C   O   P   L   A   S   1



Muchos años en la escuela
muchos libros hi'leyido,
sólo coplas no he hallado
por eso no hi'aprendío.


Los ojazos de mi negra
se parecen a mis males,
grandes como mis tormentos
negros como mis pesares.


Dame un jarrito de aloja
que me estoy amejorando;
con el mismo licor sana
el que se enferma chupando.


Me quisiste, yo te quise,
me adoraste, te adoré;
me colgaste la galleta,
yo también te la colgué.


Me ven de poncho y ushutas,
muchos se burlan de mí;
por fuera nada parezco,
por dentro, tal vez que sí !


Cada vez que lo recuerdo,
¡no me quisiera acordar!
que los gustos son del cuerpo;
¡y el alma lo ha de pagar!


De las penas de este mundo,
una tan sólo es verdad;
la pena de cada uno
que no saben los demás.


Las horas que tiene el día
las he repartido así:
nueve soñando contigo
y quince pensando en tí.


La pena y la que no es pena,
todo es pena para mí;
ayer penaba por verte,
hoy peno porque te vi.


En ningún hombre casado
pongas niña tu querer,
porque al fin de la partida
se lo lleva su mujer.


Anoche me mordió un perro,
mi caballo me patió;
mi negra se fue con otro,
mi suegra me garrotió.


Siempre me andan diciendo
que se muere usted por mí.
Muérase áhura y veremos,
después le diré que sí.


A la grande no la quiero,
porque ya sabe de todo;
a la chica la prefiero,
para enseñarle a mi modo.


La tonada es de Aguaray
y la cajita es de Orán;
yo sólo soy apenitas
el que nunca olvidarán.


Gracias a Dios que me ha dado
un doncito natural:
Difícil para querer
y fácil para olvidar.


El que nace en Catamarca
esa es la gente mejor;
el que no es sobrino'el cura
es hijo'el Gobernador.


Perdí media vida mía
por cierto placer fatal;
la otra mitad yo daría
por otro placer igual.


¿Cuándo me moriré yo,
para ser acreditado?
Entonces dirán de mí:
¡No ha habido como el finado!


Por un beso que te di,
gritaba tu madre un día.
Dame doscientos tú a mí
pa'ver si grita la mía.


Al tiempo le pido tiempo
y el tiempo tiempo me da,
y el mismo tiempo me dice:
el tiempo te vengará.


Doctores y protestantes
y hermanos del alma mía,
el infierno ya está lleno
y la Gloria está vacía.


Dicen que las penas matan,
yo digo: No matan, no;
que si las penas mataran
ya estuviera muerto yo.


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