de agua se notarían y repararían de inmediato, así que no necesariamente deben considerarse tales pérdidas. Esto cuando existe un buen sistema de mantenimiento y no hay tuberías enterradas, pero en Mexico, es más pertinente considerarlas como un rubro específico.

El enfoque de lecturas de medidores ha sido útil en auditorías piloto, ya que aporta el apropiado nivel de información requerido para tal estudio. Las lecturas generalmente se toman dos veces al día, en la mañana antes de que inicie la actividad principal, y por la tarde, al concluir la rutina cotidiana de trabajo. Durante un periodo continuo de varias semanas, incluyendo los fines de semana en la mayoría de los sitios, se registran ( se anotan en una libreta, o se graban en un "data logger") las lecturas diarias. De esta forma pueden establecerse los flujos base diurnos y nocturnos. Conviene señalar que en algunos sitios piloto se han tomado lecturas más frecuentemente, para incrementar la precisión.

Un método alterno para obtener datos del caudal registrado por los medidores de reciente instalación, es empleando un "data logger" (registrador electrónico automático) adosado a tales medidores. Con esta técnica pueden recopilarse datos con mucho mayor frecuencia, registrando los flujos en cortos intervalos de tiempo. Sin embargo, la mayor parte de las veces en más costoso rentar o comprar equipo, instalarlo, su control semanal, y desmontar los contadores en una gran cantidad sitios, respecto a si se escoge el método manual.

Es ventajoso utilizar formatos estandardizados para la lectura del contador previa a la auditoría. Un ejemplo de hoja se muestra en el Anexo A. Al llenarse, estos deben remitirse a algún sitio preestablecido, para su resguardo. Dentro del programa de uso eficiente en edificios federales, deben enviarse al responsable del área de recursos materiales, quien a su vez los enviará al Oficial Mayor de la dependencia, para que posteriormente se integren al resto del los reportes de inmuebles de la institución y se remitan a Semanap (ver diagrama de flujo de guía de trabajo).

En ausencia de registros recientes, varios meses de registros históricos de caudal pueden reducir el costo de la auditoría (estudio).

El objetivo de un balance global de agua es sumar (acumular) todos los volúmenes de agua manejados, individuales y tipificados; y compararlos contra el volumen agua suministrado al inmueble, tal como lo registró el contador (medidor) principal. El primer paso en la preparación del balance hídrico, es examinar el inmueble como un todo. Aunque, en la mayoría de los casos, pudiera ser ventajoso dividir el complejo en subzonas más pequeñas de uso del agua, que se midan individualmente.

Las subzonas más pequeñas se eligen de manera que representen áreas lógicas de consumo de agua, mientras que respeten límites geográficos. Cuando los edificios son contiguos entre si, pero tienen medidores separados o distinta gerencia (control administrativo), deben dividirse para los propósitos del balance de agua.

El balance hídrico de todo el inmueble puede presentarse con figuras que muestren los medidores y las subzonas, y en tablas que comparen los usos individuales del volumen de agua que ingresa, respecto al volumen total usado en cada subzona.

La manera de hacer un balance de agua para el medidor principal, es comparando el volumen total de agua suministrado al inmueble contra el volumen total del agua provisto (suministrado) a cada subzona del lugar. Los resultados de tal balance pueden presentarse fácilmente en forma de diagrama de flujo.

El balance de agua del contador principal considera solamente el agua total que recibe el inmueble y el volumen total del agua entregado a cada subzona. Con el se busca:

• identificar las subzonas de mayor demanda de agua.
• identificar discrepancias importantes entre el volumen principal del agua suministrado al inmueble y la suma de volúmenes de agua provistos a cada subzona.
• destacar las secciones de interés, para las cuales conviene hacer, posteriormente, un balance individual de agua.

Dependiendo de la magnitud de los valores de flujos desconocidos, debe decidirse que hacer, respecto a:

• considerar un completo balance de masas (volumenes).
• instalar nuevos medidores para monitorear las áreas de interés.
• hacer estimaciones de los consumos en las subzonas no medidas, para luego estimar el total de agua suministrado.

El principal objetivo de los balances de agua por subzona (sub-área), es identificar los volúmenes empleados por cada operación, y sumarlos para integrar el volumen total empleado en esa área. Esta información puede mostrarse como diagramas de flujo del balance de agua en cada subzona.

Al finalizar los balances hidráulicos, que incluyan a los principales usos del agua en el inmueble (con algún margen de error razonable, digamos mas o menos 2%), puede darse por concluida la parte de auditoría de este proceso. Los resultados de la auditoría pueden ya ser utilizados en la siguiente fase, para diseñar un programa específico de uso eficiente del agua para el inmueble en estudio.